'..Ni estos 20 franciscanos, ni el resto de mártires de la Guerra Civil, ni los mártires de Córdoba, ni toda una tradición católica forjada en la resistencia y el martirio entregaron sus vidas para que años después se entregue España al descreimiento y se haga tierra quemada con una Historia de siglos..'
El camión de la Historia
Jesús García-Conde
El incendio en la Mezquita de Córdoba del 8 de agosto desató una intensa polémica en redes sobre la denominación del templo. Ante las primeras menciones como Mezquita, reaccionaron algunos comentaristas reclamando ardorosamente, nunca mejor dicho, que se llamara Catedral al edificio afectado considerando incorrecto el arábigo nombre —y reputándolo como consecuencia de una reciente sumisión al multiculturalismo—. Ni la difusión de un sello de 1964 con la denominación Mezquita, ni ciertos mapas, ni la costumbre de los propios cordobeses, ni la satisfacción de poder ir a misa a una mezquita única en España aplacó a los defensores de la denominación «catedral» —si bien algo debieron afectar los argumentos anteriores para que propusieran el ecléctico nombre de Mezquita-Catedral—. Es cierto que hay mapas antiguos que recogen el nombre combinado, pero a mí me sigue pareciendo largo —y que recuerda a esos nombres de pabellón multiusos de los pueblos—. Yo puse Consuegra en X sin saber que había uno allí.
El edificio cordobés no es un polideportivo religioso, el único deporte-religión que se juega allí es el católico. No es un oratorio de aeropuerto que vale para todo. Por poner un ejemplo, el campo del Olympique se llama el Vélodrome porque una vez circularon las bicis a toda velocidad, pero ahora lo que corren son los futbolistas. El nombre generó tradición y se mantuvo por el uso popular. Y ya que hemos parado en Marsella, ciudad también muy afectada por la presión migratoria islámica, tendremos que admirar un tifo espectacular de la afición del OM mostraba este año a la Virgen María con este lema Ô bonne mere, vers toi montent nos chants (Oh buena madre, hacia ti se elevan nuestros cánticos).
El ruido desatado por la aprobación por el Pleno del Ayuntamiento de Jumilla, relativa a los usos del polideportivo que impedía los degüellos de corderos, y otras prácticas musulmanas, en sitios públicos provocó la reacción mediante carta de la Conferencia Episcopal (CEE). La CEE se unía a la postura de la Comisión Islámica de España utilizando la Constitución Española y la Declaración de los Derechos Humanos de 1948 nada menos. Dos textos que no pueden ser más laicistas. El presidente de VOX, Santiago Abascal, manifestó su perplejidad por la misma y por otras posturas parecidas donde se ve poco ardor y espíritu misionero. Y España, que ya necesita otra Reconquista, va camino de ser tierra de misión donde el ímpetu misionero igual es necesario a los dos lados del altar.
Los pastores españoles de la Iglesia no siempre fueron así. En este punto volvemos a Consuegra y a la fecha en que esto se escribe, el Día de la Asunción de nuestra Señora de 2025. El mismo día, pero de 1936, cuando 20 franciscanos eran martirizados precisamente en la localidad toledana de Consuegra. Lo cuenta la web Hispania Martyr. Fueron llevados a la iglesia de Santa María convertida en prisión donde celebraron gozosos la fiesta de la Asunción de la Virgen. En la madrugada del día 16 les sacaron. «No temáis, hermanos, nos llevan al Cielo», les dijo el padre Prieto. Separaron a los naturales de Consuegra y a los hermanos no clérigos —a los que asesinarían después—- y a los 20 restantes los subieron atados a un camión.

Ni estos 20 franciscanos, ni el resto de mártires de la Guerra Civil, ni los mártires de Córdoba, ni toda una tradición católica forjada en la resistencia y el martirio entregaron sus vidas para que años después se entregue España al descreimiento y se haga tierra quemada con una Historia de siglos.
Sirva para ello el ejemplo del beato Domingo Alonso de Frutos, martirizado con sus hermanos franciscanos. Al Beato le dijeron que se bajase del camión que llevaba a sus hermanos al martirio pues no estaba en la lista, pero él contestó Domingo no se baja; Domingo irá donde vayan sus hermanos. Los católicos españoles no podemos bajarnos del camión de la Historia de España ni aunque nos lo pida un obispo. Se llame camión, furgoneta o monovolumen.

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