Salvo que Vinicius sea efectivamente, tal y como yo sostengo, un futbolista negro de Tercera categoría, lo que la Fiscalía sugiere es que se puede llamar mono a un jugador si el insulto se produce en un partido de fútbol de máxima rivalidad, se hace sólo un par de veces (o sea, "mono", "mono") y muy rápido (o sea, "mno").
Vinicius, un negro de Tercera
L.D./06.XII.2022
Como el Congreso con el delito de sedición, por la noche y en pleno Mundial, la fiscalía de Madrid decretó este viernes pasado lo que yo ya sabía y comenté aquí hace algún tiempo, o sea que en España hay futbolistas negros de Primera y futbolistas negros de Segunda, siendo Vinicius Júnior, jugador del Real Madrid, el único miembro de un selecto grupo al que, como diría Mourinho, sólo pertenece él, el de los jugadores negros de Tercera. Eso es lo que es Vinicius, un jugador negro de Tercera, y esto llama más aún la atención perteneciendo como pertenece el delantero brasileño al Real Madrid, un club que no pasa precisamente inadvertido. Quiero decir con esto que, en vista de la dimensión planetaria del club blanco, la Fiscalía tenía una ocasión única de dar un escarmiento con los cánticos racistas que se profirieron contra él en el Metropolitano pero, bien al contrario, dejó bastante claro que Vinicius no es un negro de calidad, no es un negro-negro, sino que es ese tipo de negro al que se puede insultar rápidamente y con brevedad y, eso sí, siempre y cuando el partido sea importante.
Lo primero que me llamó la atención del archivo de la denuncia por cánticos racistas contra Vinicius fue el escasísimo eco que una noticia tan escandalosa produjo en los medios. No hubo portadas de "No estás solo", ni campañitas de esas guay que organiza la FIFA, que luego se lleva el Mundial hasta Qatar. Claro que, a diferencia de lo sucedido con Diakhaby, que se inventó los insultos racistas de Cala, aquí las ofensas eran claramente demostrables. La Fiscalía consideró el viernes que los insultos a Vinicius en los que se le comparaba con un mono fueron desagradables, sí, inapropiados, también, pero se produjeron con ocasión de la celebración de un partido de fútbol de máxima rivalidad junto con otras alusiones marcadas por esa competencia deportiva. Los insultos, según el representante del Ministerio Público, sólo se produjeron en dos ocasiones y duraron unos segundos.
Salvo que Vinicius sea efectivamente, tal y como yo sostengo, un futbolista negro de Tercera categoría, lo que la Fiscalía sugiere es que se puede llamar mono a un jugador si el insulto se produce en un partido de fútbol de máxima rivalidad, se hace sólo un par de veces (o sea, "mono", "mono") y muy rápido (o sea, "mno"). Lo que yo creo, sin embargo, es que a Vinicius sí se le puede insultar por el color de su piel, que es el negro, y sí se le puede golpear, empujar y morder por el color de su camiseta, que es el blanco. Es un futbolista negro y del Madrid, para qué queremos más, ¿no? Lo que, nada más conocer las alegaciones del fiscal, manifestó Esteban Ibarra, que es el presidente del Movimiento contra la intolerancia, es que la decisión resulta inquietante y abre la puerta a la impunidad. Estoy de acuerdo con lo primero pero no con lo segundo, y me explico. Resulta inquietante que en España haya, efectivamente, negros de Primera, de Segunda y de Tercera, pero la decisión del viernes sólo abre la puerta, eso sí de par en par, a que a Vinicius le puedan seguir llamando macaco, mono, orangután, chimpancé, mico o simio con absoluta impunidad. Ya se lo llamó un imbécil en el Camp Nou delante de las cámaras de televisión y los Mossos declararon su incapacidad para localizarlo.
Así que, y parafraseando la portada del "No estás solo" de Diakhaby, podrá concluirse que Vinicius sí lo está, si está solo. Y está solo porque, y esto es lo más sorprendente de todo, tampoco el Real Madrid ha movido ficha, ni un dedo, ni un músculo, ni un pelo del flequillo. Y ahora deberán explicarle al jugador cuando vuelva que en su recién estrenado país, puesto que obtuvo la nacionalidad española hace justo tres meses, se montan campañas a favor de un jugador al que no se ha insultado, se crucifica al futbolista que no le insultó y se deja colgado de la brocha al jugador contra el que sí se profirieron insultos. Fantástico, ¿verdad? Dos semanas, dos, rebuscando debajo de las piedras para encontrar qué le dijo Juan Cala a Diakhaby y contratando a lectores profesionales de labios y ahora que los insultos están grabados el fiscal nos sale con que se puede insultar cortito y al pie, el famoso insulto racista tikitaka. La presión que metieron las ministras de Igualdad y Asuntos Sociales se ha esfumado, probablemente porque Vinicius no es un igual y quién sabe si hasta un asocial. Yo estaría enfadado si fuera él, muy enfadado. Pero tranquilos, que ya sale el club a defenderlo. Calienta, Butragueño, que sales.l
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