martes, 24 de enero de 2023

La temporada taurina de 2023 está llena de preguntas y no menos preocupaciones

La fiesta de los toros, reconvertida hoy en la de los toreros, está necesitada de emoción, elemento imprescindible para que se mantenga con vida

La temporada taurina de 2023 está llena de preguntas y no menos preocupaciones

ANTONIO LORCA
El País/|Enero/2023 

¿Qué nos deparará la temporada taurina de 2023?

¿Qué sorpresa se llevarán los avezados empresarios en busca de carteles que movilicen a las masas que se supone que nos tienen reservados cerebros como ollas a presión?

¿Habrá algún veterano que decida poner fin a su exitosa carrera, confiado en que su tarro de esencia está vacío y que esto es suficiente para poner a prueba la generosa paciencia de la afición?

¿Quizás habrá otros que juntarán sus cabezas y aceptarán protagonizar una hazaña de los tildados de «históricos» para despertar los espíritus de los que anhelan una ráfaga de emociones?

¿Algún otro torero, ya retirado y atrapado en una extraña estafa, soñará con volver a los ruedos aunque nadie haya reclamado su presencia?

¿Volverá la multitud a sus asientos o seguirá la sangría que encendió todas las alarmas el año pasado pese a la venda en los ojos que ha impedido a muchos (sobre todo periodistas) revisar las evidencias de las gradas vacías con carteles pijos colgados en las paredes?

Si no dan un golpe fuerte en Las Ventas, donde la suerte es más determinante que el azar, ¿les abrirá el sistema las puertas a esos nuevos toreros a los que sistemáticamente se les niega la posibilidad de alcanzar la fama? ?

¿Volverá el público a sus asientos o seguirá la sangría que provocó todas las alarmas el año pasado?

¿Saldrá algún toro de los chiqueros con nuevo documental, de esos que solo muestran su identidad en las calles de las ferias porque su origen taurino los ha hecho prohibidos y por tanto fuera de la vista de los aficionados?

¿Aparecerá el nombre de Fernando Robleño, autor de la Faena del Año en la Plaza de Las Ventas, en un cartel más allá de las fronteras de Madrid junto a un toro perteneciente a José Escolar?

¿Es posible que los distintos sectores taurinos comprendan de una vez por todas que sólo juntos se puede salvar la fiesta?

¿Alguna vez surgirá un torero que rompa con la mafia gobernante y se atreva a liderar una revolución?

Quizá no sean necesarias más preguntas.

No te preocupes por lo que va a pasar en las plazas de toros este año: habrá más.

Aspecto de un traslado en la Plaza de Bilbao el 22 de agosto.

'Los empresarios madrileños, los padrinos del toreo (junto con Matilla, no lo olvidéis), han decidido acabar con una de las tradiciones fundamentales de este oficio, que es la competición y el premio al esfuerzo y al triunfo, y están tirando de ella para crear una feria de diseño con un único objetivo evidente: recoger suscripciones en febrero para una feria que empieza en mayo.'

Los llamados personajes harán cumplir sus demandas, las ganaderías comerciales se apoderarán de las ferias, los empresarios/agentes seguirán intercambiando cromos con las caras de sus toreros (Alberto García dijo hace un tiempo en el mismo blog que sólo con las órdenes de un torero puede hacer dinero un empresario como él); Matilla seguirá mandando (qué personaje…siempre en la sombra, agazapado detrás de un Burladero descolorido, pero con los hilos de los negocios pegados a su poderosísima influencia); Muchos toreros se sienten prohibidos y obligados a perseguir sueños ya que es imposible intentarlo frente a un toro…

¿Y los espectadores?

¿Habrá algún motivo razonable para cubrir las vacantes más allá de unas tardes en Sevilla, Madrid y Pamplona?

En otras palabras, ¿qué toreros del actual escalafón son realmente interesantes para el público? (Nótese que hablan de “público” y no de fans, que cada vez son más tenues e irrelevantes).

La temporada pasada quedó claro que Roca Rey es el único torero que garantiza aforo lleno -y no siempre-, por lo que se podría concluir que «nadie» le persigue, lo que supone un gravísimo problema para la fiesta taurina que prefiere todo el sector. ignorar esta circunstancia no es nada baladí.

¿Qué toreros de las filas actuales de matadores son los que realmente interesan a los espectadores?

El toreo del siglo XXI no puede sustentarse solo en el torero peruano.

¿Qué hacen los toreros para hacer frente a esta situación? Si alguien sabe algo, que lo diga, porque la impresión que prevalece es que se contentan con exprimir el huevo de gallina hasta el agotamiento, hasta que se rompe y todo el conjunto salta por los aires.

Es sumamente peligroso hacer lo de siempre cuando está claro que la fiesta taurina se desangra temporada tras temporada, y no sólo por la impotencia de los políticos, sino también porque la sociedad española se aleja cada vez más de este espectáculo, que algunos hablantes, que se niegan a ver la realidad propagarse.

La fiesta taurina que hoy en día se ha transformado en la de los toreros (solo hay que fijarse en el cartel anunciador de la feria de Castellón donde solo destacan los nombres de los que se visten de luces como si fueran los grandes protagonistas del espectáculo), necesita emociones porque esa es la sangre vital para mantenerse vivo; y la emoción, con la excepción de una exigua baraja de toreros, es evidente en el toro. Pero no en el toro tonto, avergonzado y de semblante cansado y, sino en el real, que por su aspecto deslumbrante y mirada desafiante, su fuerza y ​​bravura se convierte en el amo del ruedo, no desprovisto de venerada nobleza. Este es el toro que puede ayudar a despertar la corrida de su letargo.

¿Qué sucede en la temporada 2023? «Lo siento, pero mi bola de cristal está rota», dijo hace unos días un comentarista de radio cuando se le preguntó sobre el año político.

No se sabe por qué Tauro es un misterio, pero parece en el horizonte que las perspectivas son las mismas que en temporadas anteriores.

Como ejemplo, un botón: Los carteles de la Feria de San Isidro se presentarán el 1 de febrero, ante las ferias de Castellón, Valencia y Sevilla.

Los empresarios madrileños, los padrinos del toreo (junto con Matilla, no lo olvidéis), han decidido acabar con una de las tradiciones fundamentales de este oficio, que es la competición y el premio al esfuerzo y al triunfo, y están tirando de ella para crear una feria de diseño con un único objetivo evidente: recoger suscripciones en febrero para una feria que empieza en mayo.

¿Qué nos deparará la temporada taurina de 2023?

Virgencita, Virgencita… déjame quedarme como estoy.

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