San Fermín'22, un milagro Éxito de taquilla, y toros y toreros a gran nivel / por Juan Miguel Núñez Batlles

Ha sido un triunfo por el orden que ha presidido todas las celebraciones que tienen al toro como protagonista, verdadero eje de la fiesta, en la calle y en el ruedo. Y lo ha sido también y sobre todo, porque la meta de tan feliz consecución fueron asimismo unos importantes resultados artísticos. Toros y toreros, a gran nivel. Y además, éxito en la taquilla. Cada tarde, el lleno habitual.

San Fermín'22, un milagro

Éxito de taquilla, y toros y toreros a gran nivel

Juan Miguel Núñez Batlles

Pamplona, que es como decir su universal Feria de San Fermín, ha sido este año un éxito, o más aún, un milagro en toda regla cuyo principal testimonio es el hecho sólo de haberse celebrado, con la que está cayendo en el mundo. Una fiesta cuyo carácter multitudinario hacía que las predicciones no fueran muy buenas antes del 7 de julio, sencillamente por el temor de los contagios. Sin embargo, ahí están las estadísticas una vez cantado el "pobre de mí" que marca el final de la algarada, nada alarmantes..

De modo que antes de entrar en materia estrictamente torera hay que poner en lugar destacado el nombre del alcalde de la ciudad, Enrique Maya, que combinó con acierto arrestos y prudencia para tirar para adelante. De igual manera que La Meca o Casa de Misericordia, tradicionalmente responsable de la organización de la parte taurina, acertó de pleno en sus planteamientos. Y tanto es así que el mismo día del chupinazo, 6 de julio, víspera del Santo, se empezó a notar en el ambiente un cambio del miedo por la esperanza.

Se puede decir que en la capital navarra se ha hecho todo en estos ocho días de "preceptivo" jolgorio dentro de la más absoluta normalidad, según el término acuñado desde que surgió la preocupante situación con nombre de pandemia.

Ha sido un triunfo por el orden que ha presidido todas las celebraciones que tienen al toro como protagonista, verdadero eje de la fiesta, en la calle y en el ruedo. Y lo ha sido también y sobre todo, porque la meta de tan feliz consecución fueron asimismo unos importantes resultados artísticos. Toros y toreros, a gran nivel. Y además, éxito en la taquilla. Cada tarde, el lleno habitual.

Taurinamente, en las corridas, todo perfecto, como en los encierros matinales. Es el milagro que se repite cada año. Pamplona es diferente, y por eso, como dice la coplilla, "A Pamplona hay que ir...".

Más que notable la presencia y el comportamiento de muchos toros. Aquí, salvo muy raras excepciones, vale decir que el toro grande, cuando su morfología es proporcionada, sí embiste. Toros de desarrolladas y astifinas defensas, la mayoría parejos en sus armónicas y finas hechuras, que a pesar de su trapío y seriedad tampoco tenían exceso de kilos. Es el toro "de Pamplona", que los veedores de La Meca saben buscar y encuentran cada año en las ganaderías que a su vez se preocupan de criar este tipo de toro bravo, y es obligado subrayar lo de "bravo". Toro naturalmente que hay que pagar bien, y ahí está la diferencia con otras plazas y ferias que llaman de primera, y sin embargo no dan la talla por el racaneo de algunas empresas en el trato comercial con el ganadero de turno. Pamplona tiene fama de pagar como nadie. Y ahí están los resultados.

Encierros muy completos, citados por orden de aparición en el ruedo, los de Núñez del Cuvillo, Fuente Ymbro, La Palmosilla, Cebada Gago y Victoriano del Río. Cinco ganaderías ejemplares, cada una de ellas además con al menos un toro muy sobresaliente. En este apartado fue "La Palmosilla" quien, más allá de un afortunado juego de palabras, se llevó la palma, ya que embistieron seis de seis, algo inaudito. No era esta ganadería muy del gusto de las figuras, sin embargo, Pamplona la ha puesto en el mapa de la bravura y la clase. Siete orejas se cortaron a los toros de "La Palmosilla", y todavía pudieron y debieron ser más si la terna anda más fina, ya que los tres toreros de ese día -Rafaelillo, Escribano y Valadez- no pasaron de animosos.

