martes, 28 de marzo de 2023

Sánchez Puerto, siempre recordado como artista y ser humano / por Pla Ventura

Madrid. Tertulia Amigos del Conde de Colombí: Rafael Campos de España y Marcili, Antonio Sánchez Puerto, y Felipe Díaz Murillo.

"...Si nos atenemos a las cifras, Sánchez Puerto no llegó a donde quería, pero ya quisieran muchos de los que llegaron tener la aureola de la que este artista es portador porque, tantísimos años después su memoria sigue viva, su arte es recordado por los aficionados y, un día sí y otro también, nuestro artista sigue siendo un referente para la torería actual..."


 Sánchez Puerto, siempre recordado como artista y ser humano

Pla Ventura
Toros de Lidia/28 marzo, 2023
Distintos problemas nos impidieron la semana pasada asistir a la invitación que nos cursó el maestro Sánchez Puerto en lo que fue el agasajo hacia su figura y su obra por parte de los miembros de la Tertulia Amigos del Conde de Colombí en Madrid. No estuvimos en presencia, pero sí en esencia, como debe ser; es más, los que allí asistieron nos contaron las anécdotas con las que les regaló el maestro Sánchez Puerto que, para todos aquellos que no le conozcan dejen que les diga que es un libro abierto, un hombre que aprendió en la escuela de la vida, al margen de que, al nacer, su señora madre, ya le trajo al mundo envuelto con el manto del arte.

Sentimos mucho no poder compartir mesa y mantel con Sánchez Puerto y todos los personajes que le rindieron culto y honor a lo que supuso su arte, especialmente en el ruedo de Madrid. Allí estaban la señora Muriel Feiner, don Rafael Campos de España, -por cierto, viene ahora a mi memoria al nombrar a dicho caballero cuando, su irrepetible padre me epilogó mi primera obra taurina, Las Desgarradas entrevistas de Pla Ventura, un señor donde los hubiere que hacía poesía de la crítica taurina- don Felipe Díaz Murillo, don Juan Lamarca López, amén de un gran elenco de personalidades del mundo de los toros.

Fijémonos en la calidad del personaje citado que, por ejemplo, don Juan Lamarca, que para ese día ya tenía contraído otro compromiso dada su relevancia en el mundo de los toros, al ser invitado clausuró sus compromisos, remodeló su agenda porque, lógicamente, estar con Sánchez Puerto no era tarea baladí para nadie y, mucho menos para el señor Lamarca que ofició de presidente en Las Ventas aquella tarde agosteña en la que Sánchez Puerto salió por la puerta grande. Allí se recordaron mil anécdotas de un diestro que, como se sabe, no se compró siete fincas en calidad de torero pero, su obra, amigo, esa es inmaculada.


Lamento en grado sumo no haber podido asistir a tan magno coloquio pero que, por todo lo que me han contado, el mismo, lo llevo grabado en mi alma. Es más, me cabe la fortuna de haber sido testigo de alguna de sus grandes tardes en Madrid y eso tiene un calado inmenso. Y ni hablemos de su tarde en Las Ventas enfrentándose a los de Victorino Martin en la que, como es sabido por todos, Sánchez Puerto dibujó los más bellos naturales que hasta la fecha se le habían endosado a un toro del ganadero de Galapagar. Cierro los ojos y veo aquel clamor de las gentes que, como incrédulos, no daban crédito a lo que en el ruedo estaba sucediendo, toda una catarsis de torería al más alto nivel que, tanto años después, cualquier aficionado de Madrid recuerda con inmenso cariño.

Sánchez Puerto es dueño de una anécdota que, con toda seguridad no le ha sucedido a ningún torero pero que él, sin pretenderlo fue el auténtico protagonista.  Venía precedido el diestro por dos triunfos consecutivos en Madrid y, la empresa le contrató para sustituir a Manzanares en la feria de San Isidro. Días previos al festejo, Sánchez Puerto acudió en calidad de espectador a la plaza y, su sorpresa fue mayúscula cuando por los altavoces de Las Ventas anunciaban que sería Sánchez Puerto el que sustituiría el lesionado Manzanares en dicha feria. Antonio, por esas cosas del destino, estaba de espectador en el tendido siete y, cuando dichos aficionados escucharon la noticia, le dedicaron una ovación que duró varios minutos puesto que, empezó todo en el siete pero se contagió la plaza entera.

Recordamos aquella tarde en Madrid en la que, bastaron seis verónicas para que la plaza se pusiera en pie; como digo, este diestro era un artista consumado que, le bastaba muy poco para contagiar al personal y enervarles con su arte. Eran aquellos irrepetibles años ochenta en los que han entrado en la memoria gracias al libro de Alfonso Santiago que, como sabemos, en dicho vademécum hasta tuvo su lugar el referido diestro de Cabezarrubias del Puerto, sencillamente porque era el dueño  y señor de su arte y, para colmo, hasta tenía “pueblo” cosa que no todos los toreros pueden presumir porque, Sánchez Puerto, además de Madrid, era ídolo admirado en Ciudad Real, la plaza en la que compitió durante varios años con los toreros más influyentes del escalafón quedando siempre por encima de ellos.

Si nos atenemos a las cifras, Sánchez Puerto no llegó a donde quería, pero ya quisieran muchos de los que llegaron tener la aureola de la que este artista es portador porque, tantísimos años después su memoria sigue viva, su arte es recordado por los aficionados y, un día sí y otro también, nuestro artista sigue siendo un referente para la torería actual.


--En la primera imagen que mostramos vemos al maestro Sánchez Puerto junto a don Rafael Campos de España y a don Felipe Díaz Murillo. Luego, distintas fotos del maestro tanto cuando estaba en activo como en la actualidad.

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