"...La conclusión de esta interesante corrida sería que cuando todo está en orden como hoy, que los toros salen con buena o mala casta y que venden cara su vida e imponen lidias adecuadas con toreros que exponen cada quien lo suyo y con su estilo propio, regresa entonces la seriedad en la plaza y todo se contagia, palco y tendidos incluidos..."
Una oreja con sabor a gloria para Leo Valadez
Jean-Charles Olvera - España
Opinión y Toros/21 Mayo 2023
Interesante tarde de toros de Fuente Ymbro, en la cual destacó el mexicano Leo Valadez que cortó una merecida oreja que le sabrá a gloria.
El lote de Fuente Ymbro, bien presentado, salió duro, con su buena y mala casta, con ningún bobalicón sino más bien toros que se defendían, algunos con sentido y peligroso (1º), otro parado y reservón (2º), tardo (4º), noblote (5º) y un último, bravo en varas pero rajándose en banderillas y apagándose en el último tercio. El mejor de los pupilos de Ricardo Gallardo resultó ser el encastado tercero, castaño listón de nombre Trasmallo (549 kilos).
A este toro, el hidrocálido Leo Valadez le hizo una faena seria por ambas manos, embarcando con mando al cornúpeta en una faena variada y manteniendo siempre el interés. Grata sorpresa del nivel de un diestro que toreaba naturalmente y relajado como si estuviese entre amigos. Sorprendente para los aficionados presentes esa impresión de facilidad, de seriedad y de alegría que transmitió el toreo de Leo, que contagió los tendidos, 7 incluido.
Terminó por manoletinas de rodillas aclamadas visto el contexto. Una entera caída, pero efectiva le permitió tocar pelua y dar una clamorosa vuelta al ruedo. Así se viene a esta plaza, con mente despejada y dejando las dudas en casa.
Una lástima que le tocase el último toro apagado, que si se empleó en varas (ovacionado el picador Alberto Sandoval), se desfondó después en la muleta. El hecho es que el azteca tenía la plaza para él, no por nada El Rosco desde el tendido 7 avisó a la empresa algo así que “a este torero queremos verle más, mucho más”.
Valadez estaba en racha como para por fin aniquilar la maldición que sufren los toreros mexicanos que esperan con ilusión y desde 51 temporadas, tocar nuevamente el Cielo saliendo por la puerta grande de Las Ventas. 51 temporadas de espera, mañana siendo día aniversario, un 27 de mayo de 1972 con la salida a hombros de Eloy Cavazos.
Meritorios esfuerzos hizo Adrián de Torres, quien sustituía a El Fandi, con el primero y peligroso toro que le propinó dos duras volteretas tras una chicuelina y cruzándose con la muleta para citar con la diestra. Sin inmutarse, el linarense retomó la muleta para mandar por fin cuando se terminaba la faena, oyendo aviso antes de entrar a matar. Sin duda le hubiera resultado mejor cambiar los terrenos de la querencia del toro en las tablas del 7 para llevarlo más bien a los medios. Mató de un volapié certero oyendo una petición sin oreja, con vuelta al ruedo pareciendo suficiente. Pocas opciones tuvo con el cuarto. En su cuadrilla, resaltar la brega al 1º y el gran par del exquisito Curro Javier al 4º, ovacionado en esa tanda con José Antonio Prestel.
En cuanto a mi compatriota Juan Leal, se estrelló con el segundo toro parado que liquidó de un bajonazo. También se estrelló con el cuarto noblote al que le recetó su tradicional toreo pueblerino, tremendista, perfilero e insuficiente. En forma de redención y sabiendo que esta tarde no fue suya, se echó literalmente como un kamikaze en la frente del quinto al matar con una media estocada trasera. Fuerte división en los tendidos. Sabe torear, pero no evoluciona en su forma, la misma desde el inicio de su carrera. Diríamos que hasta nos da pena verle naufragar en su errónea certidumbre. Si Madrid reconoció su valor, también le avisó claramente que por esa vía se equivoca y que por ahí nunca crecerá.
La conclusión de esta interesante corrida sería que cuando todo está en orden como hoy, que los toros salen con buena o mala casta y que venden cara su vida e imponen lidias adecuadas con toreros que exponen cada quien lo suyo y con su estilo propio, regresa entonces la seriedad en la plaza y todo se contagia, palco y tendidos incluidos.
Sin ser una tarde excepcional, fue una interesante tarde de toros como nos gustaría vivirlas cada tarde. Así da gusto esta plaza. Y nosotros, a volver a ver más, mucho más a este Leo Valadez que con una sola oreja saboreó la gloria.
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