lunes, 23 de septiembre de 2024

Las Ventas.- Festejo 53 de la Temporada. INACABABLE E INSOPORTABLE CORRIDA / por Juan Miguel Núñez Batlles


"..el grito a coro de ¡toros, toros!, acompañado con palmas de tango, fue una constante en la tarde. Clara demostración de que el toro que se ha dado en llamar "el toro de Madrid", está poniendo en entredicho el futuro del espectáculo.."


Las Ventas.- Festejo 53 de la Temporada
INACABABLE E INSOPORTABLE CORRIDA

Juan Miguel Núñez Batlles
Madrid, 22 de Septiembre de 2024
Tres horas y diez minutos duró la función. Y para hacerse una idea de lo "divertida" que fue habría que echar un vistazo a la Ficha del Festejo, en el apartado ganadero. Hasta diez toros saltaron al ruedo, de cinco ganaderías diferentes. Diez, y ninguno "sirvió".

De ahí que el grito a coro de ¡toros, toros!, acompañado con palmas de tango, fue una constante en la tarde. Clara demostración de que el toro que se ha dado en llamar "el toro de Madrid", está poniendo en entredicho el futuro del espectáculo. Un toro, a la vista está, cuya característica más notable es su falta de toreabilidad, palabreja algo rara que ahora se usa para explicar y entender la antibravura, que, ¡ojo!, nada tiene que ver con la mansedumbre. Pues mansos los ha habido siempre; e invariablemente se ha dicho que todos tienen su lidia.

Toros de imponente fachada, parece que es lo que importa, para pasar el control veterinario del trapío -riguroso control, habría que advertir-, sin embargo, en el que es prácticamente imposible calibrar las garantías de que tomen los engaños con nobleza, empuje y claridad. Hoy, como tantas tardes, hay que insistir, no embistió en condiciones ni uno.


El colombiano Juan de Castilla se encontró con un primero de amplia caja y pavorosos pitones; tanto que fue muy aplaudida su aparición en escena. Pero ninguna esencia. Salió rebotado el "bañuelos" las dos veces que estuvo en el caballo. Y acusó pronto y mucho la falta de "motor", avisando de su mansedumbre en la segunda tanda a derechas, cuando más entregado estaba el torero y el tendido se hacía ilusiones de faena. En uno de pecho salió el hombre por los aires, y ahí se acabó todo. El toro hizo amago por segunda vez de "rajarse", hasta negarse definitivamente. Aunque es justo advertir de que aquellos y únicos pases a derechas tuvieron notable poso. 

El cuarto, con el hierro de Las Ramblas, más escurrido de carnes y moviéndose con un molesto cabeceo, tampoco fue toro idóneo; pero el sólo hecho de que no blandeara como los precedentes, además de las ganas que le puso Juan de Castilla, dieron pie a pensar que podría haber triunfo. Mas fue sólo un conato de ilusión. El colombiano terminó marcándose una vuelta al ruedo, él sabrá por qué.


El de Montalvo, primero del mexicano Isaac Fonseca, traía el sello de la media casta, pegajoso y andarín. Toro incómodo, que se venía al paso. Fonseca no llegó a cogerle el aire. Y con el de Couto de Fornilhos que hizo quinto fue más que el colmo: durante casi cinco minutos no hubo forma humana de darle un capotazo, ni hacerle entrar al caballo. Hasta que Juan de Castilla, director de lidia, puso orden echándole el capote abajo para obligarle a pasar. Por fín, tres puyazos, pero aquello no fue a ninguna parte ya que en la muleta del manito, el toro, o se caía o no pasaba.


Espléndido el capote de José Fernando Molina en el recibo al tercero; no obstante, enseguida se desvanecieron las esperanzas, al perder el toro las manos, por dos veces a la salida del caballo, y una más en el quite de Juan de Castilla en su turno por gaoneras. El colmo de la mala suerte fue que se rompió el toro la mano derecha en la apertura de faena. El sexto fue de los pocos que se mantuvo en pie, y también se movió, empero con mal estilo. Y Molina, que repitió lucimiento con el capote y en el inicio con la muleta, no terminó de afianzar la faena.

FICHA DEL FESTEJO.- Festejo 53 de la Temporada. Algo menos de media entrada en tarde de agradable temperatura con viento a rachas que a ratos molestó en el ruedo.

Tres toros de Bañuelos -primero, tercero sexto-, bien presentados, nobles, escasos de raza y con muy poquitas fuerzas. Y tres sobreros, por este orden, de Montalvo (2°), Las Ramblas (4° tris, que reemplazó a otro sobrero de Carmen Valiente) y Couto de Fornilhos (5°). Todos los sobreros, absolutamente vacíos.

Juan de Castilla: estocada (ovación); y estocada y dos descabellos (aviso y vuelta con protestas al iniciarla).

Isaac Fonseca: pinchazo y estocada (silencio tras aviso); y tres pinchazos (silencio tras aviso).

José Fernando Molina: tres pinchazos y tres descabellos (silencio); y estocada y descabello (palmas en la despedida).

En cuadrillas, Curro Robles saludó tras banderillear espléndidamente al segundo, invitando a compartir la ovación a Jesús Robledo "Tito".

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