martes, 8 de julio de 2014

PAMPLONA: MIGUEL ABELLÁN: PUNDONOR Y SABIDURÍA / Por Domingo Delgado de la Cámara


"... Abellán se encuentra en su sazón profesional. Siempre fue un torero de mucha casta, ahora además, sabe torear despacio a cualquier clase de toro. Esperemos que se recupere pronto. Por su gran actuación en San Isidro, Abellán merece torear mucho y con categoría..."

MIGUEL ABELLÁN: PUNDONOR Y SABIDURÍA

Domingo Delgado de la Cámara
Para el día de San Fermín, la Casa de Misericordía nos propuso una corrida de Torrestrella, ganadería de gran historial en la Feria del Toro. La corrida de ayer no ha sido la mejor que esta ganadería ha lidiado en Pamplona. Tuvo el problema de la poca fuerza. Esta escasez de fuerzas, hizo que los toros se defendieran, con embestidas cortas y violentas. Es de destacar la bella presentación del encierro, de hechuras algo desiguales, pero con toros muy astifinos y de variados pelajes. Con más potencia hubiera sido una muy buena corrida de toros, pues los astados tuvieron casta y siempre quisieron coger los engaños. La estancia durante diez días, en unos corrales del Gas totalmente encharcados, puede ser la causa de la justeza de fuerzas de los toros.

No me voy a andar con requilorios, ni con paños calientes, Antonio Ferrera estuvo muy mal. Su primero fue un toro que salió suelto del caballo y que punteaba constantemente los engaños, saliendo siempre con la cara alta. A pesar de todos estos defectos, se dejó torear. Mientras el toro se movió, Ferrera se echó al toro muy lejos. Cuando se paró la res, fue cuando se confió algo el torero y dio dos naturales buenos. Uno y dos, ninguno más. Pero peor fue lo del cuarto, un toro con castita, con el que no paró quieto ni un momento. Con las banderillas es imposible banderillear más a toro pasado. Al menos fue eficaz con el estoque. Con todos los respetos y sin ánimo de ofender, llamar maestro a este torero es una enorme exageración. Ferrera practica un toreo a la defensiva que está muy lejos de la verdadera maestría. 

Daniel Luque mostró su buen toreo de capa, en un quite por gaoneras al segundo y otro quite por veronicas al quinto. La faena a su primero no fue más que una declaración de intenciones. El toro se defendió mucho por las escasez de fuerzas y duró apenas nada. El sexto fue muy probón y embistió sin humillar. Luque estuvo muy por encima de él y lo toreó con limpieza, incluso los naturales y los pases de pecho tuvieron bella factura. Sin resultados llamativos, ayer Luque estuvo bien en Pamplona.

Sin duda el protagonista de la tarde fue Miguel Abellán. Dio una lección de pundonor y sabiduría. Al entrar a matar a su primero, fue alcanzado en la pierna. No hubo revolcón, pero el toro le lesionó los abductores. Esta lesión es enormemente dolorosa y desde luego justifica abandonar la lidia y dejar un toro en manos de los compañeros. Sin embargo, Abellán permaneció en la plaza. Cojeando de manera obstensible lidió al quinto de la tarde, un toro de astifinísimos pitones, que tenía una guadaña por pitón derecho. El torero, a pesar de lo mermado que estaba físicamente, ofreció una lidia completamente ajustada a las condiciones del toro. El toro era noble, pero su escasez de fuerzas aconsejaba no apretarle las clavijas. La faena fue modélica por como Abellán manejó las distancias y las alturas. Colocado a media distancia y sin bajar del todo la mano, templó en tres series muy medidas y rematadas con un buen pase de pecho. Después de torear con la derecha, también hubo una serie de naturales, lado por el que el toro protestaba más. Al final, gracias al milagro del temple, bajó la mano y llevó al toro sometido por abajo, sin que se cayera. Y es que las faenas deben ser progresivas, primero consintiendo y después atacando. Obrando a la inversa, lo único que se consigue es parar al toro antes de tiempo y destrozar la faena. Después de unas manoletinas, estocada de entrega y oreja muy merecida y de muchísimo peso. Con su primero también estuvo bien, toreó con gusto a la veronica y anduvo muy por encima de un toro de escasas fuerzas. Es una lástima esta lesión de abductores, precisamente en el momento en que Abellán se encuentra en su sazón profesional. Siempre fue un torero de mucha casta, ahora además, sabe torear despacio a cualquier clase de toro. Esperemos que se recupere pronto. Por su gran actuación en San Isidro, Abellán merece torear mucho y con categoría.

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