Bilbao. Damián Castaño con el "Argelón", 5º bis.
Ovacionada corrida de Dolores Aguirre. Damián Castaño corta oreja del enorme sobrero. Robleño pincha dos lidias de honor y saluda. José Garrido silenciado. Poco público...
Emoción de toro
Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, VIII 25 2024
En una feria donde el toro no ha estado a la altura del prestigio de la plaza, al final Dolores Aguirre, ha traído la auténtica emoción. La de un encierro de gran trapío, lámina y mucha romana, ovacionado todo de salida y todo en el arrastre, por un público escaso, que parecía otro al del resto del serial.
Primero, que el toro sea toro y lo parezca, proclamaban las ovaciones para quien quisiera entenderlas. Luego, que infunda respeto, que venda cara su vida y que se bata con eso que ha hecho de la tauromaquia el rito más lóngevo de la humanidad. Esa autenticidad heroica que ha sido admiración e inspiración de todas las artes, y la cultura en general. La afición bilbaína ha sido por siglos guardiana de tales valores. Hoy lo ha vuelto a decir.
Saltaron siete, incluido el primer sobrero, quinto bis. Todos cuatreños, que dieron en promedio (los lidiados) 608 kilos. Negros, burracos, castaños, muy en Atanasio, su ancestro. Opusieron las dificultades que debe oponer un toro al que se quiere matar con honor. Metiendo miedo y avalando las lidias y las muertes que les pudieron dar.
Veinte años después volvía para ello el maestro Fernando Robleño a Vista Alegre. Y lo hizo con todos los argumentos. Bregando sabia y eficazmente su lote. Con el primero, “Bilbatero”, 640 kilos, picado duramente por El Legionario y que al final de la faena fue a menos y acabó en tablas, reconquistó la plaza, pero la estocada de través no le rentó sino el saludo.
El cuarto, el bello y enrazado “Clavellino”, que recibió tres puyas, la primera en la puerta y las otras por Jesús Vicente en la contraquerencia, estuvo catedrático. Largas series de sometimiento por los dos pitones en una faena reminiscente y sólida dispusieron todo para el triunfo, pero la gran firmeza y arrojo que había derrochado en la faena le fallaron en la suerte suprema pinchando cinco veces adelante, sin entregarse del todo, viendo apuntillar al toro no estoqueado, y haciendo pensar en porque un toreo de tal calado nunca llegó al paraninfo de la élite.
Por similar condición Damián Castaño, quizá no abrió la puerta grande. Tal fue la conmoción que creó su pelea con el imponente y fiero “Argelón” de 633 kilos que de haber dado la estocada en sitio y sin haber pinchado antes lo hubiese hecho. Pues el euclidiano don Matías González que pone tanto énfasis en los milímetros, cuando cayó este con la espada dos cuartas adelante, sacó el pañuelo más rápido de la feria.
Lo cierto es que había mérito para mucho premio y qué entre otras, esa serie de cuatro derechas, el de pecho y el molinete dado entre los pitones fueron uno de los grandes momentos de la Astenagusia 2024. Con el rudo e incierto segundo, “Carafea”, lanceó poderoso a dos manos hasta el platillo y remató con una media que coreó toda la plaza. Pura lidia. Tito Sandoval aplaudido en varas no le pudo bajar del todo los humos que obstaculizaron el estilismo, pero cotizaron el valor y la eficacia. El hecho es que luego la espada en guardia deslegitimó los tantos méritos.
José Garrido, es quizá demasiado fino para estos encastes. Pese a que “Cigarrero”, el tercero por muy noble y alegre, le hubiese podido venir muy bien, su economía en las tandas, su ahorrar el tiempo en la cara, sus cuatro pinchazos, la media tendida, el aviso y los cuatro descabellos, le dejaron ir una oportunidad de oro; un triunfo en Bilbao, con ese torazo (622 kilos) y con ese hierro. La aclamación al arrastre y el silencio para él dijeron todo. En cambio, la mansurronería y falta de estabilidad del sexto, la oveja negra del encierro, pese a también haber sido aplaudido de arrastre lo exoneran. Cierto, la espada le quedó pasada y contraria, pero no por falta de entrega sino por lo contrario, por haberse atracado de toro en el volapié.
Todos los toros aplaudidos de salida y arrastre, la plaza muy emocionada, y paradójicamente la ganadera heredera doña Isabel Lipperheide tristona. Con un: “estábamos en casa”, explicó la emoción del público ¿Quizás busca un toro como los que salieron en los días anteriores? Sería terrible.
FICHA DEL FESTEJO
Bilbao. Domingo 25 de agosto 2024. 8ª de las Corridas Generas. Plaza de Vistalegre. Sol. Menos de un cuarto de aforo. Siete toros cuatreños de Dolores Aguirre, 608 kilos promedio. Mucho trapío y juego diverso.
Fernando Robleño, saludo y silencio tras aviso
Damián Castaño, silencio y oreja
José Garrido, pitos tras aviso y silencio
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