lunes, 26 de febrero de 2024

Plaza México: Toreo del bueno y Puerta Grande para Diego San Román / por Luis Cuesta

"..Casta y valor hubo en el ruedo de la México y la afición vivió una estupenda tarde de toros. Una cosa trae lo otro y así ha sido siempre en la tauromaquia. Si saltan a la arena toros con trapío, encastados y los toreros están de vena y además les pueden, se produce una de las mejores sensaciones que pueden vivir los aficionados en una plaza de toros.."

Toreo del bueno y Puerta Grande para Diego San Román.

Luis Cuesta
De SOL y SOMBRA /México, 25 Feb. 2024
Al fin se pudo ver y fue hasta la sexta corrida de la temporada de la reapertura en dónde por fin, pudimos ver torear de verdad. Y es que hubo toreo del bueno y toreo con sello. Sus artífices fueron: Emilio de Justo, José Maurico y Diego San Román.

Todo cambia cuando salen toros de verdad: porque cada lance cobra autenticidad y se jalea con verdad, con el mérito de tener un toro con trapío por delante y el respeto que ello merece.

Es curioso, pero a veces no se entiende como un torero con tanta calidad como José Mauricio, estuviera estancado en la medianía, un hombre que curiosamente en la Plaza México suele ejecutar el toreo auténtico y lo hizo en el segundo de la tarde, tras unos derechazos en el centro del redondel en dónde aguanto con firmeza las embestidas de un toro de Pozohondo con edad y trapío. Después, cuando consiguió someterlo, se entretuvo en los redondos y naturales. El toro tomaba codicioso la muleta que le presentaba y el torero capitalino resolvió el compromiso llevándole más toreado aún; es decir, más templado y más embebido en el engaño. Y eso señores, es torear. Mato de una estocada efectiva y se llevó una de las orejas con más peso de lo que llevamos del serial.


Después, se rompió el encanto. Muchas lagunas e imperfecciones hubo en su faena al cuarto de la tarde, sin embargo también tuvo algunos momentos destacados, especialmente por el piton derecho, aunque todo sin la rotundidad de su primera faena. Aún así, cerca estuvo de dominar al incómodo, pero noble astado de Pozo Hondo. Luego lo mató de mala manera y todo termino en una ovación. Al final, pienso que le falto dar un paso adelante para imponerse al de Pozohondo.

Emilio de Justo con su primero realizó una faena de torero antiguo, lo hizo en perfecta armonía con cabeza y corazón, dándole al toro las ventajas que debían dársele, cruzado frente al testuz, trayéndoselo toreado con riesgo y el sentimiento de un diestro que está dotado de una gran sensibilidad artística. Toreo sin concesión a la galería y con elegancia, esa que cuando de verdad es auténtica, desconoce cualquier tipo de vulgaridades. Se tiró a matar con mucha verdad, pero falló con el acero. El público lo sacó al tercio para reconocerle su torería.


Tomó la muleta con mucha decisión en su segundo, un toro por el que pocos apostaban y lo dominó embarcándolo con mucho temple y hondura. Una leccion de como parar, templar y mandar, cargando la suerte, ganandole terreno al toro para ligarle los muletazos y traérselo totalmente encelado y sometido. Si alguien le preguntara a usted qué es el toreo, ahí quedan para el análisis tres tandas de redondos y los pases de pecho largos, así como los trincherazos solemnes con que las abrochó. Y, ojo, todo a un toro reservón y con embestidas bruscas. Lamentablemente se pasó de faena y la emoción de su trasteo perdió intensidad. Se entregó en el estoconazo, y ese fue otro instante de enorme torería. Pero el toro vendió cara su muerte y se le escapó la oportunidad de conseguir el triunfo al torero español, sin embargo una vez más quedó demostrado porque este hombre es figura del toreo en la “liga premier” del toreo.

Todo habría sido muy solemne si no hubiera estado Diego San Román, que armó un alboroto en los tendidos demostrando a qué extremos de valentía y entrega puede llegar este torero que quiere ser figura del torero a toda costa.

Hoy irrumpió como un meteoro en el ruedo de la México y cuajo a los toros de su lote, para que el público de la Plaza México se fuera enterando de lo que vale como torero. A los dos les plantó cara, sacó pecho y aguantó las embestidas con las zapatillas atornilladas en la arena, dejando asombrada y enternecida a la afición.

Su primera faena (y oreja) tuvo como fundamento independientemente de la inspiración, de la postura y de la estética: el toreo puro con verdad. Mientras que la faena a su segundo tuvo aplomo, técnica, arte y valor. Con sólo eso -casi nada- San Román construyó una labor de altos vuelos, con la que ratificó el paso firme que mantiene desde la pasada temporada. Una estocada certera le valió el triunfo que ya proclamaba el público en el tendido, que para esos momentos estaba conmovido por las intensas emociones vividas con el queretano. El premio fue una oreja solicitada por mayoría absoluta y arrastre lento para el toro de Pozohondo, un poco exagerado en mi opinión, ya que por el pitón izquierdo fue muy incierto y se quedaba corto.


Al final el público de la Plaza México que sacó en hombros a San Román, pudo comprobar lo que la afición de las principales plazas de provincia ya había podido experimentar con este torero: Llegó, toreo y venció.

No quisiera terminar está cronica sin darle un reconocimiento especial a los ganaderos de Pozohondo que mandaron un encierro con edad y trapío, con algunos toros de casta brava, prontos al cite, otros humillantes al embarcar, largos al embestir, y si alguien les aguantaba los lances o muletazos, perseguían codiciosos el señuelo. Una corrida importante, de esas que provocan palmas de reconocimiento.


POZO HONDO / MAURICIO, DE JUSTO Y SAN ROMÁN

Toros de Pozohondo de magnífica presencia, bien armados, con casta y algunos con nobleza. Destacaron los corridos en primero, segundo y sexto lugar, este de nombre “Cenizo” que fue premiado con el arrastre lento.

José Mauricio: Oreja y ovación con saludos.

Emilio de Justo: Ovación con saludos tras un aviso y ovación tras dos avisos.

Diego San Román: Oreja y oreja.

Plaza México. Sexta Corrida de la Temporada de Reapertura 2024. Menos de media plaza.

Incidencias: Emilio De Justo confirmó su doctorado con “Tinterillo” marcado con el número 2 con 535 kilos. Destacaron en varas Omar y Erick Morales.

Fotos: Erick Cuatepotzo y la Plaza México.

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