Dicta el abecé del toreo frente a la gran figura peruana –difuminada tras la estratosférica dimensión del malagueño– y pierde dos orejas más por la espada.
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Fortes saca la escoba de barrer: cuatro orejas en su reivindicativo mano a mano con Roca Rey en Málaga.
Jesús Bayort
ABC/Málaga, 20 Agosto 2024
Dos minutos después de que el presidente asomara el primer pañuelo de la corrida, Saúl Jiménez Fortes ya se había llevado la tarde. Salió el malagueño del patio de cuadrillas nada más ver a los alguacilillos dispuestos. Haciendo lo que ningún otro torero se ha atrevido a hacer en todo el año: salir al paseíllo cuando corresponde, no cuando lo decida el (la) figura. Roca Rey, que resultó ser el convidado de piedra de la estratosférica ‘vuelta a los ruedos’ de Fortes, magistral en su personalísima lección del abecé de los toros. ¿Qué es el valor? ¿Y qué es torear? Quizá fue aquello que hizo Fortes: puesto «donde los pies queman» (José Tomás dixit) y los toros hacen presa como puente de plata hacia el toreo eterno, hacia la pureza del toreo.
Postrado frente a la puerta de chiqueros, mientras aguantaba la salida de Ponderoso, tuvo tiempo suficiente para repasar cómo le estaba yendo la temporada. Le sobraron segundos, pese a que este primero de Cuvillo salió como un rayo. Era la primera corrida del año, y en un año. Sin vestirse de torero en España desde que se encaramó a la gloria de la Feria de Málaga 2023 como autor de su mejor faena, reconocida tras el paseíllo de manos del alcalde De la Torre con el tradicional capote de paseo. La recompensa se había hecho esperar: un año sin torear, aunque anunciado en el cierre del ciclo con la gran figura del momento –vayan reconocimientos para el empresario Garzón–.
Aunque después de ver el resultado, vaya Jiménez Fortes guardando a buen recaudo las fotografías del día porque, en consecuencia de su actuación y de cómo las gasta su alternante, no se lo volverá a encontrar en un patio de cuadrillas.
Un meneo en toda regla, una lección de los principales mandamientos del toreo. Torear para uno mismo, frente a torear para las masas. Ése fue el mano a mano entre Fortes, que cuajó los momentos más profundos y entregados de la tarde, y Roca Rey, que cortó dos orejas sin pegar un pase reseñable en toda la tarde. Fueron cuatro las que cortó Fortes, aunque hiciera méritos como salir con seis. Salió pronto Ponderoso, el primero de Cuvillo, como constatación de aquello que tanto repiten en los últimos tiempos los profesionales:
«No hay toros en el campo tras la pandemia». No los habrá cuando la principal corrida del serial malagueño se compuso a base de remiendos de tres ganaderías diferentes y cuando esos toros seleccionados, como este primero, en nada se parecen a los lidiados en días anteriores.
Entonces, ¿cuál es el toro de Málaga, el de Torrealta del pasado jueves, el de Lagunajanda de la previa o este Ponderoso? Sí, fue un toro muy mal presentado. Sin perfil, con poca cara y huérfano de remate; pero todo aquello se olvidó cuando al coloradito chorreado le dio por embestir, ponderando por encima, y a mucha distancia, de todo el conjunto.
Ni veinte minutos habían pasado desde aquella temprana portagayola hasta que a Ponderoso lo arrastraban entre honores por todo el redondel. Un toro excepcional, como la obra suprema de Fortes, que no necesitó torear durante todo un año para plantarse frente a él –sin alharacas, artificios ni gestos al tendido– y cuajarlo con una profundidad casi desconocida en todo el escalafón. Un cartucho de pescao arrodillado en los medios fue su único gesto extravagante, lo que además demuestra su exagerado valor. Apretado y totalmente hundido sobre su cuerpo, dictó el abecé del toreo. Perfecto. Como perfecto estuvo con Zorzal –tercero de Jandilla–, que le dio un espeluznante volteretón cuando trataba de iniciar su faena entre manoletinas. La cornada no se conoció hasta que pidió regresar a la enfermería después de su salida a hombros. Sin mirarse, aunque teñido de sangre –creíamos que del toro–, se recompuso para también cuajarlo por ambas manos. Y también hizo lo propio con el quinto (bis) de Daniel Ruiz, con más alegría que ritmo. Fortes, que sacó la escoba de barrer…
Y barrió a Roca Rey, sin fortuna en el sorteo y sin acierto frente a su lote, que se fue con dos orejas (una al cuarto y otra al sexto) pese a no esbozar nada interesante.
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MÁLAGA
Plaza de Toros de La Malagueta. Martes, 20 de agosto de 2024. Séptimo festejo de la Feria de Málaga. Se colgó el cartel de ‘No hay billetes’. Dos horas y cincuenta minutos de festejo. Se lidiaron toros de Jandilla (3º, exigente; 6º, sin chispa), Núñez del Cuvillo (1º, con clase, ritmo y codicia, premiado con la vuelta al ruedo; 2º, sin celo y con mal estilo) y Daniel Ruiz (4º, descastado; 5º, con movilidad) .
Fortes, de aguamarina y azabache. Estocada (dos orejas); pinchazo hondo y estocada larga (oreja); pinchazo y estocada (oreja).
Roca Rey, de blanco y plata. Estocada (ovación); estocada (oreja); estocada (oreja)
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