domingo, 3 de septiembre de 2023

Fernando Adrián, un caso único en el toreo / por Pla Ventura

 "...Adrián, en estos instantes ostenta otro récord, siete festejos, veinticuatro orejas y siete salidas por la puerta grande tras sus actuaciones. ¿Teníamos razón los aficionados cuando le defendíamos estando en el dique seco? Está clarísimo. Los empresarios quisieron ningunearle pero, sus éxitos, una vez más han dicho mucho más que mil millones de palabras que nosotros podamos decir..."

Fernando Adrián, un caso único en el toreo

Pla Ventura
Toros de Lidia/2 septiembre, 2023
Desde el último día que salió en hombros de Madrid en la corrida de la Beneficencia, Fernando Adrián no tenía firmado un solo festejo, razón por lo que le atribuíamos tener el maldito récord de haber salido dos veces por la puerta grande de Las Ventas y no tener un solo contrato. Eso no había ocurrido jamás en el mundo de los toros porque, el chaval, apenas tenía firmado un contrato en Albacete con un festejo humilde. O sea que, como es obvio, se ha pasado tres meses en el dique seco habiendo sido el triunfador total de Madrid. Nadie lo podía entender y, nosotros, a diario, así lo resaltábamos.

Como quiera que el destino suela ser caprichoso, no sé las razones pero, Maximino Pérez quiso contar con él para la feria de Cuenca y, a su vez, apoderarle. Llegó la fecha conquense y, el chaval en vez de amilanarse cortó cuatro orejas junto a las figuras con un éxito de clamor. Tras dicha apoteosis, Fernando Adrián ha conseguido varias sustituciones, entre ellas la de ayer en Palencia que, hasta indultó un toro. Otras cuatro orejas, cual ha sido el balance de las últimas cinco actuaciones de dicho diestro.

Si analizamos los hechos podemos morir de pena al comprobar que habían ajusticiado a un inocente. Cinco actuaciones recientes del chaval en un promedio de cuatro orejas por tarde, amén de las dos corridas de mayo en Madrid en las que cortó dos orejas cada tarde. Sin duda, Adrián, en estos instantes ostenta otro récord, siete festejos, veinticuatro orejas y siete salidas por la puerta grande tras sus actuaciones. ¿Teníamos razón los aficionados cuando le defendíamos estando en el dique seco? Está clarísimo. Los empresarios quisieron ningunearle pero, sus éxitos, una vez más han dicho mucho más que mil millones de palabras que nosotros podamos decir.

No hay que por bien no venga, lo digo porque las sustituciones, al margen de la oportunidad que le dio Maximino Pérez en Cuenca, le han venido como anillo al dedo. Relevos que Fernando Adrián ha aprovechado de forma apoteósica. Para su suerte, una vez que se ha puesto el “motor” en marcha, al margen de sustituir a otros compañeros, sus éxitos personales, además de darle mucha moral y algún que otro euro ganado en buena lid, ha puesto en un apuro a muchos empresarios que, sin duda, no tendrán más remedio que claudicar ante el gran triunfador.

Nosotros, en calidad de aficionados nos sentimos ufanos de que, una vez más, todo lo que habíamos dicho estaba impregnado de la razón porque nadie podía entender que, el gran triunfador de Madrid tuviera que irse para hacer la temporada del melón por tierras de Castilla la Mancha, dicho en metáfora, pero que faltó el canto de un duro para que fuera realidad.

Se ha recuperado un torero nuevo, aunque lleve varios años de matador de toros. Y digo nuevo puesto que, hasta que ganó la Copa Chenel nadie le conocía y, lo que es peor, tras sus grandes éxitos en Madrid ha faltado muy poco para que siguiera en el anonimato. Toreros jóvenes, llenos de novedad es lo que hace falta en esta fiesta adulterada por el protagonismo de los viejos del lugar vestidos de luces que, la mayoría, huelen que apestan.

Imagino la felicidad que Fernando Adrián pueda sentir y, como aficionado, me uno a la fiesta de su alma, no es para menos. Cuando venía que todo estaba perdido, un hombre creyó en él, le dio la oportunidad que merecía, Adrián la aprovechó y, después, todo lo demás. Veinte orejas en cinco tardes tras su silencio sepulcral que venía soportando tras lo de Madrid, eso no deja de ser otro récord para dicho matador pero, en esta ocasión, con el tinte del triunfo sobre su persona y, por encima de todo, por haber tenido la satisfacción de que se ha recuperado a otro torero de los muchos que hacen falta en el escalafón si es que de una maldita vez ser marchan todos los que sobran.

Lo contado viene a demostrar que no es tan fiero el león como lo pintan; digamos que, con los toros de las figuras, Adrián ha demostrado que puede estar a su misma altura, él y tres mil más caso de que les dieran la oportunidad para demostrarlo. Otra cosa son los chavales que se enfrentan a los toros de Dolores Aguirre, por poner un ejemplo que, por cierto, ahí quisiera yo ver a las figuras dirimiendo el cetro del toreo junto a tan arriesgados héroes combatiendo contra dicha fieras.

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