El Fandi a portagayola con el cuarto miura. Fotograma: OneToro
Esaú Fernández corta oreja del tercero, Le arrebatan otra al Fandi quien da vuelta y es ovacionado. Escribano se priva de trofeo con la espada y saluda dos veces. Corrida intensa, serio, bravo y exigente encierro…
La lidia del miura
Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, IV 21 2024
Última de feria. Sol. Plaza llena. Cinco miuras a portagayola, cinco picadores aplaudidos, cuatro espectaculares tercios de banderillas compartidos, cinco faenas ovacionadas, una oreja, otra, robada, un solo aviso y nadie parpadeó en la tarde. Los miuras mantuvieron alta tensión y atención. El toreo fundamental con las suertes para lo que se hicieron, para evitar la cogida, no para poner poses.
El viejo hierro de Zahariche trajo un sexteto cuatreño, “Ligerito” para su costumbre, apenas 575 kilos promedio, dispar en la romana, dos por los 530 kilos y cuatro bordeando los 600. Cinco cárdenos muy “gallardos” y un castaño. Todos en la estampa familiar; leña, mirada hombruna, largo cuello, cuerpo agalgado, vareados, patas largas ágiles, y sobre todo mucha personalidad y arrogancia. Nada de dejarse, nada de regalarse para que los burlen y los maten. A vida por vida salieron y cotizaron las valerosas bregas de todos los toreos.
Un regalo, en los frívolos tiempos que corren, para los viejos aficionados y para lo que no siéndolo, van por la senda de la verdad. La Maestranza vivió la corrida con devoción y gozo.
El Fandi, con sus veinticuatro años de alternativa y toda su experiencia a cuestas, estuvo con las ansias de un novillero en busca de nombre. Entregado, pero sapiente, apostado pero capaz, vistoso pero eficaz. Abrió de rodillas ante toriles con “Hazañoso”, larga cambiada, cuatro verónicas rodilla en tierra, una larga de molinete, y el público en el tema, de donde ya no se iría más. El toro se volvía en corto, buscando cuerpo o autoridad, y encontró esta por ambos pitones. La media espada pasada requirió descabello. Saludo.
“Tejón” el cuarto, 599 kilos duros al que toreó a cuerpo limpio tras el tercio por colleras con Escribano, fue encontrando el rumo y el tiempo de la muleta hasta la tanda ligada de cuatro naturales y dos de pecho que puso la música. La faena de toma y daca, como fueron todas, tomó vuelo y la estocada fenomenal a reverendo volapié, rodó y Don Fernando Fernández Figueroa Guerrero, mientras la plaza bullía de pañuelos y gritos, dejó errar su mirada extraviada por los tendidos dejando que se llevaran al toro y arrebatando el premio ganado a costa de jugarse la vida por el veterano granadino. Tras la vuelta al ruedo exigida por el público, hubo reprimenda silbada para el incomprensivo.
Escribano fue recibido con ovación, en honor a su gesto de venir a torear convaleciente de la cornada por el victorino hace ocho días. Estuvo a la altura con su duro lote, más con el segundo, “Papelero”, el castaño, de capa, banderillas y muleta. Pero el medio estoque desprendido, ineficaz, el aviso y el descabello, cambiaron pelo por palmas.
No pudo ligar al quinto, que había brindado a la banda. De a uno en uno, construyó la justa lidia de “Dormido”, en la que cada suerte tenía su propio valor. Y la gente, con él, como lo había manifestado desde el comienzo. La igualada fue muy laboriosa y tarda, para solo media espada y saludo.
Esaú Fernández, cortó la única oreja a “Charran” el tercero con una faena enaltecida por el alto grado de dificultad, el aguante y la ligazón a la que llegó a punta de exponer. Pero, sobre todo, como debe ser siempre, por la gran estocada. Recibió y paseó el trofeo muy emocionado en una vuelta de muchas prendas.
Picado por sus alternantes se fue también a chiqueros de rodillas para recibir el sexto, con la gente llena de ilusiones de triunfo grande. Ilusiones que reforzó, resolviendo el trance con acierto y lucimiento. Larga de rodillas, cuatro verónicas y media, limpias, serenas, templadas y muy jaleadas. “El Pelao” se llevó una gran ovación por sus dos varas esperadas de largo. Pero los primeros cites dejaron ver la mucha rudeza del toro que tiraba cabezadas al aire y al bulto. La faena fue una reyerta cuerpo a cuerpo, en que los estilismos no cabían, pero la verdad sí. Encuentros cortos en corto, muletazos de quitarse la cornada y castigo. La media estocada, perseguida y desarmada, además de tarda, enfrió a un público exhausto de emociones.
Los tres matadores salieron ovacionados, y así, de manera tan torera murió la feria de abril 2024. Digno cierre. Miura es patrimonio de la humanidad, taurina.
FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Domingo 21 de abril. Plaza de La Maestranza. 15ª de abono. Sol. Lleno. Seis toros de Miura, 575 kilos promedio, serios, entipados y exigentes.
El Fandi, saludo y vuelta tras petición y pitos al palco.
Manuel Escribano, saludo tras aviso y saludo
Esaú Fernández, oreja y silencio.
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