Carteles de San Isidro, he aquí la diferencia / por Pla Ventura

"..A propósito de lo que digo tenemos un caso sangrante que pone en evidencia a la empresa actual de Madrid puesto que, si ellos hubieran sido los empresarios de Las Ventas en el año 1985, puede que, Espartaco no fuera lo que es hoy, un torero de enorme prestigio reconocido a nivel mundial.."

Carteles de San Isidro, he aquí la diferencia

Pla Ventura

Toros de Lidia/3 febrero, 2024

El pasado uno de febrero durante una gala espectacular que se celebró en Madrid fueron presentados los carteles de San Isidro, un evento que emocionó a los asistentes, especialmente a todos los incluidos en dicha feria. Por el contrario, nadie de los asistentes, ni la prensa por supuesto, nadie ha reparado en que el madrugón que la empresa se ha dado en mostrar los carteles va en detrimento de muchas personas, entre ellos de los abonados que, raudos y veloces tienen que sacar el abono cuanto antes para que no quedarse sin entradas. Eso, aun siendo una triquiñuela de la empresa podríamos darle más o menos importancia, pero, lo realmente sangrante es que, antaño, no hace muchos años, Madrid esperaba para dar sus carteles isidriles casi al finalizar la feria de Sevilla porque, podía darse el caso de que existiera un triunfador en la feria hispalense y debía ser colocado en Madrid.

A propósito de lo que digo tenemos un caso sangrante que pone en evidencia a la empresa actual de Madrid puesto que, si ellos hubieran sido los empresarios de Las Ventas en el año 1985, puede que, Espartaco no fuera lo que es hoy, un torero de enorme prestigio reconocido a nivel mundial. Lo explico. Si en aquel año aludido los carteles de Madrid se hubieran presentado a final de enero, Espartaco, posiblemente, no hubiera sido lo que es hoy en día, lo que ha representado en el toreo. Lo digo porque, en aquella feria de Sevilla del año mentado, Espartaco estaba desesperado, incluso quería abandonar, pero, para su suerte, le salió el toro llamado “Facultades” de Manolo González en la capital bética, triunfó de forma rotunda y, como los carteles de Madrid no se habían cerrado, Espartaco entró en los mismos para matar la corrida de Alonso Moreno en la que consiguió que se le reconociera como figura del toreo tras un éxito de apoteosis.

Esa es la diferencia que marca una época de otra en el toreo. Aquella forma de espera tenía su lógica porque, como he explicado, gracias a la paciencia de Manolo Chopera, el éxito de Espartaco en Sevilla le sirvió para que se le abrieran las puertas de Madrid, para que lograra un triunfo de apoteosis y, a partir de aquel momento, Juan Antonio Ruíz fuera una auténtica figura del toreo. ¿Lo hubiera sido de igual modo en las actuales circunstancias? Es posible que sí, pero de igual modo, sin la oportunidad que Madrid le dio, igual hubiera estado varios años esperando como le ha sucedido a su discípulo Borja Jiménez.

Como digo, todos estaban contentos, radiantes, felices, dichosos; todos menos Curro Díaz que, además de ser un torero artista, lleva tres años sin pisar la plaza de Madrid en San Isidro, pero, analicemos, ¿ha reparado alguien en este diestro? Nadie. Lo digo porque los allí asistentes en la citada gala, algún que otro compañero podía haber roto una lanza por Curro Díaz, es más, la propia prensa debería de haber hecho sangre contra la empresa en este aspecto. Todos han callado como putas ante el temor del “chulo” de turno a que se les castigue.

Cuidado que, Curro Díaz, el que conmovió a propios y extraños al final de la pasada temporada -cuando le dieron contratos- con varias faenas sublimes, inolvidables, de las que perduran en la mente de cualquier aficionado y, los periodistas, como decía se les presupone aficionados deberían de haber removido Roma con Santiago para que la empresa de Madrid hubiera contratado a Curro Diaz; pues no lo son porque nadie ha dicho esta boca es mía al respecto. ¿Será que todo el mundo le tiene miedo a Simón Casas de ahí el silencio sepulcral al respecto? No entiendo nada. ¿Miedo a qué? Pero si en Madrid el único que debería tener miedo no es otro que el propio Simón Casas que, de no ser por el dinero de su socio, Rafael García Garrido, hace años que no sería empresario de Madrid. Así, de tal modo, el binomio les ha salido perfecto puesto que, mientras Garrido ha puesto la “leña”, Casas ha puesto su experiencia profesional.

Lo que decía, el mundo es para los listos y, la gente comentada lo son en grado sumo. Aquello de que en Sevilla pueda haber un gran triunfador y que se quede sin ir a Madrid les trae sin cuidado. No es menos cierto que, conforme está el planteamiento actual del toreo, si somos sinceros debemos de reconocer que, los que actúan en Sevilla son los mimos que en Madrid. Puede darse el caso de que, Ángel Jiménez o el propio Alfonso Cadaval, Oliva Soto si es que les ponen, tengan la oportunidad de triunfar, pero como esos no cuentan para nada, que se jodan, es el sentir de los madrugadores de Madrid.