sábado, 25 de marzo de 2023

'Caso Barça': La vieja del visillo culé / por Juan Manuel Rodríguez


"...El último movimiento que hizo ayer el Barça, colocando a las viejas del visillo de las redes sociales, gentes que no tienen otra cosa que hacer en sus vidas que delatar a los demás, en busca y captura de periodistas es, en el fondo, la confirmación de la desesperación que se debe estar viviendo ahí dentro..."

  La vieja del visillo culé

Juan Manuel Rodríguez
L.D./23.03.2023
Es tan gordo el elefante que ya no cabe en la habitación nacional. Hoy el rumor ha sido efectivamente, y tal y como comentaba siempre José María García, antesala de la noticia y la UEFA ha acordado abrir una investigación al Fútbol Club Barcelona por el caso Negreira, que es el caso del club catalán puesto que se tiró diecisiete años pagando al número dos del Comité Técnico de Árbitros, no conviene olvidarlo. Y digo que la noticia ha sido confirmación del rumor previo puesto que de esto ya se venía hablando, sobre todo por parte de quienes conocen el intríngulis del máximo organismo del fútbol continental, desde mediados del mes de febrero. En su día, UEFA ya castigó al Olympique de Marsella con la exclusión de la Champions de la temporada 94-95 tras confirmarse que había comprado un partido contra el Valenciennes. También impidió al Anderlecht participar en sus competiciones por otra compra de partidos en la temporada 98-99. UEFA no sólo puede excluir temporalmente a quien le parezca oportuno sino que, además, puede quitar puntos, cerrar total o parcialmente el campo, prohibir la inscripción de nuevos jugadores o, por ejemplo, retirar títulos. Quiero decir que esto no es una broma, no da para un chiste con sandwicheras por medio. En UEFA, y cuando de adulterar de un modo u otro la competición se trata, no se andan con chiquitas. Y como en Champions o Europa League quien tiene pase pasa y quien no tiene pase no pasa, si a un club no le invitan simplemente no pasa y se queda fuera.

Hoy, con esa decisión de abrir expediente al Barcelona, UEFA ha cumplido el sueño húmedo del independentismo porque ha internacionalizado el conflicto. Queda mucho y esto no ha hecho más que empezar pero en el hipotético caso de que el Barça recibiera sanción fuera mientras que dentro no se moviera una hoja, la Liga española y sus instituciones quedarían a la altura del betún. Si a la situación culé se añade el hecho de que Laporta apoya la SuperLiga, el horizonte es negro. E imagino que, aunque no como un factor determinante pero sí complementario, a los chicos de Ceferin tiene que haberles llamado mucho la atención la reacción del presidente del Barcelona, consistente hasta la fecha en llamar sinvergüenza a todo el mundo y habilitar un correo electrónico para que la jauría tuitera culé se lance sobre los trozos de carne periodística, como si hubiera sido el periodismo el que hubiera pagado durante diecisiete años a los Negreira, que conviene recordarlo otra vez. El amedrentamiento, vulgo acojone, forma también parte de la táctica dilatoria y desesperada del piloto que ve cómo su avión pierde primero un motor, luego el otro, más tarde el tren de aterrizaje y se queda sin gasolina y, entonces, se bloquea y empieza a apretar todos los botones, el de Plaza, el de Franco, el de Guruceta. Cuando el piloto del avión blaugrana aprieta el botón de Slaughter (¡el de Slaughter!) sabes que la cosa no acabará bien.

Iba a decir que habría sido mucho más sencillo reconocer los hechos, pedir perdón, dimitir y convocar elecciones pero a lo mejor no es tan fácil. Imagino que si eres un soberbio, si vives en un mundo fabricado única y exclusivamente para ti y para los tuyos, si te crees superior a los demás y si a tu alrededor tienes una cohorte de pelotas que te repiten constantemente lo bueno que eres, puedes acabar creyéndote que eres un rey, the king of Canaletas. El último movimiento que hizo ayer el Barça, colocando a las viejas del visillo de las redes sociales, gentes que no tienen otra cosa que hacer en sus vidas que delatar a los demás, en busca y captura de periodistas es, en el fondo, la confirmación de la desesperación que se debe estar viviendo ahí dentro. El Barça está perdiendo un tiempo precioso en fuegos de artificio, sangre para el pueblo con ganas de holganza. No sé quién decía anoche en El Chiringuito que los culés eran los primeros que querían saber lo que había pasado, me parece que fue Jota Jordi. No estoy de acuerdo: en líneas generales, los culés no tienen ningún interés en saber qué pasó porque lo que pasó es muy duro, mucho. A eso se le llama "madurar", y el barcelonismo lleva cuarenta años comiéndose los potitos del modelo, el ADN, el estilo, el seny y los valors. Seguro que hay por ahí perdido un líder culé con agallas suficientes para agarrar el toro por los cuernos. 

No es Laporta, desde luego. Ni Freixa. No es ninguno de los conocidos, la inmensa mayoría de los cuales ha contribuido al descrédito del que ahora pretenden responsabilizar a otros. Pero seguro que hay por ahí un Jordi, un Adriá, una Carme o un Eduard con ganas de que su club pueda parecerse algún día, dentro de un montón de años, al Real Madrid. 

La palabra es, y lo dije el otro día, regeneración. Es una tarea a la altura de un líder, uno de verdad, uno serio y no uno que se abrace a un maniquí o ponga a vigilar a la vieja del visillo. Adelante Marc. Todo tuyo Albert. Sal del pasillo de confort, Martí. Sé que estáis ahí. Dad el paso porque, si no, dentro de poco no habrá nada que presidir. Ni las raspas quedarán. Ni un maniquí.
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