viernes, 3 de febrero de 2023

La gran estafa / por Pla Ventura

"...Lo del mano a mano ya no cuela porque, para desdicha de los organizadores, la gente se ha percatado del asunto y ya no cabe dicha artimaña.

Llevamos dos años con la cantaleta citada y, en todas las ocasiones ha sido un fracaso con estrépito si de asistencia de público se refiere. Este año, todavía no hemos empezado y ya tenemos carteles de dos diestros “rivalizando” por el trono..."

La gran estafa
Pla Ventura
Toros de Lidia/2 febrero, 2023
Como dije algunas veces, los taurinos, muy listos ellos, entienden que la solución para arreglar sus problemas pasa por montar los festejos con dos matadores de toros en lo que se suele llamar como un mano a mano, algo que se ha hecho toda la vida pero, convengamos recordarle a la gente que, todo eso sucedía cuando tenía tintes de acontecimiento, cuando dos toreros se retaban entre sí mismos para dilucidar la grandeza de cada cual.

Aquello que era épico, con aires de grandeza, de evento singular, en la actualidad se ha tornado una pura parodia o quizás una gran estafa para tomarnos el pelo a la gente con la finalidad de que los empresarios se ahorren un sueldo que, como los hechos demostrarán, en el pecado llevarán su penitencia. Lo del mano a mano ya no cuela porque, para desdicha de los organizadores, la gente se ha percatado del asunto y ya no cabe dicha artimaña.

Llevamos dos años con la cantaleta citada y, en todas las ocasiones ha sido un fracaso con estrépito si de asistencia de público se refiere. Este año, todavía no hemos empezado y ya tenemos carteles de dos diestros “rivalizando” por el trono. Por favor, que reine de un santa vez la sensatez entre la grey empresarial y que comprendan que, si tres figuras del toreo les cuesta un mundo llenar una plaza –a lo sumo congregan medio aforo- puesto que, si entre esos tres diestros afamados de un cartel determinado, si en el mismo no figura Roca Rey, apenas hay media plaza.

Como dije en repetidas ocasiones, en esos carteles no priva la rivalidad, lo que sobresale por encima de todo es el ahorro por evitarse un sueldo. Vamos a ver, ¿a quién le puede interesar un mano a mano con Paco Ureña y Daniel Luque en Valencia? A la empresa sí, porque quisiera ver la nómina de ambos diestros a la hora de la liquidación. Y si subimos un poquito más arriba en el mapa vemos que, en Castellón se anuncian con seis toros de “José Escolar” El Juli y Manzanares. ¿Nos creen tontos del culo a todos los aficionados? Está claro que, la sorpresa que se van a llevar los empresarios será de época cuando vean menos de media plaza poblada de gentes; claro que, es cierto que ellos eso lo saben y, como digo, lo que les preocupa es quitarse un sueldo de encima. Ciertamente, si se trata de eso, lo bordan, decir lo contrario sería faltar a la verdad.

Eso sí, en ese periodismo de estercolero en que vivimos en la actualidad, a dichos carteles los adornan como si Joselito y Belmonte mataran la de Miura en Sevilla por aquello de que, como antes dije, dilucidar la grandeza de cada cual en un reñido a mano a mano que le interesaba a todo el mundo. Y no hablemos ya de que un solo diestro mate seis toros que, eso ya es para morirse. Recordemos los seis toros de Paco Ureña el pasado año en Madrid y, su ridículo no pudo ser mayor. Es cierto que lo hicieron para quitárselo de encima pero, cosas del destino, este año se han arrepentido y le dan cuartelillo.

¿Y el mano a mano de Valdemorillo con Diego Urdiales y Juan Ortega con seis animalitos de José Vázquez? Por Dios, eso sí es una broma de mal gusto y, cuidado lo dice alguien como es mi caso que, por ver a Diego Urdiales yo pagaría una fortuna. Como lo pagué aquel inolvidable día de otoño del 2018 en que, frente a dos toros encastadísimos, Urdiales firmó la mejor tarde de su vida. No me gustar ver torear a los diestros de salón en una plaza de toros porque, cuando se visten de luces, ante todo tienen que correr el auténtico riesgo que debe de asumir un torero, jugarse la vida. Es mejor que se anuncien en una clase teórica en la plaza mayor del pueblo para que los aficionados se deleiten con su arte.

Yo entendería que, en esos carteles a los que aludo, en todos, se pusiera el no hay billetes para este día, entonces sí tendría sentido porque, ese aforo repleto sería la demostración palpable de que algo grande se presagia para dicha tarde. Pero que entren “cuatro gatos” para ver el acontecimiento, la cosa chirría por todos los lados. En fin, doctores tiene la iglesia, esos sabrán lo que hacen, pero luego que no se quejen.

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