viernes, 2 de agosto de 2024

EL INCOMPARABLE PACO CAMINO / por Juan Miguel Núñez Batlles


'Dos días llevamos de luto por él, y no cesan las alabanzas que acompañan sus datos biográficos. Porque se lleva para la eternidad un historial torero -lo de torero en la más amplia y hermosa acepción de la palabra- colmado de méritos y récords imposible de encontrar en la trayectoria de ningún otro rival que haya tenido en los ruedos. Y todo, ganado desde la más absoluta naturalidad, o lo que es lo mismo, haciendo el toreo en sus formas más puras y sinceras, alejado de toda afectación'

EL INCOMPARABLE PACO CAMINO

Juan Miguel Núñez Batlles
Qué misteriosa sensación nos deja el adiós a esta vida de Paco Camino, sobre todo por el difícil planteamiento que uno ha de hacerse para reconocer ahora los méritos del torero. O no tan complicado. Porque fue Paco Camino, y así pasa ya a la historia, algo más que un torero. Una figura en su época. Para dejarlo bien claro: el mejor de todos con diferencia. El incomparable Paco Camino. Y a ver quién se atreve a negar esta última y definitiva apreciación. Así me gustaba llamarle: ¡in-com-pa-ra-ble!. Aunque, según en qué ambiente, él mismo solía matizar ésta y otras alabanzas que le dedicaron mejores voces y plumas en tiempos pasados. Tal que, por ejemplo, cuando ya su carrera había alcanzado la plena madurez, tampoco le gustaba que le recordaran, pues sospechaba cierto retintín en las formas de decírselo, aquel brillante apelativo de "El Niño Sabio de Camas", que le inventó el ingenioso Gonzalo Carvajal, el más importante cronista de toros del pasado siglo por la amena literatura y los versados conocimientos que había en sus críticas. Y he de hacer un inciso para que tomen nota los juntaletras que en la actualidad no tienen más referentes que una promoción de babosos resentidos cuyo único lema fue "el palo y tentetieso", y así lo prueba que, aupados a la fama por la extrema dureza de sus crónicas, hasta uno de ellos llegó nada menos que a dejarse sacar a hombros en Las Ventas y otro se permitió escribir que entonces era más peligroso cruzar a pie la Gran Vía de Madrid que matar un toro en la monumental. Qué barbaridad.

Y fue precisamente Camino quien se enfrentó a ellos denunciándoles en varias ocasiones como adalid en la defensa de sus compañeros, lo que en ocasiones se tradujo en venganzas contra él. Que no le importó, pues fue tan combativo como solidario, sincero y absolutamente recatado tanto para aceptar la lisonja como encajar el desaire, una cualidad humana al alcance de pocos.

A propósito viene aquí a cuento alabar esa prudencia que también y tan bien le definía. Pues le daba cierto otorgamiento, pero únicamente cuando estabamos solos entre amigos, a lo de "in-com-pa-ra-ble" (así, remarcando las sílabas, conforme yo me recreaba en la pronunciación), sobre todo por la gracia que le hacía a Isabel, su gentil esposa -lástima, ya viuda-, a quien hay que dar expresivas y muy sentidas condolencias. Pero ese título y otros apodos, con los que los íntimos le enrabietábamos en los divertidos encuentros de amigos, lo rechazaba frontalmente. "De niño, nada; y si me apuráis, de sabio, menos. Es cosa de otros tiempos. Y dejaros de cachondeo", solía salir al paso. Como tampoco le gustaba que le llamasen "maestro", pues decía que esa figura corresponde a los enseñantes en las escuelas, y no precisamente taurinas.

Pues por dónde, prácticamente todos los comentarios que estos días se hacen de Paco Camino a raiz de su final vienen acicalados con estos "elogios". Maldita obsesión de reiterar vanas y banales apreciaciones.

A él le gustaba que se dijera que fue, sólo, y casi nada, torero. Y qué torero. Tan grandioso. El mejor. Sin rival que comparársele pueda, que diría el poeta al no encontrar príncipe en Sevilla que igualara la grandeza y solemnidad del torero yacente. Así hemos de seguir entendiendo siempre la figura de Paco Camino. Y sobran los por qués de esta personal valoración. Que son juglares lo que se necesitan ahora para cantarle.

Dos días llevamos de luto por él, y no cesan las alabanzas que acompañan sus datos biográficos. Porque se lleva para la eternidad un historial torero -lo de torero en la más amplia y hermosa acepción de la palabra- colmado de méritos y récords imposible de encontrar en la trayectoria de ningún otro rival que haya tenido en los ruedos. Y todo, ganado desde la más absoluta naturalidad, o lo que es lo mismo, haciendo el toreo en sus formas más puras y sinceras, alejado de toda afectación.

Quiero dejar claro que quizás no sea ésta la mejor oportunidad para referirme a la estrecha relación de amistad que mantuve con él, y que lo prueban las entrevistas que me brindó en diversos medios, así como los imnumerables viajes compartidos para enseñar en Foros y Tertulias la teoría de su estilo, carácter y personalidad, en la plaza y en la calle, ya que como me advertía, "vamos juntos, pero el micrófono para ti, porque tú explicas muy bien lo que yo pude expresar con el capote, la espada y la muleta". Qué honor más grande, poder atravesar la fría geometría de su toreo estando codo con codo, él y yo, en unos encuentros en los que se hacía notar toda la gravedad de "la Fiesta", más allá de sus contestaciones a mis preguntas, en su propio semblante, de rasgos impasibles marcados por las cicatrices de las cornadas, las otras y más duras medallas de la profesión.

Ahora toca, sí, enaltecer tantos buenos y entrañables recuerdos del amigo y el torero, que fue y para siempre seguirá siendo ídolo, imagen de una cualidad objeto de culto.

Al Señor con un Padrenuestro y a la Virgen con un Avemaría, rezo para que el alma de Paco Camino y, según la fórmula de la Iglesia, todas las almas de los fieles difuntos, descansen en paz. Amén.
Madrid, 2 de Agosto de 2024



6 comentarios:

  1. Verdad ,pura y limpia verdad,en su forma de torear así cómo se expresaba en las entrevistas.
    Bellísimo artículo

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  2. Verdad,pura y limpia verdad,en su toreo así cómo en la forma de expresarse en las entrevistas.
    Brillante artículo.

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  3. Juan Miguel. Gracias por tu adios al grandioso figura y amigo Paco Camino.

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  4. Felicitaciones a Juan Miguel Núñez. Da gusto leer a un excelente profesional del periodismo taurino y más en estos tiempos de escasez de plumas brillantes. Además el motivo se lo merece, en honor y memoria del grandioso Paco Camino. Muchas garcias. Federico G.D.

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