viernes, 5 de julio de 2024

MADRID.- OTRA DE MANSOS PARA CENAR LAS VENTAS / Por Juan Miguel Núñez Batlles


"..Novillada de imponente presencia, una corrida de toros que hubiera servido para plazas como Albacete o Logroño, por citar dos "de segunda" con acentuadas aspiraciones toristas. Y lo peor, el deslucido juego. La mansedumbre lo inundó todo. Esto de "cenar Las Ventas" como aliciente según la frase comercial para atraer público a la plaza habría que cocinarlo sin tanta mansedumbre.."

Las Ventas. Festejo 40 de la Temporada
OTRA DE MANSOS PARA CENAR LAS VENTAS

Juan Miguel Núñez Batlles
¿Cenar Las Ventas? Qué pena, la idea tan buena de las novilladas nocturnas en jueves, tan bien acogidas por un público ávido de toros, sin embargo no acompañan los resultados en el ruedo. Una vez más falló el ganado.

Novillada de imponente presencia, una corrida de toros que hubiera servido para plazas como Albacete o Logroño, por citar dos "de segunda" con acentuadas aspiraciones toristas. Y lo peor, el deslucido juego. La mansedumbre lo inundó todo. Esto de "cenar Las Ventas" como aliciente según la frase comercial para atraer público a la plaza habría que cocinarlo sin tanta mansedumbre.


El primero que saltó al ruedo, primero de Álvaro Sánchez, manso hasta decir basta, no había forma humana de meterlo en el caballo, continuamente repuchándose, es decir, volviéndose antes de llegar al peto. Esperó en banderillas, llevándose por delante al subalterno Juan Carlos Rey, que finalmente se tomó la revancha con un excelente par. En la muleta, novillo siempre a la defensiva, fue imposible del todo. El cuarto se prestó algo más, y tanto que hubo fases que despertaron cierto interés, pero otra vez la falta de continuidad de la res dio al traste con todo.


El segundo, nueva muestra de significativa mansedumbre, cabeceó quitándose "el palo" en varas, y topaba más que embestía en la muleta. Domínguez se puso por los dos pitones, al cabo sin conseguir interesar por la absoluta falta de colaboración del astado. También el quinto pasó por el caballo protestando. Y sacó "guasa" en banderillas. Pero nada frenó el ánimo de Domínguez para abrir faena de muleta de rodillas, sin más posibilidades a continuación de unos medios y tropezados pases. Labor opacada por la nula aportación del novillo.


El tercero de la noche, que se fue suelto en el primer encuentro con el caballo y tomó mejor el segundo puyazo, disimuló mejor la mansedumbre, desplazándose con la cara natural, o lo que es lo mismo, a media altura. Mas no tuvo continuidad en la embestida, buscando la querencia tras una primera tanda a derechas. El debutante De Chinchón insistió donde quiso el burel, que acabaría tragándose pases intermitentes, algunos de buena factura. Lástima la falta de ritmo y continuidad en el trasteo. La gente pidió la oreja tras la estocada, pero acertó el presidente denegándola para preservar la seriedad y categoría de la plaza, pues hay que advertir del ambiente un tanto parrandero en estas noches de verano caliente, "calor" acentuado con ese slogan o consigna de "Cénate Las Ventas", que hay quien pretende cumplirlo a rajatabla, y no es eso. El sexto, compendio de la falta de raza de los cinco anteriores, brindó alguna oportunidad, aunque embistiendo al revés, de abajo para arriba, y punteando el engaño. El de Chinchón pese a todo estuvo muy firme, corroborando la buena impresión que había dejado en el anterior. Y si esta vez no pudo materializar el triunfo hay que achacarlo al novillo, y a que tampoco ahora anduvo fino con la espada.

FICHA DEL FESTEJO. - Festejo Nocturno 40 de la Temporada Venteña y Segundo del Ciclo "Cénate Las Ventas". Algo menos de media entrada.
Novillos de López Gibaja, tan grandes como mansos y deslucidos.
Álvaro Sánchez, nuevo en esta plaza: dos pinchazos, otro hondo y descabello (silencio tras aviso); y buena estocada (ovación).
Carlos Domínguez: estocada caída (silencio); y estocada casi entera desprendida y trasera (silencio).
Álvaro de Chinchón, nuevo en esta plaza: estocada tendida (vuelta tras petición); y dos pinchazos, otro hondo y descabello (silencio tras aviso).

En cuadrillas, Juan Carlos Rey saludó tras un buen par al primero, que previamente en el intento anterior le propinó una aparatosa voltereta dejando una sola banderilla.

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