jueves, 22 de agosto de 2013

BILBAO: LA EMOCIÓN, SAL DE LA FIESTA / Por Domingo Delgado de la Cámara

"...En la Tauromaquia del Siglo XX, Enrique Ponce ocupa el mismo lugar que Lagartijo en la Tauromaquia del Siglo XIX. Es el maestro incombustible, la trayectoria inalcanzable, el ejemplo a seguir. Ayer volvió a ofrecer una lección de maestría..."

LA EMOCIÓN, SAL DE LA FIESTA

Domingo Delgado de la Cámara
Digan lo que digan, el éxito de una corrida no se mide por las orejas cortadas, sino por la emoción vivida en el tendido. Por esas ferias provincianas se ven corridas donde se corta un carro de orejas, y a pesar de eso, son de un aburrimieto mortal. Y al revés, hay tardes donde no se cortan orejas, pero salimos contentos de la plaza por las intensas emociones vividas durante la lidia. Aunque no se han cortado orejas, acabamos de ver en Bilbao una gran tarde de toros, precisamente porque ha habido emoción a raudales. Para que haya emoción tiene que haber toros de verdad, con la agresividad del toro de verdad. Y ayer lo hubo. Es el toro la base de la fiesta. Sin toro no hay fiesta.

La corrida de Alcurrucén fue una señora corrida de toros. Los toros estaban muy bien presentados por su seriedad y astifinas cabezas. Imponían respeto. Además dieron un juego muy interesante por la movilidad exhibida y las exigencias planteadas. No eran la tonta del bote que sale la mayoría de las tardes. A este respecto, sobre el encaste Núñez se cierne un tremendo malentendido. Los malos aficionados piensan que son unos toros facilones, mientras que los toreros sienten por ellos un enorme respeto porque tienen mucho que torear, pero mucho. Son toros para toreros muy valientes y de muy buen oficio, ayer los hubo. Los alcurrucenes mansearon en el caballo y pidieron los papeles en la muleta…me hubiera gustado ver al “Deseado” delante de un toro tan exigente como el cuarto, o tan incierto como el sexto. Nunca sabremos que hubiera hecho con ellos, porque se cuida muy mucho de torear al toro de verdad en las plazas de verdad. Buen año sabático se ha pegado el señorito, por una lesión en el dedito…y todos riendo las gracias del señorito…pues yo no se las río. ¡Ya está bien!

En la Tauromaquia del Siglo XX, Enrique Ponce ocupa el mismo lugar que Lagartijo en la Tauromaquia del Siglo XIX. Es el maestro incombustible, la trayectoria inalcanzable, el ejemplo a seguir. Ayer volvió a ofrecer una lección de maestría. El primero llevaba la cara por las nubes y tenía una embestida muy corta. Ponce inició la faena con unos cambios de mano de una torería insuperable. Después sacó un montón de pases limpios a un toro de media arrancada. Pero lo grandioso llegó en su otro toro. Este es uno de los toros mas complejos que hemos visto en mucho tiempo, y más interesantes. No regalaba un centímetro de embestida, y cuando podía, se metía por dentro, sobre todo por el pitón derecho. Por el pitón izquierdo era mejor. Desde luego es una osadía plantear un reparo técnico al maestro Ponce, pero yo hubiera basado la faena por el pitón izquierdo por donde el toro era mas fácil. Ponce dio una buena serie por este pitón, pero centró la faena por el pitón derecho, que era el difícil…claro, la diestra de Ponce quizá sea la mejor de la Historia del Toreo…Consintiendo mucho y dejándo la muleta en la cara, Ponce dio varias series muy ligadas y verticales con la diestra. Tan buenas fueron que nadie vió los intríngulis del toro, que en cuanto podía viraba hacia dentro y buscaba al torero. Una faena preciosa, donde toreó con mucha clase y cadencia a un toro que lo vendía muy caro. Lástima de media atravesada y cinco descabellos. Perdió una Puerta Grande. Con veintitrés años de alternativa, sigue hecho un chaval. Y con el toro complicado nadie le iguala en maestría. ¡Es Lagartijo el Grande!

Perera dio una lección de valor y firmeza a lo largo de la tarde. La seriedad y sinceridad de este torero son dignas de admiración. Siempre está asentado, nunca se echa un toro hacia afuera, no miente jamás. A su primero, que fue bueno pero fue a menos, le toreó con largura y mano baja mientras duró. Con el parado cuarto se dio un arrimón de infarto. Y con el sexto tuvo una actuación muy meritoria. El toro era una prenda. Muy mirón, andarín, probaba en todas las embestidas. Un toro muy deslucido, en suma. Perera, se quedó muy quieto, esperó con mucha frialdad a que el toro metiera la cara y gracias a un valor gélido, metió al toro en el canasto. Destacó una espléndida serie con la zurda, llena de temple y ligazón. Es muy difícil imponer a un toro tan deslucido, un toreo tan puro y tan bueno. En ese momento el toro se sintió totalmente podido y huyó hacia las tablas. Un pinchazo antes de la estocada, impidió que cortara una oreja de oro puro, pero esta faena es de lo mejor de esta Feria de Bilbao. De entre la gente de Perera, hay que destacar a Joselito Gutiérrez, que se jugó la vida en un gran par de banderillas en el cuarto.

Dentro de la dura corrida de Alcurrucén, el mejor toro fue el tercero. Un toro de noble y suave embestida, que el único defecto que tuvo fue humillar poco. Ya en Pamplona, Jiménez Fortes apuntó una gran depuración en su estilo. Hoy ha confirmado esta depuración. Ha toreado muy bien este toro. Una faena compuesta de series suaves, bien ligadas y toreando hacia adentro. Es un torero en plena evolución. Cuando estaba terminando la faena, perdió la cara al toro, el toro hizo por él y le prendió dramáticamente. Hubo impresión de cornalón gravísimo. Afortunadamente, sólo han sido dos cornadas muy extensas y profundas pero que no afectan a vasos importantes. Esperemos que no le afecte este percance, Fortes tiene valor del bueno y quiere ser figura del toreo.

Por último quiero comentar un asunto preocupante. Este año está yendo muy poca gente a los toros en Bilbao. El aspecto de los tendidos de sol, ante un cartel tan bueno como el de hoy, era desolador. ¿Qué está ocurriendo? Quizás la crisis económica tenga mucho que ver, también puede que se esté produciendo un cambio de gustos en la sociedad. Algo hay que hacer para invertir esta tendencia…De todas maneras, ellos se lo pierden, porque a pesar de corridas como la del martes, da gusto ir a los toros a Bilbao. Por la seriedad del toro y la categoría de los carteles, Bilbao sigue siendo la mejor Feria de España. Y por eso, Bilbao, es mi plaza.

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