martes, 2 de agosto de 2022

Condenan a los antitaurinos que desearon la muerte del niño Adrián, fallecido de cáncer

Adrián sale a hombros de los toreros participantes en el festival de 2016. Foto: EFE

El juicio, que se ha repetido en la Audiencia Provincial de Valencia, invalida la primera sentencia absolutoria para los tres tuiteros juzgados por un delito de integridad moral

Condenan a los antitaurinos que desearon la muerte del niño Adrián, fallecido de cáncer

ÁLVARO R. DEL MORAL
El Correo / Sevilla, 02 Agosto 2022
La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a los tres ‘tuiteros’ que desearon a muerte del pequeño Adrián –fallecido en la primavera de 2017- a pagar una multa de 720 euros por un delito contra la integridad moral tal y como explica la Fundación del Toro de Lidia en un comunicado. Junto a la multa, el tribunal impone el pago de 3.000 euros al representante legal del menor por los daños morales y perjuicios ocasionados, así como asumir las costas procesales. Esta resolución estima el recurso de interpuesto por la Fiscalía y por la Fundación del Toro de Lidia en representación del padre del menor contra la sentencia del juzgado de lo Penal número 2 de Valencia, que absolvió a los internautas.

En la sentencia, la Audiencia recuerda que la protección de las personas a no sufrir sensaciones de dolor o sufrimientos físicos y psíquicos, humillantes o envilecedores, debe llevarse a cabo “con el máximo rigor” cuando la persona afectada es un niño de ocho años, frágil y vulnerable por estar en formación todavía su capacidad emocional. Esta protección, detalla la sentencia, tiene que reforzarse cuando “el niño está afecto de una enfermedad mortal que mina sus escasas defensas psíquicas. Además, el ataque verbal se produce tras la celebración del homenaje y conociendo los acusados la inocente afición del niño, destruyendo de ese modo sus efectos benéficos y el recuerdo de unos momentos breves de felicidad”, afirma el mismo texto.

Un procedimiento iniciado en 2016

El caso del ‘niño torero’ –una de las ilusiones del pequeño Adrián era emular a sus héroes del traje de luces- saltó a la palestra en 2016, año en que se celebró un festival benéfico en la Plaza de Toros de Valencia para recaudar fondos para la Fundación de Oncohematología Infantil del Hospital Niños Jesús. Tras ese festival, en el que Adrián salió de la plaza a hombros de los propios toreros participantes, se viralizaron varios mensajes en redes sociales que deseaban su muerte por su afición a los toros. “Que se muera, que se muera ya; que se muera un niño enfermo que quiere curarse para matar a herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda yaaaa! Adrián, vas a morir”. Ese era el tono los de ataques -ese llegó a ser divulgado en Twitter y Facebook, en cuentas borradas poco después- que acabarían generando una ola de solidaridad con el pequeño que tuvo su epicentro en el mundo del toro, especialmente sensibilizado con su situación. Pero al chico, gravemente enfermo, sólo le quedaban unos meses de vida. El sarcoma de Ewing -un tumor maligno que afecta a los huesos y a los tejidos blandos del cuerpo- no le dio ninguna oportunidad.

En ese momento, la Fundación del Toro de Lidia (FTL) inició un procedimiento judicial que dio como resultado la absolución, en el Juzgado de lo Penal, de los tres jóvenes que pusieron los mensajes previamente mencionados. Tres años después de dicha resolución y tras los recursos interpuestos por la Fiscalía y por la FTL, la Audiencia Provincial de Valencia ordenó repetir el juicio y finalmente han sido condenados por un delito contra la integridad moral. “Esta nueva victoria judicial de la Fundación Toro de Lidia se suma a un cuerpo jurisprudencial multidisciplinar que pretende proteger la tauromaquia frente a los ataques del movimiento antitaurino”, finaliza el mismo comunicado.

1 comentario:

  1. Bien por la justicia, la justicia contra los tontos desalmados que denigraron a este pobre niño. ¡Merecida respuesta!
    Ahora, no obstante, habrá que ver la reacción ---directa o indirecta-- de los antis para reponerse, quizá con renovada saña y sed de venganza. Aunque sigan siendo tontos.
    // Atte., Torotino

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