Unos años mas tarde, en plena feria de fallas y con un ambiente excepcional, de auténtico acontecimiento, plaza llena a rebosar, como hacía mucho que no ocurría, y una gran expectación que había hecho que Valencia recordase sus mejores tiempos, en los que la gente no hablaba de otra cosa que de sus toreros, el 14 de marzo de 1982, Paco Camino, en presencia de Pepe Luis Vázquez, le cedió la muerte del toro “Agraciado”, de Álvaro Domecq, con el que encarriló la tarde y su futuro. Tres orejas cortó en el festejo de su doctorado, tres trofeos que le permitieron, además de abrir la puerta grande, ser el máximo triunfador de aquella feria de fallas.
Valencia tenía un torero y volvía soñar con disfrutar de una gran figura.
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