domingo, 9 de julio de 2023

En memoria de nuestras abuelas...

Este artículo que os presentamos no es nuestro, lo encontramos por casualidad en la red

Nos encantó y nos hacemos eco, porque es pura realidad. Ya van quedando pocas abuelas de aquellos años, pero los que peinamos canas, estamos orgullosos de haberlas conocido tal y como este artículo describe, da igual que te criaras o no en la ciudad o el pueblo, raro era no tener un familiar en el pueblo donde ver a estas abuelas, que por sus años y por el pasado vivido, eran auténticas heroínas.

«Historia del delantal de la abuela»
El primer propósito del delantal de la abuela era proteger la ropa de debajo, pero, además... sirvió como un guante para quitar la sartén del horno.

Fue maravilloso secar las lágrimas de los niños y, en ocasiones, limpiar las caras sucias. Desde el gallinero, el delantal se usó para transportar los huevos y, a veces, los polluelos. Cuando llegaron los visitantes, el delantal sirvió para proteger a los niños tímidos.

Este viejo delantal era un fuelle, agitado sobre un fuego de leña. Fue él quien llevó las papas y la madera seca a la cocina. Desde el jardín, sirvió como una cesta para muchas verduras después de que se cosecharon los guisantes, fue el turno de las coles. Y al final de la temporada, se usaba para recolectar manzanas caídas. Cuando los visitantes llegaron inesperadamente, fue sorprendente ver qué tan rápido este viejo delantal podía dejar el polvo.

Cuando llegó el momento de servir las comidas, la abuela fue a la escalera a sacudir su delantal y los hombres en el campo supieron de inmediato que tenían que ir a la mesa. 

La abuela también lo usó para poner la tarta de manzana justo fuera del horno en el alféizar de la ventana para que se enfriara. Pasarán muchos años antes de que algún invento u objeto pueda reemplazar este viejo delantal...

En memoria de nuestras abuelas

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