viernes, 27 de enero de 2023

La cuestión, hacer caja / por Pla Ventura



"...A partir de ahora mismo se ponen a la venta los abonos, la gente se pega por comprarlos porque se trata de la plaza de toros de Madrid y, dos meses antes de la feria tienen las arcas llenas para montar los espectáculos sin poner un céntimo de sus bolsillos. Hombre, sagaces lo son en grado sumo. Con esta acción no están cometiendo delito alguno porque mientras haya tontos que entren al trapo, de eso la empresa no tiene la culpa..."

La cuestión, hacer caja
Pla Ventura
Toros de Lidia/26 enero, 2023
El madrugón que se ha dado la empresa de Madrid por aquello de sacar las carteles de la feria de San Isidro a la calle en fechas tan inadecuadas, al margen de la catarsis que produce de cara a los posibles triunfadores de las primeras ferias, este no es otro que hacer caja como se dice vulgarmente. Pero es algo que resulta chocante porque nadie he reparado en el fondo de la cuestión que, en definitiva, como digo, la finalidad de la empresa no es otra que hacer la feria sin sacar un euro del bolsillo.

Claro que, visto lo cual, cualquiera se pregunta cómo es posible que, dicha empresa, con cuatro socios multimillonarios, no tengan recursos para montar la feria cuando deberían puesto que, como se sabe, todo tipo de empresas debe de financiarse con fondos propios o, en su defecto, con préstamos bancarios que tampoco es tan grave, pero nunca con el dinero de los clientes. ¿Será que no son tan millonarios como aparentan? Las pruebas así lo constatan. Lo que sí son es unos listos de mucho cuidado que, sabedores de la ignorancia del personal ponen en marcha un mecanismo que les viene como anillo al dedo.

A partir de ahora mismo se ponen a la venta los abonos, la gente se pega por comprarlos porque se trata de la plaza de toros de Madrid y, dos meses antes de la feria tienen las arcas llenas para montar los espectáculos sin poner un céntimo de sus bolsillos. Hombre, sagaces lo son en grado sumo. Con esta acción no están cometiendo delito alguno porque mientras haya tontos que entren al trapo, de eso la empresa no tiene la culpa. Eso sí, como dije en estos días, el tejemaneje que traman es de mucho cuidado.

Y me pregunto yo, ¿no tendrá nada que ver en estos galimatías el Centro de Estudios Taurinos de Madrid, con Miguel Abellán a la cabeza? Digamos que, si la plaza es propiedad de la Comunidad de Madrid y la misma tiene ese consejo de “estado” para velar sobre todo lo que concierna a dicha plaza, imagino que dichas tropelías con apariencia legal son las que deberían de vigilar ¿verdad? Nada, es un consejo de mudos en los que nadie dice esta boca es mía. Y siendo así, ¿qué coño pintan estos personajes que no velan por la integridad de la fiesta y mucho menos de su feria? Entre otros, ¿se imagina alguien a Ortega Cano alzando la voz para clamar justicia ante los aficionados? Vamos que, con este personaje el chiste lo tenemos hecho puesto que, su vida discurre llorando por las esquinas –televisiones- sus miserias, las que arrastra porque él se las buscó.

El poder total –me refiero al que ejerce la empresa- tiene mucha fuerza, hasta lograr que nadie repare en lo más mínimo en –ellos sabrán las artimañas que utilizan- cuestiones tan trascendentales como las descritas. Tras lo visto, está claro que aquí no vigila nadie nada, porque lo único que les importa a los consejeros y presidente aludidos, no es otra cosa que vestir con traje y corbata para ocupar el burladero correspondiente cada tarde de festejo. Como se demuestra, a los responsables de la vigilancia de todo lo que haga la empresa, lo único que les importa es el glamur que produce ocupar un asiento de auténtico lujo puesto que, para colmo, ocupando dichos lugares, hasta algún bobo de turno, puede que les brinden algún toro.

Eso sí, luego aparecerá Simón Casas en los medios, tal y como lo ha hecho en repetidas ocasiones, diciendo que él no cobra nada, que la feria es una ruina, que los toreros se lo llevan todo y mil estupideces más de las que no se las cree nadie. Pero la cuestión es vender humo y como quiera que, para su fortuna, encima se lo compran. Miel sobre hojuelas. Entre otros, ha dicho Simón Casas que Talavante, entre otros, se llevaba una suma de dinero imposible de recaudar con la taquilla. Y digo yo, siendo así, ¿Por qué se le contrata si es un torero ruinoso? Es más, en los años en que ha estado retirado se han celebrado las ferias y nadie se ha rasgado las vestiduras al respecto. Claro que, tras sus fracasos del año pasado, en esta ocasión no deberían ni de haberle llamado pero, poderoso caballero es don dinero.

Casas y sus socios pueden hacer lo que les venga en gana porque, para colmo, hasta tienen la bendición de los responsables directos de la plaza de toros de Madrid, pero lo que no debe de hacer ese hombre es tratarnos como si todos fuéramos retrasados mentales para ser él, el Einstein de los toros. Algunos, señor Casas, ya somos mayorcitos y, para colmo, hasta nos sobra capacidad para analizar las cuestiones que nos huelen a cuerno quemado por el olor que desprenden.

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