viernes, 5 de enero de 2024

Prescindibles / por Pla Ventura


"..Es el caso de Daniel Luque que, cargado de razón ha visto cómo se han montado todas las ferias y a excepción de Castellón no aparece en ninguna. Entiendo a Daniel Luque mejor que nadie porque si hay un torero cargado de razones para protestar, ese es él y con toda la razón del mundo porque en las ferias en las que se le ha excluido, en todas ha triunfado por lo grande.."

Prescindibles
Pla Ventura
Toros de Lidia/4 enero, 2024
Se están organizando las primeras ferias del año en curso y, por lógica hay toreros discrepantes ante el montaje de los carteles.  Es el caso de Daniel Luque que, cargado de razón ha visto cómo se han montado todas las ferias y a excepción de Castellón no aparece en ninguna. Entiendo a Daniel Luque mejor que nadie porque si hay un torero cargado de razones para protestar, ese es él y con toda la razón del mundo porque en las ferias en las que se le ha excluido, en todas ha triunfado por lo grande. Claro que, una cosa es la justicia que debería de recibir cada diestro triunfador y otra muy distinta los apaños de los empresarios con las grandes figuras.

Digamos que, todas las ferias giran en torno a Roca Rey, Talavante, Morante, Manzanares, Castella, Emilio de Justo; toreros que sin ser imprescindibles, si son necesarios por otra parte. Como diría amigo mío, preciso, aquí no hay nadie imprescindible. Y es una verdad que plasta. Recordemos que, el tiempo en que Talavante y Castella se ausentaron las ferias se montaron de igual modo, como sucederá este año sin El Juli. Lo diestros antes mencionados son las figuras, sobre las que gira el toreo en derredor de ellos y, si sobra algo ya se empieza a contar con los demás. Luego solapados junto a ellos tenemos a El Fandi, Diego Urdiales, Perera, Tomás Rufo, Juan Ortega, Pablo Aguado, Ginés Marín, el citado Daniel Luque y algunos más. Digámosle a los últimos nombrados que, no echen las campanas al vuelo que, en mayo vuelve Enrique Ponce que, de forma cruel, dejará en la calle a varios de los aquí expuestos.

Por cierto, permítaseme contar una anécdota curiosa sobre un diestro determinado y triunfador como pocos del año pasado. Me refiero a Fernando Adrián que, “lógicamente” no parece en ninguna feria primeriza, salvo en Illescas, algo que me recordó un aficionado abogando por el diestro cosa que me alegré muchísimo. No es menos cierto que, cuando le reflexioné a este caballero al que cito en calidad de aficionado, al espetarle los motivos por los cuales Adrián torea en Illescas, el pobre casi se me desmaya. No es que haya justicia alguna, es que Maximino Pérez, el empresario de dicha plaza es el apoderado de Fernando Adrián, razón por la que toreó el pasado año en Cuenca y, a partir de aquel momento, Maximino fue muy sagaz y le encontró acomodo a su torero en quince sustituciones.

Muchos se verán la misma tesitura que Daniel Luque y, no les quedará más remedio que tragar quina. La verdad es que me asombro ante la realidad de lo que ven mis ojos. Las ferias, como digo, se montan al reclamo de seis toreros, queda otra media docena para que ejerzan de criados y puedan torear lo que en verdad se merecen pero, ya será todo cuestión de suerte antes que la valía personal de cada diestro. Y si todo se basa en doce toreros, hasta los ciento setenta que tenemos censados. ¿Se imagina alguien el futuro de los que no pertenecen a dicha elite?

El toreo tiene muchos problemas que hemos analizado miles de veces pero, uno de ellos, el que más, diríamos que el triunfo es tan efímero que, lo que suceda hoy ya no cuenta para mañana. Ha pasado muy poco tiempo desde el 2022 en que, Ángel Téllez y Francisco de Manuel deslumbraron en Madrid y en otras muchas plazas y, ¿se acuerda alguien de estas dos criaturas? Y tenemos como ejemplo a Fernando Adrián al que hemos comentado tres millones de veces que, de ser el triunfador absoluto de la temporada 2023 en Madrid, de repente, se silenciaron sus éxitos y, hasta final del verano, en Cuenca, puedo reaparecer. Y, lo que es peor, que no se haga este año muchas ilusiones que puede llevarse un susto de muerte, pese a estar apoderado por un empresario.

Y mientras todo eso sucede, nada bueno por cierto, Curro Díaz tiene que armarse de valor fuera de los ruedos y, como el pasado año, seguir rezando para que le den alguna que otra sustitución y, de tal modo, mostrar su torería infinita, la que no tienen la mayoría de los diestros antes comentados.

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