martes, 15 de julio de 2014

PAMPLONA: LUIS BOLIVAR SE APUNTA A LOS MIURAS / Domingo Delgado de la Cámara



El torero colombiano Luis Bolívar, cogido por un toro de Miura en la última de los Sanfermines. | Foto: EFE



"...Hacía tiempo que no veía a nadie con las ideas tan claras delante de una corrida de Miura como a Luis Bolívar ayer. Si que es cierto que tuvo enfrente un lote importante, pero no es menos cierto, que supo hacer exactamente lo que había que hacer..."

LUIS BOLIVAR SE APUNTA A LOS MIURAS


Domingo Delgado de la Cámara
Los Miuras son una institución en Pamplona. Han sido lidiados en la vieja Iruña en 58 ocasiones, 36 de ellas de forma consecutiva. Son insustituibles en la Feria del Toro. Ninguna ganadería con tanta personalidad como la de Miura. Solamente verlos salir del toril es un auténtico espectáculo, con sus variados pelajes, sus hechuras de galgo, sus abiertos pitones. Sin ser tan grande ni pesar tanto como otras veces, la corrida de ayer era preciosa. El quinto, un salinero descarado de pitones, parecía sacado de una fotografía en sepia de los tiempos de Lagartijo. La corrida de ayer, tuvo tres y tres. Hubo tres toros de escaso interés por su poca fuerza (primero, tercero y cuarto), y otros tres toros que ofrecieron un juego tremendamente interesante. El segundo fue un toro muy completo, bravo en el caballo y repetidor en la muleta. El quinto, fue un Miura encastado y exigente, con mucha movilidad. Y el sexto, que fue el toro que sembró el pánico en el encierro, cumplió con el caballo y en la muleta resultó extraordinario. Hasta tuvo clase, sobre todo por el pitón izquierdo. Por tanto, los Miuras aprobaron con nota. Eso sí, últimamente echo de menos ese Miura avieso que hace correr a todos los toreros a la vez.

Regino Agudo, sustituto de David Adalid en la cuadrilla de Castaño, llevó a cabo la mejor lidia de la feria en el primero de la tarde. Fueron pocos capotazos, templados y medidos. Pero a pesar del cuidado que se puso en su lidia, el toro dijo muy poco por su poca fuerza. Era muy noble, pero rayaba en la invalidez. 

Castaño le toreó pausadamente. Pero su quehacer no llegó al tendido por la poca fuerza del animal. El cuarto fue un cardeno como un tren, que se defendió mucho, también por su poca fuerza. Castaño le sacó los pases que pudo. Eso sí, sigue matando muy mal. 

Esaú Fernández se mostró desconfiado ante su primero, noble pero sin gas. En sexto lugar se topó con "Olivito", el toro perfecto para reivindicarse y entrar de lleno en las ferias. Su larga y fija embestida le hacían ideal para el triunfo. La faena fue una sucesión de trallazos y enganchones. Nunca se confió, a pesar de la bondad del toro. Cro que le impresionó mucho enfrentarse por primer vez al hierro de la A con asas. El mitin que dio con la espada en este sexto, de denuncia en el juzgado. Ha desperdiciado una oportunidad de oro. A este sexto, le banderilleó muy bien Curro Robles.

Hacía tiempo que no veía a nadie con las ideas tan claras delante de una corrida de Miura como a Luis Bolívar ayer. Si que es cierto que tuvo enfrente un lote importante, pero no es menos cierto, que supo hacer exactamente lo que había que hacer. Sabía que a los Miuras no hay que atosigarlos ni ponerse encima de ellos, sabía que la distancia corta la soportan muy mal y que hay que darles sitio y aprovechar las inercias sin bajar mucho la mano. También es importante ganarles la cara, para que no te sorprendan descubierto. Y todo esto es lo que hizo el colombiano. Su primero, el toro "Marchenero", embestía con prontitud. Bolivar ligó bien las series. Se tiró a matar con mucha entrega, logrando un estoconazo en todo lo alto, del que salió prendido dramáticamente. Cortó una de las orejas más merecidas de la feria. Salió a matar al quinto con unos pantalones de monosabio, como Diego Puerta en sus buenos tiempos. Este quinto fue muy agresivo y embistió con mucho empuje. También le toreó con limpieza y ligazón. Fue una lástima esa estocada atravesada, porque perdió una oreja y una salida por la puerta grande. Mira por donde, hemos descubierto a un especialista en miuras. Si sigue así, Bolívar puede convertirse en un indispensable de la corrida dura. Su gran oficio le permite respirar donde otros se ahogan. Es posible que Bolívar haya encontrado su camino. Y se acabaron los sanfermines. De Pamplona nos vamos con pena, porque en San Fermín somos más felices que en ninguna época del año. En Pamplona dejamos nuestro corazón.

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