El novillero Alejandro Mora debuta con buen pie en Madrid dando una vuelta al ruedo tras negarle el palco la oreja.
Ese interés por lo desconocido era, a priori, el atractivo de una función que, a la postre, no funcionó, sobre todo, por la falta de fuerzas de los seis utreros salmantinos, y en la que solo cabe destacar el toreo de Alejandro Mora con un buen sobrero de Chamaco.
Y es que lucir un terno de luces, llevar el apellido Mora y haber nacido en la cacereña Plasencia ya era la esperanzadora carta de presentación de este novillero, sobrino de una grandísima figura del toreo como fue -y es- Juan Mora, un torero que ha escrito con tinta de oro momentos imborrables en la plaza de Madrid.
Y, salvando las distancias, tiene cositas interesantes este Alejandro Mora, que denota la sangre que le corre por las venas: La manera de ponerse, de querer hacer las cosas, la expresión en el trazo del muletazo, el gusto en los adornos... Cosas, en definitiva, que no se aprenden y que solo fluyen si se llevan dentro.
Ya se pudo apreciar levemente en el segundo, un animal que, aunque colocaba muy bien la cara, estuvo muy condicionado por su nula fortaleza. Pero lo importante de verdad llegó en el quinto, un sobrero de Chamaco que, a la postre, fue el mejor novillo de la tarde.
Mansito, sí, pero dejándose mucho en la muleta de un Alejandro Mora que, por momentos, bordó el toreo por naturales, enganchándolo muy bien con los vuelos para dibujar muletazos exquisitos por el empaque, el gusto, el encaje y la manera de vaciarlos por abajo. Quede dicho que no fue una faena rotunda, pero sí de esas maravillosamente imperfectas y con gran sabor.
También al final, de frente y a pies juntos, los extrajo el cacereño, que pinchó antes de la estocada definitiva. Lo que no se explica es que el palco, después de la verbena de orejas dadas este año sin ton ni son, hoy, precisamente hoy se la negara a un torero que sí se la había merecido con todas las de las ley.
A Rafael Reyes poco se le pudo anotar en su primer turno ante un novillo que, aunque noble, tuvo las fuerzas justas para aguantar la divisa. No hubo nada reseñable en su labor, igual que en la que llevó a cabo frente al blando y protestón cuarto, con el que el cordobés volvió a pasar sin pena ni gloria.
Tampoco tuvo demasiada tela para cortar el tercer debutante, Jesús García, que nada más que pudo justificarse con el inválido y claudicante tercero, al que firmó un arrebatado saludo capotero por verónicas y chicuelinas, y al que robó algún muletazo suelto estimable. Y lo mismo con el insulto sexto, con el que no pudo redondear nada por falta de oponente.
FICHA DEL FESTEJO
Madrid, domingo 28 de agosto de 2022. Menos de un cuarto de plaza.
Cinco novillos de Ribera de Campocerrado, ganadería que tomaba antigüedad en Las Ventas, de bonitas y variadas capas, y desiguales de hechuras, pero con el denominador común de una absoluta falta de fuerzas. El quinto fue un sobrero de Chamaco, mansito pero dejándose mucho.
Rafael Reyes, palmas y silencio.
Alejandro Mora, ovación y vuelta al ruedo tras aviso y petición de oreja.
Jesús García, silencio tras aviso y silencio.
Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manuel Rodríguez "Manolete", muerto tal día como hoy de 1947 en la plaza de toros de Linares.
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