Corrida, pues, sin justificación, y al final sin ninguna historia.
Ventura se sintió extraño en este ambiente, sin la competencia de un rival de la modalidad. Correcto, si por tal se puede considerar que clavó sin agobios, pero frío, muy frío, sin la espetacularidad que acostumbra. El público le echó las mismas cuentas que él al toro; es decir, ninguna. Más llamativo y teatral en el cuarto, le aplaudieron sus partidarios cuantas evoluciones llevó a cabo, pero con una absoluta falta de rigor, con el mismo entusiasmo cuando el caballo apoyaba las patas en el estribo que cuando el caballero clavaba a dos manos sin cabezal. Una delirante y disparatada representación.
Cayetano tuvo un primer toro a menos hasta acabar desfondado por completo. Con la dificultad añadida del viento, el resultado fue una labor de lo más anodina. Y mucho peor en el quinto, toro que se movió pero con poca clase. Cayetano, sin sitio y con poca ambición, terminó aquello como pudo. Para pensárselo de cara al futuro.
El primero de Marín, de embestida irregular y perdiendo las manos por su endeblez, apenas le permitió estar firme y muy seguro, no obstante, sin llegar a cotas notables. Y se esforzó también con el sobrero, que fue apagándose a lo largo de un trateo que tampoco llegaría a nada.
FICHA DEL FESTEJO.- Decimoquinta de Feria. No hay billetes.
Dos toros de Capea para rejones, buenos; y en lidia de a pie, tres de Montalvo, de poco juego, y un sobrero -el sexto- de José Vázquez, en la línea de los titulares.
El rejoneador Diego Ventura; rejón (palmas); y tres pinchazos y rejón (ovación).
Cayetano: pinchazo, estocada y descabello (silencio); y pinchazo y estocada defectuosa (silencio tras dos avisos).
Ginés Marín: media tendida y descabello (aviso y divisón a favor al saludar); y estocada trasera y desprendida (ovación al despedirse).
Madrid, 25 de Mayo de 2024
En casa no gustábamos el caballo era el toreo de los señoritos
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