sábado, 5 de noviembre de 2022

La lotería / por Antolín Castro

Hay que jugar con cautela en la búsqueda de apoderado

"...Eso buscan los toreros también. Se aprestan a jugar, a apostar, por algún número que consideran que puede ser ganador. Los que venden los boletos, empresarios fuertes, los flojos, los apoderados independientes… ofrecen sus números de tal manera que da la sensación de que serán ganadores sí o sí..."

La lotería
Antolín Castro
Opinión y Toros/04 Noviembre 2022
En estas fechas ya se está pensando en la lotería de Navidad, lo normal, y todos queremos acertar con los números a jugar.

De igual modo, en lo taurino, también se juega a acertar con el cambio de apoderados. Algunos ya han sacado los números que creen que los llevara a hacerse millonarios o, como mínimo, a tapar los agujeros de deudas o temas pendientes.

Prácticamente todos los ciudadanos jugaremos a la lotería, esperando que en esta ocasión sea la definitiva, la que nos saque de la ruina, de las carencias, de los lamentos, de estar siempre en el mismo rincón.

Eso buscan los toreros también. Se aprestan a jugar, a apostar, por algún número que consideran que puede ser ganador. Los que venden los boletos, empresarios fuertes, los flojos, los apoderados independientes… ofrecen sus números de tal manera que da la sensación de que serán ganadores sí o sí.

Lo cierto es que eso no está garantizado por muy buenas que sean las expectativas del número al que quieran jugar los toreros. Y es que en cuestión de suerte son muchos factores los que influyen. Aquí sí es diferente al del ciudadano que compra lotería, un número u otro, para Navidad. Quien se lo ofrece, el lotero, no tiene intereses de por medio. Es decir, solo le desea suerte y ya está.

En el mundo taurino no es lo mismo. Cierto es que se desean suerte, curiosamente lo hacen muchas más veces cuando se dejan los apoderamientos, pero la suerte para cada una de las partes no es directamente proporcional. Pueden ganar los dos, sí, pero también puede que solo gane uno y ese no es precisa y habitualmente el torero.

Así que toca afinar a qué número se quiere jugar. El premio gordo suele estar menos repartido que en la lotería y es que lo de repartir se conjuga mal en el mundo del toro. El que pega el ‘pelotazo’ lo quiere todo, para los demás serán las migajas.

Compran números sin hacer números y éstos, cuando los quieren hacer, suelen salir negativos. Trufados de ilusión y de esa pasión por torear sin parar, los toreros suelen eludir que las mayores cornadas las da quien debería vigilar, además de por su contratación, por sus emolumentos, por sus dineros.

Ahí radica un mal endémico y no es la primera vez, ni será la última, que cuanto más toreas más pierdes. Claro que el representante no pierde nunca, su comisión generalmente o casi siempre, se obtiene de los ingresos brutos, allá penas si los netos son pérdidas.

Muchos toreros merecen tener suerte en la elección debido a sus méritos, pero hay que andarse con mucho cuidado. Así que hagan bien la compra de sus boletos para la próxima temporada. Luego no vale de nada lamentarse, la estocada la llevarán hasta la bola y volverán a la casilla de salida.

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