lunes, 28 de octubre de 2024

Feminista de salón, machirulo en el colchón / por HUGHES


'..Así que no se trata de hundir más a Errejón con criterios feministas, sino de superarlos, de cancelar esa industria del linchamiento y la extracción de dinero público que llamamos feminismo españolEse gigantesco timo piramidal..'

Feminista de salón, machirulo en el colchón

HUGHES
La Gaceta/27 de octubre de 2024
«Era un secreto a voces». Todos lo sabían y ahora todos saben el motivo de que estalle. Ha sido Iglesias. Ha sido Sánchez. Ha sido el Mosad. Estamos rodeados de listos, pero en 2018, cuando empezó fuerte el feminismo, los listos eran otros.

Errejón estuvo en el 15-M y en el 8-M. Es como haber vivido Woodstock y el Festival de Monterrey, algo al alcance solo de Jimi Hendrix. Así que de él, Jimi Hendrix del palique, podríamos decir lo que Woody Allen de Warren Beatty: en otra vida quiero reencarnarme en la yema de sus dedos.

Lo que los aliados (sátiros por dentro, feministas por fuera) se han tenido que beneficiar entre 2018 y 2024 no está en los escritos. El cambio de chaqueta se produjo justo antes del primer 8-M, y fue como una minitransición acelerada. Los hijos del patriarcado eran como los hijos del Régimen y se metían a toda prisa en el feminismo, que era la nueva democracia. Como diría Benito Floro: un montón de almas, un montón de cariño… ¡con el pito nos las follamos! Un montón de millones, un montón de prestigio. ¿Quién iba a renunciar a eso?

El lustro del machofeminismo ha tenido que ser de flipar. El aliado no es una forma de agapazarse, de ir de bueno. Eso es el pagafantas. Esto era una credencial. Para estar en los sitios donde van las potrancas (hablo como ellos), uno tenía que militar. Desde luego, pocas actrices vi yo en el Viva Vox

Ahora es tentador hacer escarnio de Errejón. Su despedida es una de las diez o doce cosas que habrá que leer para entender la España del siglo XXI, y hay motivos de escándalo porque ir por la vida de Grey siendo portavoz del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar debe de ser como serlo de Vox y que te pillen quemando banderas de España: un problema de coherencia, porque para hablar de delito siguen sin ser suficientes los testimonios anónimos del muro de Cristina Fallarás (el feminismo no puede ser el lugar de las mujeres que ya no tienen nada que perder).

Cuando Errejón dice esa genialidad de «he llegado al límite de la contradicción entre la persona y el personaje» (política es cabalgar contradicciones, dijo el otro, y vaya si han cabalgado…), ¿qué es lo más escandaloso? ¿La persona o el personaje? El problema no es que algunas mujeres se sintieran decepcionadas (deberán probar las agresiones) por el Errejón persona, sino que creyeran o fingieran creerse al personaje.

Lo peor no ha sido el Errejón «neoliberal», del que hablan como si fuera El Destripador de Lavapiés, ¡lo peor es el personaje público!

Así que no se trata de hundir más a Errejón con criterios feministas, sino de superarlos, de cancelar esa industria del linchamiento y la extracción de dinero público que llamamos feminismo español. Ese gigantesco timo piramidal.

Algunos que se ceban ahora con Milhouse deberían taparse un poco porque también iban dando lecciones de feminismo a los demás, aunque fuera un feminismo liberal.

Una de las anónimas contó que acostarse con Errejón parecía una cuestión de poder. Lo dijo Oscar Wilde. Todo en la vida tiene que ver con el sexo, menos el sexo, que tiene que ver con el poder. En la ascensión y caída de los podemitas hubo siempre algo sincero de tan evidente: follar era importante. Es la Ley de hierro de las folligarquías. Todos los sabíamos y lo que es más importante, todas lo sabían. Pajares/Iglesias y Esteso/Errejón han visto más pussies de los que jamás hubieran soñado alcanzar haciendo oposiciones o abriendo una charcutería. Harán falta muchos millones y muchos protocolos para que el feminismo, al cerrar los ojos, pueda dejar de sentir esos dientes neoliberales, esa mirada concéntrica y furiosa, esas garras emancipadas de los cuidados sobre su piel…

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