martes, 24 de octubre de 2017

Después de naide… / Por Jorge Arturo Díaz Reyes.


“Después de mi naide y después de naide Fuentes” decía el soberbio “Guerrita”. Y Fuentes, quien, según Cossío, pasó a la historia por tres atributos; torería, elegancia y apatía, sin pares, de vez en cuando espabilaba poniéndose por delante de naides, de “Guerrita” y del que fuese.

Después de naide…

Cali, 24 de octubre 2017
“Después de mi naide y después de naide Fuentes” decía el soberbio “Guerrita”. Y Fuentes, quien, según Cossío, pasó a la historia por tres atributos; torería, elegancia y apatía, sin pares, de vez en cuando espabilaba poniéndose por delante de naides, de “Guerrita” y del que fuese.

Ahí están los números. Hace 117 años, amaneciendo el siglo XX, el sevillano encabezó la estadística de corridas con 60 toreadas allá. En una época sin autopistas, vans, aviones, AVE, celulares, internet… que facilitaran desplazamientos y comunicaciones.

Cuatro corridas más que las lidiadas este 2017 por Juan José Padilla, líder del escalafón actual, disponiendo de todo eso y más para la contratación inmediata, el viaje veloz y confortable entre plaza y plaza, y cuando, además, España posee 46 millones de habitantes contra los 18 de otrora.

Los tiempos han cambiado, sí, aunque últimamente no a más en este aspecto. Menos aun si recordamos las 109 corridas que toreó Belmonte en 1919, cifra que durante cuarenta y seis años nadie pudo ni quiso superar. Como el mexicano Carlos Arruza quien llegó a las 108 en 1945 (tiempos de penuria) y pudiendo igualar se contuvo por puro respeto.

Pero llegaría el irreverente “Cordobés” y en el 65 subiría el “record” a 111, y luego en el 70, él mismo a 121. Para no hablar de las 161, más del triple de las de ahora, que se echó “Jesulín” por 1995. O las aun impresionantes 111 del “Fandi” en el 2008.

No invoco estas cuentas como pretexto para tirar la genial conclusión de que hay un bajón reciente, deducir que algo debe estar pasando, ni predicar una cruzada. Ya muchos más importantes que yo lo han hecho doctamente.

Pienso mejor en los más de 200 matadores escalafonados, que no los hubo nunca, y la carencia entre todos ellos de un “después de mi naide” que pudiera o quisiera emular, por lo menos al apático Fuentes.

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