lunes, 19 de diciembre de 2022

Diario antimundial (Día 28 y último)


"...Dicen que la bata transparente se llama Besht y la portan los ministros y personas importantes de Catar. Sin embargo, parece que Messi se disfruta con su copa vestido de negro sobre los 6500 esclavos que literalmente murieron bajo sus pies sin que le importara mucho. No solo no levanta la voz ante la ignominia, sino que baila el agua a los responsables de ella. Quizá tenga algo que agradecerles..."

Hoy es un buen día porque acaba el mundial del oprobio. El último trago es aguantar a Messi o a Mbappé levantando el trofeo. Los primeros ochenta minutos del partido son un sopor, tan entretenidos como el funeral de una acelga. Deschamps es un cafre también como entrenador.

De repente aparece Mbappé y dice que qué pasa, que a él le habían prometido también el mundial cuando dio plantón al Madrid. Empate y prórroga. Se llega a los penaltis porque el árbitro no ve una mano de Argentina en el área, frena un contragolpe claro de Francia al no aplicar la ley de la ventaja y un galo torpe se marca un Salinas en el último suspiro.

Argentina gana porque Francia, además de entrenador, carece de portero. El penalti decisivo lo marca Montiel en honor a Saritísima y corre a celebrarlo contra un molino de viento de Campo de Criptana.

La gente se define por sus actos, en especial cuando gana. El Dibu Martínez acaba de ganar un mundial y los primero que se ocurre es hacer un gesto obsceno con el Guante de Oro. El jeque lo mira con indisimulado deseo.


El exjugador Agüero, que al parecer piensa que él ha ganado algo, se graba insultado a Camavinga y lo sube a las redes sociales. Por último, y siguiendo la estela de su guardameta, Messi acepta ponerse un picardías negro para recoger la copa del mundo.

Dicen que la bata transparente se llama Besht y la portan los ministros y personas importantes de Catar. Sin embargo, parece que Messi se disfruta con su copa vestido de negro sobre los 6500 esclavos que literalmente murieron bajo sus pies sin que le importara mucho. No solo no levanta la voz ante la ignominia, sino que baila el agua a los responsables de ella. Quizá tenga algo que agradecerles.

También tiene algo cañí la imagen. Messi parece una folclórica porque Messi es un poco Pantoja. En dos sentidos: uno físico, su parecido y su aspecto de persona inteligente nada tienen que envidiar al de Kiko Rivera Pantoja; y en el sentido de la personalidad, similar a esa forma de ser callada y rencorosa que transmite la tonadillera.

Se acaba el mundial de corrupción y muerte de Catar. Salgo a caminar por la noche para correr un tupido velo y quemar los garbanzos del día anterior. El coche aparece junto a casa, además de despistado, cegato.

Según paseo entre árboles siento que se me enamora el alma, se me enamora, porque en breve parte de nuevo un velero de luces cargado de sueños, el Real Madrid.
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19 Diciembre 2022

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