Un miembro de la izquierda más radical, llamado Aymeric Caron, es quien propone prohibir los toros en el territorio francés. A la hora de prohibir, estas gentes que piden libertad para cualquier ocurrencia de las minorías de su cuerda, suelen, y no es por casualidad, hacer daño a colectivos mucho más amplios que los que ellos representan.
Es la manera de ganar protagonismo donde no lo tienen, además de intentar destruir aquellas culturas que les son ajenas por ignorancia o, sencillamente, porque no les da para más su capacidad de integración en una sociedad amplia y democrática.
Pero, esta vez, enfrente tienen a la sociedad taurina francesa, nada que ver con la acomplejada afición española. En Francia se respira y respeta el toro, desde hace muchos años, bastante más que en este lado de la frontera, por lo que el ‘enemigo’ Caron se ha encontrado frontalmente con el conjunto de la afición francesa.
No es baladi lo que digo, la afición francesa y sus ciudades taurinas viven y vibran con la fiesta brava de forma mucho más comprometida de lo que lo hacemos en España. Se involucran sus aficionados y participan en todo cuanto supone la organización de sus ferias, por lo que era fácil de adivinar su respuesta para con quienes les quisieran despojar de sus actos culturales alrededor del toro y el toreo.
De ahí que este próximo día 19 salgan a la calle en defensa de lo que consideran es propio de sus territorios, el toro lo es. Desde Arles a Mont de Marsan, pasando por Dax, Nimes, Beziers, etc. las ciudades francesas reivindicaran lo suyo, que también es lo nuestro, pero lo harán de forma indubitada, sin complejo alguno.
He tenido ocasión de estar en muchas de sus ferias, en muchas de sus plazas, y siempre me he sentido en territorio taurino, atraído por su inmenso arraigo, mucho más que lo que se vive en las ciudades españolas. Por todo ello siempre estaré con la Francia que conozco, de la que ya sabía cuál sería su respuesta ante un ataque de la ignorancia, viniera de donde viniera.
Mañana estaré con el corazón apoyando en todas esas ciudades, en sus calles, a esa afición que me ganó desde el primer día que la conocí. Con la Francia Taurina estaré siempre, como debemos estar toda la España Taurina, en defensa de la libertad cultural y en defensa de la Tauromaquia.
De momento vamos ganando, según nos cuenta en su crónica nuestro compañero Jean-Charles Olvera.
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