"..Desde que hemos sabido de su fallecimiento no cesan las alabanzas. Hablan de su inteligencia y ponderación, del equilibrio en sus juicios, de los deliciosos quiebros y hasta requiebros en su particular y muchas veces costumbrista gramática, de los conocimientos que atesoraba y su absoluta franqueza para expresarlos, y, cómo no, de su código moral. En resumidas cuentas, hay una ingente apología de elogios queriendo ensalzar a Lera.."
Una información que deja desolada a la familia, naturalmente, pero también a colegas y amigos que sin parentela con él, sin embargo, siempre fuimos, o quisimos ser asimismo como descendientes y depositarios de sus competencias y habilidades en la profesión y el quehacer cotidiano. Porque fue José Luis, o Lera -que así le conocíamos todos, nombrándole por su primer apellido a secas, como reafirmación del prestigio que ha tenido y seguirá teniendo sin necesidad de invertir el más minimo esfuerzo- un paradójico y, no obstante, muy completo compendio de modestia y elegancia, tan crítico como respetuoso, siempre acertadísimo para comunicar con absoluta sinceridad como exige el principio de la función periodística; una actividad, hay que reafirmar, que él ejerció con suma llaneza y templanza para acabar siempre en la brillantez. Y tanto, insisto, que ahora querría implorar ese talento de su pluma, qué cosas, precisamente para que el panegírico que le dedico, postrer homenaje a su figura, quede lo más resultón, palabra ésta que él mismo me inculcó en ocasiones para buscar la redondez de algún comentario que nos ocupaba.
Pues, sí. Se nos acaban ahora los elogios para ensalzar sus virtudes. De Lera se han puesto a escribir ya todos los periodistas de Valladolid, y de Castilla y León, incluso de algún medio de comunicación nacional. Porque otro mérito de Lera ha sido también que la buena fama que le ha acompañado siempre traspasara "fronteras", pues no es fácil que siendo "de provincias" -de Valladolid en su caso, una tierra, empero, de grandes y eminentes lumbreras- como a él le gustaba reivindicar en tono de broma, le tuvieran muy en cuenta por sus opiniones en España entera y todos los países con tradición taurina.
Desde que hemos sabido de su fallecimiento no cesan las alabanzas. Hablan de su inteligencia y ponderación, del equilibrio en sus juicios, de los deliciosos quiebros y hasta requiebros en su particular y muchas veces costumbrista gramática, de los conocimientos que atesoraba y su absoluta franqueza para expresarlos, y, cómo no, de su código moral. En resumidas cuentas, hay una ingente apología de elogios queriendo ensalzar a Lera.
Pero yo pretendo tomarle la delantera a todos, mis queridos compañeros, con el máximo respeto, proclamando a José Luis Lera, como el mejor crítico taurino de nuestra época. Así, sin más.
Ahora rezamos por él. D.E.P.
Jose Manuel eres un gran escritor buen taurino y muy buena persona, haces unas crónicas y unos escritos que da gusto leer, pero acuérdate de aumentar un.poquito las letras que ya estamos mayores y nos cuesta trabajo el leelas, un abrazo del amigo que sabes que te aprecia y te quiere. Un abrazo a tu familia.
ResponderEliminar