¿Ni una? ¿Qué? Parece exagerado. Pero me refiero a una que realmente apetezcas, tengas unas enormes ganas de verla, no te la puedas perder por ninguna circunstancia. O te ponga, como se dice ahora.
Ricardo Díaz-Manresa
Y es verdad que están todos y han hecho una feria con muy pocas tardes desechables. ¿Todos?. Falta “El Cid” con su biografía y en sus 25 años de alternativa. Da grima y dentera al ver algunos de los que van y no ver a Manuel Jesús. Dijo él que es falta de respeto, pero parece más una humillación. Falta “Jarocho”, triunfador del San Isidro pasado. Y parece, desde fuera al no conocer las exigencias de una y otra parte, que es una injusticia. Y Hermoso hijo, que últimamente está en muchas ferias y que se le dio bien Las Ventas.
Feria que al principio pocos critican porque la han hecho con mucho cuidado el crucigrama anual poniendo cada tarde algo atractivo y algo de relleno. Sin disimulos. Y los abonados, a tragar.
Sí está Roca Rey, por supuesto, colocado sin grandes alharacas para que pueda llevarse la tajada de la tarde. Sí está Morante, faltaría más, siempre con ganaderías a modo y a moda, no esperando que mande aviso de caída del cartel por enfermedad. Pero sin una corrida del clavel.
¡Ay las corridas del clavel! Hace tiempo que ni una. Primero, porque el presupuesto se disparaba. Y segundo, y ahora más importante, porque habría que juntar a Morante y Roca Rey ¿y a quién poner más de esta categoría, nivel y atractivo popular?… O sea, que tampoco hay del clavel porque no hay toreros para montarla. Antes había dos acontecimientos de éstos por lo menos, y la sociedad del postureo estaba loca por asistir y los aficionados también. Pero ahora hay que repartir y conformarse y verlos sueltos.
Sí están los de segunda fila, con clase y méritos pero más vistos que el TBO. Podrán atraer a las nuevas generaciones que dice la empresa están ahí, pero cansan a muchos aficionados.
Sí están los nuevos que abren esperanzas y que están triunfando y alguno que pisa fuerte con pocos años de alternativa.
Muchos además podrían estar o no. Nadie los echaría de menos.
Problema para los poseedores de varios abonos porque es difícil invitar: hay que convencer de que el cartel es muy bueno con nombres interesantes. Si no, les toca llamar una y otra vez hasta que encuentran un sí.
Pero ¿no es interesante la tarde en la que se la juega Marco Pérez? Sí, una incógnita de alguien nuevo que ha toreado poco y en tarde vital para su carrera.
¿No gusta el mano a mano de los dos artistas sevillanos?. Pues se esperaría más si acostumbraran a entregarse. Hasta ahora han hecho cosas buenas pero parecen conformarse con lo conseguido.
Las ganaderías, las de siempre.
¿Entonces? ¿Una? ¿Dos? ¿Más de dos?. Pero poquitas, poquitas. Den vueltas a los carteles.
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