sábado, 13 de julio de 2024

Sanfermines. 8° de Feria.- PAMPLONA ESTA VEZ EN LA RECTA MEDIDA / por Juan Miguel Núñez Batlles


"..hay que echar todas las hopalandas de la tarde al diestro peruano Andrés Roca Rey. Por su triunfo grande e indiscutible. Las claves de la gloria se resumen en concepto, disposición y firmeza, buena técnica y mucho compromiso. En definitiva, torero de gran valor para defender su condición de máxima figura.."


PAMPLONA ESTA VEZ EN LA RECTA MEDIDA

Juan Miguel Núñez Batlles
No es fácil entender lo de las presidencias en los Sanfermines. Porque dice la tradición que ha de ocupar "el Palco" cada tarde un edil diferente de la Corporación Municipal, sepa o no de toros. Y así se suceden errores y despropósitos en casi todas las corridas. Digamos que en Pamplona preside la sinrazón. Claro que muy pocos se plantean cuál es el papel del asesor artístico, cuya función sería precisamente sugerir, orientar y aconsejar al usía de turno en sus funciones y responsabilidades como árbitro de la corrida. Quizás la señora presidenta de hoy no necesitase ayuda para tener criterio propio, pero se le veía cómo consultaba constantemente al señor sentado a su izquierda. Hablaba con él y asentía. Sin duda esa fue la clave para que se valorara todo con absoluta prudencia, moderación, cordura y sensatez. Afición y conocimiento pleno del toreo por parte del asesor, de quien no hace falta dar el nombre para no hacer retratos de nadie ajeno al ruedo. Conviene advertir que este señor nunca hizo labores de asesor en días anteriores cuando la disciplina para ser justos a favor o en contra fue una pura quimera. Por todo eso hay que ensalzar que, por fin, Pamplona ha estado en la recta medida.

Y una vez aclarada esta notable circunstancia, hay que echar todas las hopalandas de la tarde al diestro peruano Andrés Roca Rey. Por su triunfo grande e indiscutible. Las claves de la gloria se resumen en concepto, disposición y firmeza, buena técnica y mucho compromiso. En definitiva, torero de gran valor para defender su condición de máxima figura.

Y antes de detallar los pormenores de las faenas, conviene detenerse en la definición de la corrida en lo que al ganado se refiere.

Un envío desigual en todo el de Jandilla, y en general muy apto para el toreo. Si acaso los toros primero y cuarto, el lote de Cayetano, prestaron poco o nada.

El toro sin exageraciones, de armónicas hechuras y seriedad en los pitones, sin duda el que entusiasma a los públicos cuando el torero acierta buscándole el buen fondo. Se dió fundanentalmente cuando era Roca Rey el que estaba en acción.

La corrida, con sus matices, fue buena, y se notó no sólo en el quehacer de los toreros si no en la aprobación del tendido.


El primero fue toro noble y fácil, pero duró poco. En consecuencia faena breve y superficial, sin ningún argumento artístico ni de otro tipo de valor. Aunque hubo pañuelos, qué cosas, por aquello de que aquí una estocada a la primera a veces trae premio. Pero la presidenta, sin duda bien aconsejada, ya está dicho, desestimó la concesión. Bien.

Asímismo fue toro obediente el cuarto, pero manseando, sin prestar ninguna emoción. Cayetano lo pasó sin apreturas ni convicción, y como era el "toro de la merienda", nadie se manifestó ni a favor ni en contra.

El segundo apuntó buena condición en los dos primeros tercios, embistiendo con prontitud y largura. Roca le recibió a porta gayola y aguantó el toro quites de Aguado y el de réplica del propio Roca, que volvió a echar las dos rodillas a tierra en el inicio de faena. Suavidad y clase en las embestidas del "jandilla", con el único pero de estar algo justo de fuerzas. El toreo fundamental, aún sin obligarle mucho, tuvo su encanto. Ya al final, y en las cercanías, se permitió el peruano un par de alardes también muy a modo. Tras la estocada tardó el toro en caer, y esa debió ser la razón por la que hubo sólo una oreja y no dos.


Otra vez de hinojos frente a chiqueros Roca a la salida del quinto, resolviendo con una limpia y emotiva larga. El toro, grande, muy grande, no le inquietó lo más mínimo en la muleta, plantandole cara en los medios, con una faena de más técnica que propiedad artística, perdiéndole pasos entre pases y llevándole muy tapado para evitar que se fuera a la querencia. Terminaría "apretándole" por abajo, todo con mucha medida. La estocada esta vez dio paso a un único trofeo, sin embargo, trofeo de justísimo valor. Por primera vez esta Feria, las cosas en su sitio y justo valor.

No tuvo el tercero buenas cualidades, mansito y aquerenciado, por lo que Aguado no pudo ir más allá de los detalles, eso sí, de suma torería. Gusto y suavidad en el toreo al natural, empero evitó alargar el trasteo dada las justas fuerzas del burel. Tan bueno como escaso. La oreja, un tanto generosa teniendo en cuenta además la mala colocación de la espada. Al fin y al cabo "oreja de Pamplona" y pedida por mayoría.


Fue complicado el sexto, reservón y "midiendo" mucho, esperando en todo momento y un punto violento. Aguado no llegó a dominar tantos inconvenientes, más acusados por el lado derecho. Al natural se sintió más cómodo, pero sin terminar de estructurar faena. En realidad el toro no tuvo opciones.

FICHA DEL FESTEJO.- Octavo de Sanfermines. No hay billetes.

Toros de Jandilla, desiguales de hechuras; los tres primeros sin tanto volumen como se acostumbra en esta plaza, no obstante, suficientemente serios por el trapío, factor que en absoluto está relacionado con los quilos ni el volumen; otros, como los de la segunda parte, con más fachada. El mejor, el bravo segundo; también fue bueno el tercero. El resto aportaron cosas destacables en mayor o menor medida aún con matices de mansedumbre.

Cayetano: estocada (silencio); y tres pinchazos, estocada y descabello (silencio tras aviso).

Roca Rey: estocada trasera y desprendida (una oreja y petición de la segunda); y estocada (oreja).

Pablo Aguado: estocada baja (oreja); y pinchazo y estocada (silencio).

No hay comentarios:

Publicar un comentario