Tras el cambio de carteras y el nombramiento de este político, que a estas alturas ya es conocida de sobras su contraria postura acerca de la celebración de festejos taurinos, todo el sector se movilizó, se puso “nervioso” y con temor por las redes sociales.
Hubo ciertos posts y tweets, que les diré bajo mi opinión que me parecieron lamentables, en un sector en el que cada día está más claro que somos incapaces de defendernos porque no tenemos una estructura interna, y lo que es peor todavía, no sabemos quienes somos y que estamos haciendo aquí, o al menos eso damos a entender con ciertos comportamientos.
Hubo determinadas publicaciones, que como he dicho aplaudían el nombramiento de un político antitaurino (por cierto, promotor de la prohibición en Cataluña), llegando a mencionarle a su cuenta personal. ¿Se imaginan ustedes la cara que pondría este señor cuando le llegasen las notificaciones al móvil? Yo sí, le saldría una sonrisilla traviesa dándose cuenta que tiene más de media batalla ganada, ante un sector que le teme antes de que se haya pronunciado sobre el tema en cuestión.
Me parece que estas acciones no son las correctas ante el enfrentamiento con un político que ¿Por qué no?, podría acabar con la fiesta de los toros. Por otro lado, me parece muy cuerda y cierta la idea de sentarse a hablar con él y explicarle quienes somos y que hacemos en la sociedad, tal y como ha dicho la Fundación Toro de Lidia que va a actuar en los próximos días.
Esto último es lo que se debe hacer, y no andarnos pidiendo perdón por las redes sociales por el simple hecho de ser taurinos. Así no…
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