"...Detrás del declive de la clase media hay unas fuerzas nacionales y supranacionales a cuáles les interesa la división social y frenar la formación de una nueva generación de meritocracia..."
El análisis de Juha Karlsson:
¡Adiós a la clase media!
En España, como el resto de Europa occidental, hemos tenido una clase media próspera que, sin embargo, ha estado en declive en los últimos 15 años. Hay países como Estados Unidos, cuya clase media se ha mantenido estable que tanto en 1985 como en 2016 era en torno de los 59% de la población.
El término clase media esconde un caballo de Troya clasista en su definición. Sí aceptamos que una persona es de clase media, asumimos que también tiene que existir una clase alta y baja. Eso sí, si hacemos una encuesta en cualquier ciudad y preguntamos «¿Es usted de clase baja?», nadie diría que sí e igual contestaría, algo molesto: «¡No, yo soy de clase media!»
Con la clase media me refiero a pequeños empresarios, autónomos y trabajadores con contratos estables en industria, banca y seguros y funcionarios con plaza. También podemos hablar sobre la clase media sociocultural que no siempre concuerda con el poder adquisitivo.
Por lo general, cuando más grande es la clase media, más empleo estable, prosperidad y desarrollo en un país. Existe un fuerte vínculo entre la clase media y buenos ingresos y más educación. La paradoja es que la generación con mejor formación de la historia tiene la perspectiva pésima del futuro.
España ha pasado por varios ciclos de crisis y nos brinda una oportunidad idónea para crecer y evolucionar tanto en ámbito personal como profesional. Quien de verdad tiene iniciativa, ganas y quiere encontrar un empleo o crear su propio puesto de trabajo, lo va a conseguir. Lo contrario conformismo solo fomenta el fenómeno de precariedad, integrado por ciudadanos con la inestabilidad laboral y personal y la petición de vivir de subvenciones.
En la productividad por horas trabajadas los países occidentales siguen siendo más eficaces que los asiáticos, de momento. El año 2050 es altamente probable que el continente asiático dicte cuál será la clase media tipo. En aquel entonces la clase media en China y en la India será también el baremo para los países occidentales.
Detrás del declive de la clase media hay unas fuerzas nacionales y supranacionales a cuáles les interesa la división social y frenar la formación de una nueva generación de meritocracia. Esto está basado en tres pilares. Primero, los constantes estados de emergencia de turno, que permiten saltar las leyes y gobernar como un dictador en los países occidentales. Segundo, provocar escasez artificial de bienes y servicios por fin de lucro y tercero manejarnos con miedo y entretenimiento con la finalidad que no reaccionemos, pase lo que pase. Sencillamente, formar una masa borrega homogénea de ciudadanos.
Pongamos un ejemplo gráfico de España. El mes de diciembre 2021, de los 1,6 millones de contratos firmados, el 89% fueron temporales. Falta estabilidad en el mercado laboral y más emprendedor. La mayoría del empleo creado ha sido empleo público. Es un sector necesario, pero no ocasiona plusvalía, no genera riqueza. Si la cantidad de funcionarios es igual a la de autónomos, algo falla.
Seguro que se recuerdan de los famosos «mileuristas» a principios de este siglo como una mofa del prototipo de pobretón, por lo poco que cobraba. Ya no se ríe nadie. Para muchos mil euros mensuales suena como un buen sueldo. Hasta ese punto hemos llegado.
Los jóvenes entran al mercado laboral cada vez más tarde. Hace 30 años la mayoría empezaba a trabajar en torno de los 20 años, ahora más cercano de los 30. ¿Por qué? Por estudiar más, por falta de oportunidades o igual porque no pueden independizarse por el encarecimiento de la vivienda y los gastos diarios.
¿Qué ha pasado? ¿Dónde está la clase media española? Un buen indicador es la brecha salarial, que en España y Rusia es la más grande dentro de Europa. En ambos países la quinta parte que mejores sueldos tiene gana 7 veces más que el 20% de la población que menos cobra. En países del norte y centro de Europa la diferencia es menor, por 3 o 4.
La moneda tiene dos caras. Durante los años de crisis, concretamente entre 2010 y 2016, las grandes fortunas españolas, comprendidas en cuantía más de 100 millones de euros de patrimonio, se multiplicaron por cinco. Al mismo tiempo las empresas multinacionales rompían, trimestre tras trimestre, récords de ganancias. Estamos ante una clara redistribución de riqueza, por así decirlo suavemente. La principal rentabilidad no sale de las ganancias del extranjero sino del empobrecimiento de los propios ciudadanos. En efecto, el montante total de la riqueza de los hogares está disminuyendo cada año.
Aunque, a fin y al cabo, el cerebro no reconoce la diferencia entre lo real y lo imaginario. Lo que importa es que nosotros creemos, sentimos y visualizamos la mejoría en nuestra vida todos los días. De esa manera podemos reprogramar nuestro cerebro y cambiar nuestras creencias negativas a positivas y también disfrutar de la nueva clase media. ( Publicado en Toros de Lidia/15 noviembre, 2023)
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