domingo, 14 de diciembre de 2025

La peste socialista / por Jesús García-Conde


'..No hay PSOE bueno, nunca lo ha habido. Gente buena hay en todos sitios, pero partidos buenos no lo son todos. No hubo ningún momento en el que el PSOE estuviera «sólo equivocado». El PSOE ha sido siempre una peste..'

La peste socialista

Jesús García-Conde
Los salones del CEU albergaban de nuevo una lección de historia sobre el PSOE. Si hace unas semanas era el aula magna la que prestaba la pantalla para el documental sobre el negro episodio de la Segunda República (1931-1936), con no menos oscuro protagonismo del partido fundado por Pablo Iglesias, este jueves era el nuevo espacio de Julián Romea, 2 el que acogía la presentación del libro de Javier García Isac El PSOE contra España. El volumen es la continuación de Historia criminal del Partido Socialista. Sospecho –y también lo hace el autor– que la sucesión de acontecimientos, registros y detenciones hace que la serie ya demande una tercera parte. Espero –también lo espera el autor– que esta tercera entrega sea la última y que se cierre con la disolución del partido más criminal y corrupto de la historia de España.

No hay PSOE bueno, nunca lo ha habido. Gente buena hay en todos sitios, pero partidos buenos no lo son todos. No hubo ningún momento en el que el PSOE estuviera «sólo equivocado». El PSOE ha sido siempre una peste, como acertadamente señalaba García Isac. Tuvo un reinicio tramposo de su historia en 1976, según nos contaba Marcos de Quinto este jueves en el CEU. Había que inventarse un partido de izquierdas para evitar el auge de los partidos comunistas y a los cabezas de huevo del SECED (ahora el CNI) se les ocurrió rescatar las moribundas siglas del PSOE e insuflarles vida y millones. Puede que eso se hiciera en el franquismo, pero recrear el PSOE no es franquista, como en teología se dice que no todos los actos «del hombre» son «humanos». Tan «inhumana» ha sido siempre la orientación de las políticas socialistas que arrasaron algo tan propiamente humano como la vocación de servicio que ha de haber en la función pública.

De eso nos hablaba Jorge Buxadé, que sucedía a Marcos de Quinto en el uso de la palabra. El PSOE siempre pretendió patrimonializar el Estado y en eso ha contado con la inestimable ayuda de su complemento, el PP, que se ha arrogado el papel de única alternativa al PSOE para convertirse en mera alternancia. En ese afán patrimonialista pretendieron que el Estado estuviera a su servicio y no al de la nación. Cambiaron el mérito por la afinidad y la cuota. Repudiaron por elitistas las oposiciones, sacaron de la manga el cuarto turno, los eventuales y tantos otros atajos. La peste socialista se extiende por todo el cuerpo nacional hasta necrosar la función pública, una vez destruida la unidad nacional aliándose con todos los enemigos de España.

Puede que los dirigentes actuales paguen con la cárcel sus corrupciones y delitos, de los que nos habla García Isac en esa historia siempre incompleta de agravios a España. Pero es difícil que nos puedan compensar del tiempo y las energías que nos están haciendo perder. La vida ya tiene suficientes desgracias: hay gente sola, compatriotas enfermos a los que les vendría bien una mano.

Cuando era universitario en Valladolid, un grupo de amigos íbamos a dar la cena a la Casa de la Beneficencia, situada enfrente de la Chancillería. En otra época y en otro turno íbamos a las instalaciones de ASPAYM a arrimar el hombro a familias que hacían lo indecible para sacar adelante a sus familiares con lesiones medulares. La presencia de la hermana Emérita con los mayores o la mujer de Jesús en el gimnasio mientras se afanaba en hacer los ejercicios de rehabilitación con su marido. En lugar de estar en estas cosas, con nuestra gente, tenemos que montar o asistir a actos, manifestaciones, pegadas de carteles. Resistimos y nos movilizamos porque la solidaridad con el semejante es un lujo cuando lo que está en juego es la identidad de España. Los efectivos son pocos y el tiempo es escaso: no nos han dado opción. No les perdonaremos el tiempo que nos han quitado de la ayuda y la compañía al semejante. Y mira que es gratificante también para quien la presta.

El PSOE ha puesto en peligro todo, pero no acabará con nuestra esperanza. Antes acabará la historia nefasta del PSOE.

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