No fue buena la corrida de Jandilla, sin embargo, echó un toro sensacional. Y así debe constar. De igual manera que hay que resaltar el doble triunfo de "los cebadas", puesto que en el conjunto muy interesante que lidió hubo igualmente un quinto toro "de vacas", como suele decirse de los ejemplares que destacan por su bravura, clase y emoción en la forma de embestir. También los toros de Cebada fueron protagonistas del encierro más emocionante, y así se lo han reconocido todos los jurados que premian también esta cualidad.

Insistir en que Fuente Ymbro echó tres toros muy completos. Una corrida con movilidad y buen fondo. Los de Capea para rejones dieron también espectáculo. Y la ganadería de Pincha, en la novillada, tuvo asimismo tres astados buenos. En negativo, los infumables toros de José Escolar, y en parte también los de Miura, a pesar de que en ésta hubo un toro que medio "se dejó".

Volviendo a los toreros, el triunfador del ciclo, por raza y valor, por una notable hondura que va adquiriendo su estilo, el peruano Roca Rey, "Rey de Pamplona". El Juli dictó su habitual lección de magisterio. "Morante" cortó sólo una oreja, pero fueron suyos los mejores muletazos de la feria. A Luque "le atracó" el presidente, o mejor dicho, su asesor, pues se notó mucho cómo el usía consultaba al "experto" que tenía a su lado, quitándole una muy merecida oreja con la que hubiera salido a hombros. Garrido y Álvaro Lorenzo, con una oreja cada uno, cumplieron. El venezolano Colombo entendió a las mil maravillas el lugar y el motivo de esta feria, consiguiendo que las peñas corearan su nombre poniendo eco a una faena de arrojo y entrega, de toreo espectacular, muy vistoso y muy sincero, y nada menos que el día de "los cebadagagos". Juan Leal y Román, en cambio, en la misma corrida, no pasaron de discretos.

Urdiales brilló con el capote y estuvo firme con la muleta en lo poco que se dejaron los toros de Jandilla. Y en la misma corrida, Ginés Marín y Talavante, los dos también de vacío, pero en el caso del segundo con el agravante de haber sorteado el toro de la feria, el ya célebre "Rufián" que ha acaparado todos los premios a la bravura. En honor a la verdad, Talavante lo toreó muy bien, pero sin espada. Otra tarde más en la que el reaparecido Talavante sigue sin redondear. Perera, como Roca Rey de nuevo, con los buenos toros de Victoriano del Río, convenció y triunfó, a hombros con el peruano. Y esa tarde, Ureña, a pesar de llevarse una oreja, dejó muchas dudas de cara a su futuro.

Con la de Escolar fue imposible que el mexicano Adame, Pinar y Javier Cortes, consiguieran nada, y bien que lo intentaron los tres. Y en la de Miura que cerró el ciclo, hubo Puerta Grande, que en Pamplona se denomina "Puerta del Encierro", para el extravagantge Ferrera. Aunque fue un triunfo en buena parte para premiar el gesto de matar esta ganadería en solitario y cediendo los honorarios a la Casa de Misericordia. Cortó dos orejas, y ninguna de peso.

Los rejoneadores, no haría falta decir, en Navarra se apellidan Hermoso de Mendoza, padre e hijo. Los dos salieron a hombros, el hijo en la corrida de la especialidad en la que alternó con Leonardo y Armendáriz, que se fueron de vacío, mientras que el padre, que abrió cartel en la corrida de a pie el día de San Fermín, cortó también sus acostumbradas dos orejas en esta plaza y con este público.

Importante fue la comparecencia del novillero mexicano Isaac Fonseca, que arrasó como es costumbre en él. Nada menos que cuatro orejas fue el premio a su desmedido arrojo. Una se llevó Álvaro Alarcón por un toreo de calidad. Y muy buenos apuntes también, a pesar de cargar con el peor lote, de Jorge Martínez, torero éste que aúna valor, temple y mucha clase

Así pasaron los sanfermines. una feria muy esperada, que este año, como decimos más arriba, nos ha parecido un milagro, por todo. Enhorabuena a los que la han hecho posible, y a quienes con su arte y valentía le han dado también tanta brillantez.