Pablo Hermoso de Mendoza
"..brindó su primera faena al portugués Joao Moura, que junto a Manuel Vidrié han sido los grandes referentes en su trayectoria.."
Octava de San Isidro (Rejones)
SE VA UN GRAN PADRE, Y QUEDA UN BUEN HIJO
Juan Miguel Núñez Batlles
Se va Pablo Hermoso de Mendoza, uno de los nombres más brillantes del rejoneo, en temporada de despedida. Pero queda su hijo Guillermo, todavía muy joven y depositario de las virtudes del padre.
Naturalmente toda la atención estaba puesta en Pablo, por tratarse de su despedida de Las Ventas, con lo que ha significado en esta especialidad torera al cabo de los 35 años que cumple en activo. El palmarés a lo largo de su carrera es único, absolutamente triunfal. Y hay que volver a advertir que en su apreciado patrimonio sobresale ya lo que deja a través de la figura de su hijo Guillermo Hermoso de Mendoza, el gran triunfador de la tarde, a hombros para reivindicarse como el justo heredero de tan importante legado.
Pablo brindó su primera faena al portugués Joao Moura, que junto a Manuel Vidrié han sido los grandes referentes en su trayectoria. Lo más destacado lo hizo a lomos de "Regaliz", aunque le faltó profundizar con el primer rejón de castigo. El caballo puso armonía y belleza frente a las templadas embestidas del toro. Momento destacado también, montando a "Berlín", en unas "hermosinas", suerte de su invención, al cruzar la grupa por delante, de pitón a pitón. Y naturalmente los consabidos galopes de costado, o lo que es lo mismo, a dos pistas. Todo muy aplaudido. Aunque, hay que precisar, la destreza del jinete disminuyó también conforme el toro se fue metiendo a tablas.
Toro más apagado el cuarto, que quizás acusó el efecto de un primer rejón de castigo muy caído. Hermoso echó mano de recursos técnicos, arrimándose como el que empieza, dejando llegar mucho al toro. Aquí fue decisiva la suerte suprema. Mató a la primera para que llegara el reconocimiento de la oreja. No podía faltar el triunfo en un adiós tan significativo como éste.
Lea Vicens tuvo un primer astado bueno, pero a menos. Fáciles y templadas carreras cuando todavía el astado estaba más entero. Cada vez más desigual la amazona por falta de acomodo en el último tercio.
El quinto fue toro con importancia, por el temple y el tranco que lució. El veterano "Bético", caballo con muchas facultades, le hizo frente firmando pasajes muy bellos y valerosos; sin embargo, faltó acierto a la rejoneadora para reunir más los hierros. Y faltó desde luego matar en condiciones.
El joven Guillermo, la gran estrella en la tarde por lo que a resultados se refiere, cumplió una primera actuación muy vibrante por lo que arriesgó en cites de largo y ajustadas reuniones al clavar, empero, el fallo con el rejón final disipó un triunfo que traía sello de clamoroso.
Y, por fin, el gran estruendo en la tarde, en el sexto. Guillermo toreó lo que se dice de poder a poder, incluso dándole todas las ventajas al toro, permitiendo que se arrancara por delante, y ajustándose una barbaridad en las reuniones, para clavar siempre arriba y con extraordinaria precisión. No cabe mejor planteamiento y mayor acierto. El rejón final, letal.
Definitivo el triunfo de Hermoso hijo para proyectarse como el gran valor del padre.
FICHA DEL FESTEJO.- Octava de Feria. No hay billetes.
Toros de Capea, cuarto y sexto con el hierro de Carmen Lorenzo, convenientemente despuntados conforme autoriza el Reglamento. Toros muy aptos para el rejoneo, moviéndose en todos los terrenos. Destacó sobremanera el sexto.
Pablo Hermoso de Mendoza: pinchazo, medio rejón trasero y descabello pie a tierra (silencio); y rejón (una oreja)
Lea Vicens: pinchazo hondo (ovación); y cuatro pinchazos y rejón.
Guillermo Hermoso de Mendoza: pinchazo hondo, rejón y descabello (silencio); y rejón fulminante (dos orejas).
Como siempre una acertada crónica, brillante y certera.
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