lunes, 17 de octubre de 2022

Juan Pedro, suma y sigue / por Pla Ventura


 "".ayer, como pudimos ver salió un Juan Pedro como sobrero en Zaragoza que, la única virtud que tenía era llevarse por delante a Ángel Téllez, lo que logró, pero todo ello con un comportamiento asqueroso, nada que ver con la auténtiva bravura de un toro y, justo eso, la bravura que es por lo que abogaba Juan Pedro. ¡Y José Escolar criando toros bravísimos para los desgraciados de la fortuna!
Juan Pedro, suma y sigue..."

Pla Ventura
Toros de Lidia/16 octubre, 2022
Las declaraciones de Juan Pedro tras la corrida de Zaragoza nos hicieron temblar a los cabales porque, amigo, las mismas fueron de auténtico escándalo cuando dijo el ganadero estar muy satisfecho del juego de sus toros y que había que trabajar para seguir engrandeciendo la fiesta con productos de calidad y bravura. ¿Lo entiende alguien?  ¿Qué entenderá Juan Pedro por calidad y bravura? No, no logro comprender nada.

Para colmo, ayer, como pudimos ver salió un Juan Pedro como sobrero en Zaragoza que, la única virtud que tenía era llevarse por delante a Ángel Téllez, lo que logró, pero todo ello con un comportamiento asqueroso, nada que ver con la auténtiva bravura de un toro y, justo eso, la bravura que es por lo que abogaba Juan Pedro. ¡Y José Escolar criando toros bravísimos para los desgraciados de la fortuna!

Luego, para rematar la temporada con aires de cante grande, Juan Pedro compitió ayer en una corrida concurso de ganaderías que se celebró en Jaén para que Morante cosechara una bronca con estrépito; no lo vimos pero, el dato es significativo. ¿Cómo sería el toro para que abroncaran a Morante en una temporada en que ha toreado más de cien corridas y solo ha cosechado un par de broncas? El dato salta a la vista. Pero mientras todo eso sucede Juan Pedro sigue empeñado en hacernos creer que un burro vuela y, tiene razón porque tras la birria infame al que le cortó la oreja en Zaragoza, los revisteros ponderaron la faena como algo sublime.

El mundo, como se demuestra, está lleno de estúpidos o, en defecto, ignorantes pagados de cualquier manera porque, ensalzar la  labor de Morante con aquel amago de toro inválido y sin fuerzas al que en honor a la verdad le sobrababa bondad, hay que ser memo o bobo que en realidad viene a ser lo mismo; vamos que, en la tontuna de casi todo el mundo, hasta pretendieron que la faena de Morante estuviera por encima de la de Urdiales que, como dije, es el único que toreó como Dios manda porque, para fortuna de Juan Pedro, ese toro de Urdiales le salvó la corrida dada la calidad del diestro porque, en otras manos, dado el picante del animal y el punto de casta que lucía, algunos lo hubieran pasado muy mal frente a dicho bicorne.

Eso sí, lees la  prensa digital como denominan ahora a los portales donde a diario se le rinde pleitesia a los famosos y tras esa lectura, cuando has presenciado el espectáculo de aquello que te cuentan, te entra una diarrea tremenda por lo injusto de todo lo escrito. Para colmo, escuchas a Dávila Miura en la televisión y te entran ganas de llorar. Lo digo porque Dávila ha sido torero, se ha enfrentado a toros de mucha importancia pero, una vez ante los micrófonos, como se demuestra, la consigna no es otra que defender la parodia como él la ensalzó con la labor «maravillosa» de Morante frente a un toro enclenque y aborregado.

Para finallizar he de decir que los toros de José Vázquez, los que quiera criar, se los quitarán de las manos en el acto. Este hombre compró en su dia los toros de Aleas, procedencia Santa Coloma, es decir, eran toros para toreros, hasta el punto del que el taurinismo, cuando veían anunciados dichos toros decían, «los de Aleas, ni los veas» Siendo así, José Vázquez, hábil como pocos, cambió la sangre y refrescó su ganaderia con sangre Domecq, la garantía absoluta de que figuras y segundones, todos enloquecerán por querer matar dichos toros que, como sus homónimos, no hace falta picarlos, embisten con dulzura, no tienen el menor atisbo de casta, pero sus lidiadores se lo pasan en grande y los ignorantes mucho más.
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