"..El “palco” de Sevilla hace años que no pasa por su mejor momento en cuanto a consideración del aficionado, que ve como se disminuye la exigencia en el resultado de la lidia en plaza de la categoría de la Maestranza.."
El “palco” de Sevilla
Manuel Viera
Resulta curioso comprobar de qué manera, en un tiempo en el que se hace necesario utilizar sentido común en las decisiones a tomar, en este complicado mundo del toro se hace todo lo contrario. Tras la finalización de la temporada en la Maestranza las opiniones, sobre el comportamiento generalizado del palco presidencial de la plaza de toros de Sevilla, han sido una constante en las redes sociales. Opiniones que minimizan el hacer de los equipos presidenciales del coso sevillano. No todo ha sido malo, pero tampoco bueno.
El “palco” de Sevilla hace años que no pasa por su mejor momento en cuanto a consideración del aficionado, que ve como se disminuye la exigencia en el resultado de la lidia en plaza de la categoría de la Maestranza. La concesión del “trofeo” se ha convertido solo en trámite reglamentado y, además, en la benevolencia de quien lo otorga que atiende sin pérdida de tiempo a la petición justa, o injusta, de un público festero entregado a la causa. Se convierte así en un simple contador de pañuelos y no en el juez ecuánime y contundente en la decisión relacionada con lo que ha sucedido en el ruedo. Y es verdad.
La culpa de las excesivas “orejas” y de las devaluadas “Puerta del Príncipe” no es del público que lo pide, es del presidente. Es el que tiene que ser serio en su determinación, y no arredrarse ante la manifestación vocifera de una gente dispuesta sólo al divertimento.
¿Por qué elegir callar el folletín que provoca la masa y no dar respuesta coherente al sentido común y la obviedad? Quizá, porque sea la fórmula más eficaz de contentar a muchos tapando a los pocos que aún queda ocupando tendidos con rango de objetividad. Entiéndase afición. Demasiado alto el tributo de la incompetencia que, en cuestión de toros, es un precio desmesurado. Desde luego estas decisiones simplistas hacen caer con estrépito todas la exigencias que se le suponen a una plaza de primerísima categoría como la Maestranza.
Desde hace tiempo abogo por tres presidentes para un ciclo continuado de quince corridas de toros. Iría de dulce. El palco de la plaza de toros de Sevilla está “desbordado” con uno más. ¿O no?
miércoles, 13 Nvbre. 2024
La realidad del palco de Sevilla está muy bien reflejada en este artículo, unos presidentes sometidos a los gustos de un público festivo y frívolo, muy lejos de auqella afición de tiempos atrás, muy atrás, que otorgaba a la Mestranza de la categoría de plaza de primera y sobre todo de la superior inherente al tratarse de nada menos que ¡Sevilla!. La frivolidad se trasladó al palco que se torna en caseta de feria. Pero la ineptitud de los presidentes alcanza también a sus obligaciones en los corrales en cuanto a la aprobación de las reses que se lidian cuya presentación en la plaza dejan mucho que desear. Todo parace ser al gusto del taurinismo domin. ante. ¡Qué pena!.- Roger F. de la Cruz
ResponderEliminarLa foto del buen artículo es muy apropiada....fiel reflejo del cachondeo en la plaza de Sevilla. Luis F. G. Los Remedios
ResponderEliminarEstaban locos por echarnos ( bueno dejaron al de la Junta, pero ese no era de los nuestros, gracias a Dios), pues ahí tenéis!, se mejoró, no?.
ResponderEliminarEl palco la Mestranza con sus presidentes, veterinarios y asesores ofrece una imagen deplorable por su mucho mamoneo al gusto de quienes les nombran. L. M. S.
ResponderEliminarSi se quita de los reglamentos aquello de : "la primera oreja la otorga el publico" ,las cosas cambiarían para bien.
ResponderEliminarRené F. Borda C.