Comenzó en el mundo del apoderamiento con Tomás Campuzano y llevó la carrera como Manzanares, Rafael de Paula, Javier Conde, Chamaco o José Luis Moreno, entre otros muchos. Su mayor logro llegaría al lado de Manuel Díaz “El Cordobés” consiguiendo llevarlo a lo más alto del mundo del Cúchares.
Paco Dorado en el centro de la imagen, junto a Santiago Sánchez Tráver y Miguel Serrano, presidente de Aula Taurina. / Fotos: Portal Taurino-Antonio de los Reyes.
Muere a los 76 años Paco Dorado, el apoderado y popular empresario taurino
El Correo/Sevilla, 04 FEB 2025
El popular apoderado y empresario taurino Paco Dorado, conocido como 'El Comandante Dorado', ha fallecido este martes en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla a los 76 años de edad por un empeoramiento de su salud, tal y como ha adelantado el diario ABC.
Comenzó en el mundo del apoderamiento con Tomás Campuzano y llevó la carrera como Manzanares, Rafael de Paula, Javier Conde, Chamaco o José Luis Moreno, entre otros muchos. Su mayor logro llegaría al lado de Manuel Díaz “El Cordobés” consiguiendo llevarlo a lo más alto del mundo del Cúchares.
Además de su faceta como apoderado, fue empresario de numerosas plazas de toros por toda España: Córdoba, Jaén, Antequera o Algeciras, entre otras. También, fruto de su pasión por la tauromaquia, cruzó el charco y saltó a la temporada mexicana dónde fue empresario de plazas americanas como la de Valencia, en Venezuela.
De Tomás Campuzano a Manuel Díaz 'El Cordobés'
Su historia se resumiría en un sinfín de historias. La gran trayectoria de Paco Dorado en el mundo del toro no necesita demasiadas presentaciones consiguiendo hacerse un hueco entre el primer escalón de los apoderados más reconocidos.
En una de las ‘Lecciones Magistrales’ que organiza la asociación de la Aula Taurina en Sevilla recordaba sus inicios en el mundo del toro. Tal y como recogimos en El Correo de Andalucía aquel día, Paco Dorado compartió mili y cetme con Paquirri, “y ahí ya me entró el gusanillo”, recordaba Dorado. “Soñaba con los toros y salió un chiquillo de Gerena que quería ser torero”. El chiquillo era Tomás Campuzano. “Pasamos un quinario, aquello era muy duro pero saqué a Tomás a trancas y barrancas, sin un duro, tiesos como una mojama y gracias a que Tomás se arrimaba”, recordó el único comandante que ha tenido el toreo.
Era el comienzo de una carrera que iba a tener su culminación en plazas como Córdoba, Antequera o Jaén y hasta los principales cosos de Venezuela rodeado, siempre, de su particular corte de los milagros. En medio de todos esos personajes irrepetibles, Dorado destacó una figura fundamental: la de Juan Guardiola. “Era mi asesor, como un hermano para mí, él me recomendaba a los chavales y los llevábamos a tentar”.
En ese punto apareció por primera vez el nombre del torero que marcó su cumbre, más que como apoderado como creador de un personaje: el de Manuel Díaz, al que quitó el apodo de Manolo para anunciarlo como su entonces presunto progenitor, El Cordobés. “Me lo llevé al Toruño y le echaron unas vacas; Juan me preguntó qué hacía allí ese torero si no servía”, rememoró Paco. Su respuesta fue sencilla: “Te lo traigo para que aprenda y ya aprenderá”. Era el inicio de aquella ‘revolución’ que convirtió a Paco en comandante de un ejército sin armas. Le firmó el primer y único contrato en una servilleta de papel a raíz de su encuentro en un bar. “Le voy a poner a usted rico”, espetó entonces el aspirante a fenómeno, que ya andaba dando barrigazos por los pueblos sin demasiado éxito.
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