viernes, 16 de septiembre de 2022

La Suprema Corte de México reconoce el ‘interés nacional’ de la tauromaquia y su valor cultural

Plaza de toros "La Monumental", en Aguascalientes, México. Twitter

 "...la novedad es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México -la misma que no se avergüenza de impulsar el aborto libre en todo el país, así como el supremacismo feminista, y la ideología de género, entre otros puntos de la agenda del progresismo globalista-, ahora al menos ha hecho algo bueno..."

PODRÍA SER DECLARADA 'PATRIMONIO CULTURAL'
La Suprema Corte de México reconoce el ‘interés nacional’ de la tauromaquia y su valor cultural

RAÚL TORTOLERO
La Gaceta / Septiembre 15, 2022
El debate entre los que saben apreciar el gran fenómeno cultural que es la tauromaquia, y los supremacistas animalistas, libra cada día una batalla, en toda la Iberosfera, y señaladamente en México.

Para los defensores de esta expresión, el arte de los toros es parte de un legado histórico, tradicional, vivo. En cambio, para los marxistas posmodernos activistas de la “liberación animal”, inspirados sobre todo en las ideas de Peter Singer, la tauromaquia es sólo “tortura” a los animales.

Pero en México muchos de estos líderes izquierdistas celebran sus batallas comiendo tacos de carne de res, mostrando su hipocresía, y ya no se diga que son en muchos casos los mismos que no tienen empacho en promover el aborto, incluso hasta un día antes del nacimiento, alegando que se trata de un “derecho humano”. No cabe duda que están desorientados en su escala de valores.

Pues bien, la novedad es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de México -la misma que no se avergüenza de impulsar el aborto libre en todo el país, así como el supremacismo feminista, y la ideología de género, entre otros puntos de la agenda del progresismo globalista-, ahora al menos ha hecho algo bueno.

Según el movimiento “Tauromaquia mexicana”, la SCJN en una sentencia del pasado 15 de junio, y que recién ha sido publicada este 14 de septiembre, ha reconocido “el interés nacional de la tauromaquia y su valor cultural”.

De esta manera, la SCJN faculta a la Federación para poder declarar a la tauromaquia como “Patrimonio Cultural e Inmaterial”. Ahora, cabe precisar, está por verse si el Gobierno federal con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la cabeza -activista muy obvio del supremacismo indigenista y declarado e insistente crítico de la herencia hispánica-, daría tal paso.

“Tauromaquia mexicana”, se define a sí misma como “un movimiento taurino de los aficionados taurinos, de las porras y peñas organizadas del país, junto con las organizaciones formales de la Fiesta de Toros en México (Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, Asociación Nacional de Matadores de Toros, Agrupación de Empresarios Taurinos, Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros)”, y tiene como objetivo “defender la Tauromaquia (el ordenamiento legal), que tantos ataques a tenido por los movimientos antitaurinos y animalistas, además de posicionar la industria de la Tauromaquia con una promoción para que la sociedad identifique los verdaderos valores que existen en ella”.

Abreviada como “TMX”, esta organización también se declara como “con fines no lucrativos”, y refiere que “pretende proteger no sólo a una de las manifestaciones culturales más importantes del país, sino también las actividades económicas que de ella se desprenden”, ya que “la Fiesta de Toros genera miles de empleos en México, los cuales están en peligro de extinción por estas iniciativas prohibicionistas”.

Tauromaquia mexicana está organizada por un Consejo Ejecutivo, comités de trabajo y diversos sectores de la fiesta. Cuentan con diversos capítulos en todo México, y en un comunicado destacan los que consideran aspectos más relevantes de las acciones de la SCJN, que aquí por su importancia se reproducen:

-La SCJN considera que la Tauromaquia es una actividad de interés nacional, motivo por lo cual son los poderes federales los que deben declararla como Patrimonio Cultural Inmaterial.

-El amparo no resolvió si deben de permitirse las corridas de toros en Nayarit o en cualquier parte de la República, pues no se impugnó la legislación o los permisos que permiten la realización de festejos. Sólo resuelve si las autoridades nayaritas pueden declararla como Patrimonio Cultural Inmaterial.

-Los Estados de la República pueden promover Declaratorias de Patrimonio Cultural Inmaterial cuando el objeto del mismo es proteger elementos únicos, distintivos y arraigados únicamente en esa entidad.

-La Corte reconoce que la Tauromaquia es una actividad de interés nacional, pues ésta se realiza en distintos Estados de la República. De hecho, la reconoce como una actividad cultural que no es exclusiva de un solo Estado.

-Por sí misma, la Tauromaquia es una expresión cultural. Sin embargo, la emisión de un decreto por el cual se le reconozca como Patrimonio Cultural Inmaterial permitiría una protección reforzada de tal actividad, lo que conllevaría preservar a la Tauromaquia a través de actividades educativas o apoyos financieros.

-El proyecto únicamente concluye que las entidades federativas no pueden declarar a la Tauromaquia como Patrimonio Cultural Inmaterial pues es competencia federal.

-En ningún momento ahonda en si es una actividad contraria al medio ambiente sano o, incluso, si merece o no ser protegida de manera reforzada a través de un Decreto de Patrimonio Cultural Inmaterial.

-Los argumentos de la sentencia deben considerarse como meramente referenciales, pues no se alcanzó la mayoría necesaria como para que sea un criterio obligatorio para los integrantes del Poder Judicial de la Federación.

Tocará entonces a la Federación poder avanzar en la protección del patrimonio cultural que representa la tauromaquia.

Veremos, sin duda, la reacción de los animalistas ahora, los mismos que conciben al ser humano como un “virus” que está originando la sexta extinción masiva de especies, y que a su paso lo contamina todo: mares, ríos, aires, tierras, causando el calentamiento del planeta. Promueven por ello que nadie tenga hijos ya, sino “perrhijos”, o “gathijos”, porque no tenerlos es lo más “ecológico” que puede alguien hacer. Pero a los humanos, que se les aborte mejor.

Muchos de ellos, devotos de la “Pachamama”, son críticos acérrimos del “antropocentrismo”, y sobre todo del “especismo”, que pone al hombre por encima de las demás especies, cosa que a estos marxistas posmodernos no les agrada, y llaman a los animales “personas no humanas”.

Incluso, sin exagerar, la senadora Jesusa Rodríguez (de MORENA, el Movimiento Regeneración Nacional, el partido de AMLO), considera que las mujeres son exactamente iguales que las “vacas, puercas y burras”, y todas las “hembras” de cualquiera especie, y que son explotadas por las industrias. “Las hembras somos iguales”, dijo en una entrevista con perfil supremacista eco-animalista.

Con este tipo de “pensamiento progre”, la tauromaquía equivaldría a “asesinar personas no-humanas”. Pero eso sí, los fetos no son vistos como humanos, sino como un saco de embriones.

Así las cosas. La lucha sigue.
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DICTADURA DEL PENSAMIENTO:




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