"..Digamos que, en el último trienio han tomado la alternativa setenta y cinco novilleros y, la pregunta es obligada. Al margen de Tomás Rufo, ¿conoce usted a alguno de los matadores citados? Vaya paradoja, ¿cierto? Y queremos el relevo, pero ¿de dónde, a quién hay que relevar? Los datos, como digo, son estremecedores y, pese a todo, siguen quedando chavales que quieren ser toreros.."
El drama sigue vivo
Pla Ventura
Toros de Lidia/17 enero, 2024
Una vez más, analizamos lo que ha sido el mundo de los toros en la pasada temporada si de nuevos matadores hablamos y nos entran los espasmos de la muerte. Como quiera que en el toreo todo es grandeza, nadie repara en la cruel realidad en la que vivimos que no es otra que un drama al más alto nivel. Los números nos hacen bajar a la tierra y palpar la realidad en la que nos movemos. Todos luchamos para que haya nuevos valores, la prueba no es otra que todos los certámenes novilleriles que se celebran cada año en distintas localidades que, de todas han salido toreros admirables; diestros que, por lógica, tienen que tomar la alternativa para instalar en el escalafón el anhelado relevo.
El pasado año, sin ir más lejos, se doctoraron veintisiete novilleros y rejoneadores, incluida, como es natural, la señorita Rocío Romero. En el ciclo anterior fueron veinticuatro y, si mal no recuerdo, otros tantos en el año 2021. Digamos que, en el último trienio han tomado la alternativa setenta y cinco novilleros y, la pregunta es obligada. Al margen de Tomás Rufo, ¿conoce usted a alguno de los matadores citados? Vaya paradoja, ¿cierto? Y queremos el relevo, pero ¿de dónde, a quién hay que relevar? Los datos, como digo, son estremecedores y, pese a todo, siguen quedando chavales que quieren ser toreros.
Por todos los datos expuestos me sigo quitando el sombrero cuando veo que un chaval determinado quiere ser torero. Lo digo porque se trata de un ejercicio de fe al más alto nivel, nada que ver la valía de cada cual, sus condiciones artísticas, los padrinos que pueda tener, el dinero que pueda aportar para los montajes cuando, en realidad, todo ello no sirve para nada. Si acaso, como explico, esperar el milagro que llega cada cien años y, como diría el refrán, para largo me lo fiaste, apenas me queda tiempo para verlo.
Este mundillo es complicadísimo porque, lo natural y lógico sería que, todos aquellos chavales que han despuntado a lo grande como novilleros, una vez doctorados, en el peor de los casos, tuvieran unas oportunidades lógicas para el desempeño de sus funciones pero, nada de eso ocurre, recordemos la alternativa de Álvaro Alarcón el pasado año en Madrid, un chico que venia de triunfar por todo lo alto, incluso había salido a hombros de Las Ventas y, se doctoró en dicha plaza y ahí “murió” para siempre. Y he dicho este chico como podría haber comentado a tres mil más en idénticas condiciones. Si entre más de setenta doctores en tauromaquia de los últimos tres años, apenas tenemos en la memoria a Tomás Rufo, algo grave está sucediendo en el mundo de los toros. Vamos que, no quiero ni pensarlo.
Y esta realidad que es tan dramática como para que alguien tomara nota del asunto y empezara a tomar decisiones que pudieran favorecer a todos aquellos que han triunfado, se tapa todo, se olvida y al año siguiente a empezar de nuevo. ¿A quién favorece que haya tantos novilleros y que cada año se engorde la lista de los matadores a sabiendas de que nadie toreará nada, absolutamente nada? Sin duda, es una pregunta que no tiene respuesta. Como dije, la única cuestión que cabe dentro de mi ser al respecto es la que dije antes, la fe de cada cual que, a pesar de mover montañas, es capaz de lograr que cualquier chaval esté diez años parado a la espera del milagro, puede ser el caso de Borja Jiménez, no lo dudo pero, es mucha la espera sin tener la certeza de nada.
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