"..Con los dos peores toros de la tarde, y dos enervantes lidias Luque abre la Puerta del Príncipe. Urdiales y Talavante reciben oreja. Encastado encierro.."
Qué importa que la espada quedase pasada, si fue a corazón abierto y fulminó, qué importa que en los de pecho tuviese que pasar él, porque “Contento” no lo hacía. Que importa si la cicatería del toro exigía más poder que desmayo, más virilidad que languidez. Más verdad que pinturería, Qué importa.
Desde que se abrió de capa, lanzó su grito de guerra. Seis delantales a pie junto, tres verónicas y dos medias, ligadas que levantaron la gente. El Patilla, solo pinchó a “Ricardillo”. Lo dejó crudo. El quite de dos verónicas, orticina y larga, pareció excesivo. Pero no tanto como el que encimó Urdiales con cuatro chicuelinas dribladas larga y media. Iván García saludando con dos pares de trofeo, se sumó a la fiesta que desafiaba la resistencia del animal. Resentida en el último tercio, con tardeos y arranques que fueron aconductados poniéndose donde era, aguantando y echando para delante. Cinco naturales, molinete, tres más cambio de mano, cuatro en redondo y pecho. Torero por encima y mucho. Y así y Así con el ole a pleno pulmón y la estocada sin puntilla, la oreja y el clamor denegado por la otra.
El último, jabonero, áspero ante los capotes, acometió de largo a las dos varas de Javier García quien atinó y resistió, ganando gran ovación. Era bravo, pero no claro, de pronto cabeceaba o se paraba en medio pase. Había que poderle y mandarlo. Eso hizo Luque, nada más. Ofrecérsele de principio a fin. Muleta o piel. Así lo embarco en las tandas precisas, sobre todo en una promediando, de cuatro en redondo y pecho, tan obligada, tan sobrada, tan explícita de la lidia que la plaza estalló con música y todo.
Ante la renuncia, encunamiento, entre las puntas, pallá y pacá, luquesina, naturales, derechas, desplante, hasta que le avisaron que había que parar la pelea. Entonces en un volapié irrefutable se volcó sobre el toro y claro, la estocada como un puñetazo, quedó pasadita pero toda, central y letal. Sevilla votó por su nuevo ídolo y se lo llevó en volandas. Su señoría don José Luque Teruel a quien siempre le tocan estas cosas no pudo negarse.
Lo resto de la terciada corrida fue otra cosa, mucha nobleza, pico y efecto. Qué injusticia.
FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Viernes 13 de abril. Plaza de La Maestranza. 6ª de abono. Muy caluroso. Sol. Tres cuartos de aforo.
Seis toros de Núñez del Cuvillo, cuatreños, 529 kilos promedio, de moderadas hechuras y nobles
Urdiales, oreja y saludo
Talavante, oreja y saludo
Luque, oreja y dos orejas tras aviso
Incidencias: Saludó Iván García tras parear al 3º. Terminado el Festejo, Daniel Luque salió a hombros por la Puerta del Príncipe.
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