sábado, 2 de noviembre de 2024

JUSTICIA / por Eduardo Balbás


"..Debemos ser capaces, junto a los honestos y valientes jueces y magistrados que quedan, de sacar a Sánchez y a su banda delincuencial del poder, antes de que complete su golpe de Estado a cámara no tan lenta..'

JUSTICIA
La Justicia (del latín iustitia , que a su vez viene de ius - derecho- y significa en su acepción propia “lo justo”.). Nació de la necesidad de mantener la armonía y resolver los conflictos entre los integrantes de una sociedad. Se la representa con la imagen de una mujer portando una balanza (el equilibrio) y una espada (el poder), y simboliza la justicia desde la época clásica.

El Renacimiento cubrió sus ojos con una venda, evocando la necesidad de imponer sus decisiones con independencia de quienes sean los justiciables. Platón en su “República”, pone en boca de Sócrates cuatro características de la buena administración de justicia: cortesía al escuchar, prudencia al ponderar, sabiduría al responder e imparcialidad al decidir, atributos que el filósofo esgrimía contra el sofista Trasímaco, que consideraba la justicia com o el interés del más poderoso”

Siglos más tarde, Hobbes la vinculó a “la voluntad del soberano”, cuando ya Aristóteles y Santo Tomás de Aquino la habían vinculado y sometido a unas leyes racionales, justas y encaminadas al bien común, leyes que hoy emanan de un Parlamento que ya no puede considerarse democrático, y lamentablemente si oclocrático, y que debieran ser aplicadas por jueces independientes e imparciales. Desafortunadamente, pocos siguen siéndolo. El Tribunal Constitucional actual, presidido por Conde-Pumpido, es una clara muestra del mal funcionamiento de nuestra Justicia desde que se ha arrogado competencias de las que carece institucional y constitucionalmente. Se ha erigido no solo en una herramienta para modificar la Constitución declarando constitucionales aquelllas leyes que no lo son, según la conveniencia del Gobierno actual, sino que se ha arrogado la facultad de ser un Tribunal superior al T. Supremo, que corrige sentencias firmes de éste.

Hitler en 1.933 recurrió al jurista Carl Shmitt para, mediante la Ley Habilitante (oficialmente “Ley para el remedio de las necesidades del Pueblo y del Reich”, en alemán “Gesetz zur Behebung der Not von Volk und Reich”) ceder todo el poder legislativo a Hitler quebrando la separación de poderes de la República de Weimar. Fue el principal soporte jurídico sobre el que se construyó la transición de una república parlamentaria a la Alemania Nazi. 

Lo mismo hizo Hugo Chavez (asesorado por el venenoso roedor Pablo Iglesias) sesenta y siete años más tarde en Venezuela. Y lo mismo está haciendo Pedro Sánchez (el más descarado embustero y mayor felón de toda la historia de España) apoyado por todos los enemigos de España.

Los procesos de ruptura se desarrollan siempre a lomos de la mentira. Lenin llegó a reivindicarla como principal arma revolucionaria: “Hay que estar, dijo, preparados para mentir, engañar, hacer operaciones ilegales, omitir o suprimir la verdad”. Antes que Lenin, Robespierre, manipulador sanguinario y diagnosticado paranoico, llevó la mentira política a sus últimas consecuencias: la arbitrariedad, el crimen, el terror nacional.

En su “Emilio”, Rousseau plantea dos tipos de mentiras: la de los hechos, que se refiere al pasado, y la del Derecho, que pretende alterar el futuro. La sociedad española padece hoy las dos modalidades.

Mediante la Ley de Memoria se ha impuesto una versión “partisana” de nuestra historia que es radicalmente falsa. Y se ha hecho con la deliberada intención de movilizar el voto de la Izquierda con el propósito de convertirla en una secta lobotomizada de militantes incondicionales y acríticos al borde de la idolatría. Lo mismo con “el relato” sobre ETA. Todo mentira. Ahí tenemos a Bildu cogobernando con el psicópata de la Moncloa.

Primero el indulto a los golpistas (más tarde también a los máximos responsables del caso ERES, Griñán, Chavez, etc), y luego la Amnistía son otras grandes mentiras.

La siguiente mentira se refiere a la información: el bulo sobre los bulos, y la implantación del relato único a través de los medios propios o subvencionados.

La penúltima mentira es el cupo catalán. ¿Cómo es posible sostener que no rompe la solidaridad territorial entre españoles?. 
No solo eso: si los conciertos vasco y navarro, para mantener su vigencia, tuvieron que ser incorporados como Derechos Históricos en la Disposición Adicional Primera de la Constitución y ser ratificados después en Referendum nacional por todos los ciudadanos ¿por qué los españoles no pueden pronunciarse ahora respecto de este nuevo privilegio?. ¿Qué derechos políticos hemos perdido por el camino?. 
Y lo más grave: la forma de hacerlo (al margen de la Constitución), acordando y negociando de modo que representa un paso más para convertir la autodeterminación en el eje del poder. Representa la expropiación del poder constituyente que reside en el pueblo español.

La última mentira de este gobierno abyecto, ha sido la adhesión de sus socios a la gran mentira sobre Méjico. Hispanoamérica es una creación española del Renacimiento, del Barroco y de la Ilustración. Aquellos 300 años de paz (único caso en la historia de la Humanidad), unidad y progreso en los virreinatos, ha sido sucedido por amputaciones territoriales, guerras, pobreza, retraso y dominio de las oligarquías. Nunca los indios fueron peor tratados que con los antiespañoles de salón: primero los criollos y mestizos traidores a la Corona española. Luego por sus lamentables y totalmente corruptos políticos que les han empobrecido y sumido en la más absoluta ignorancia.

Cuando el mal es el bien y el bien es el mal (Marx abrazó esa idea adelantada por las tres brujas de Shakespeare en “Macbeth”) desaparece toda posibilidad de entendímiento y también de libertad.

Debemos ser capaces, junto a los honestos y valientes jueces y magistrados que quedan, de sacar a Sánchez y a su banda delincuencial del poder, antes de que complete su golpe de Estado a cámara no tan lenta, y antes de estar en situación de default por los 237 millones de euros impagados a las empresas extranjeras de renovables. Antes de que se produzca la quiebra territorial y económica total de España.

De no ser así, volverá a correr la sangre por nuestas calles.

Eduardo Balbás
Madrid, 2 de Noviembre de 2024

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