martes, 21 de mayo de 2024

Así escriben de Colombo en España luego de actuar en Las Ventas frente a toros de MIura

Colombo ante su primero de miura en Las Ventas. Foto: plaza1

"..De nuevo Colombo se juega la vida en Las Ventas, y además debe lidiar, con oídos sordos, las ofensas de una parte de "entendidos" en un tendido a quienes nada les parece suficiente; pero las crónicas recogidas confirman la gran entrega del venezolano y su oficio indiscutible para resolver cada papeleta de su lote, llevándos lo mas complicado.."


Así escriben de Colombo en España luego de actuar en Las Ventas frente a toros de Miura

César Omaña
JE Colombo se presentó por décima vez en el ruedo de Las Ventas, su sexta comparecencia como Matador de toros; esta vez fue ante toros de Miura que no permitieron el triunfo de los toreros donde dos americanos salieron airosos en medio de las dificultades de sus respectivos lotes. El torero español Rafaelillo abrevió e su primero y el segundo confirmó que pechó con lo peor del encierro miureño.

Los pitones en la cara y Colombo inmutable. Foto: Plaza1

De nuevo Colombo se juega la vida en Las Ventas, y además debe lidiar, con oídos sordos, las ofensas de una parte de "entendidos" en un tendido a quienes nada les parece suficiente; pero las crónicas recogidas confirman la gran entrega del venezolano y su oficio indiscutible para resolver cada papeleta de su lote, llevándos lo mas complicado.

Lo mejor de la tarde estuvo en manos de los dos americanos: Juan de Castilla, quien brindó su primero a sus compatriotas pidiendo la libertad de ejercer su oficio ante lo que sucede en el escenario gubernamental con su plan de extinguir el toro de lidia colombiano (léase, acabar con las corridas de toros en Colombia). El matador colombiano, hizo la proeza de torear en la mañana en Francia y luego recorrer 2000 kilómetors para torear en Madrid.
  • Así lo vió Marco Antonio Hierro - Cultoro. 
COLOMBO
También debería estar allí Jesús Enrique Colombo, aunque no tuviera hoy un día de suerte. La puerta del encierro que abrió el pasado año debería valerle como aval, aunque hoy sólo haya podido dejar momentos de su incuestionable entrega. Y eso que ha podido salir con la boca partida por ajustar los embroques al clavar en la misma cara en banderillas. Un pitonazo en la cara, otro en el pecho, uno más en el brazo… y él empeñado en clavar con compromiso. Con la muleta fue todo afán, pero no fue el manso encierro llegado de Zahariche el más propicio para el toreo del venezolano.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Madrid. Feria de San Isidro, novena de abono. Corrida de toros. 20.749 espectadores.

Toros de Miura. Agalgados y cornalones, feos en general. Anodino sin raza ni vida el cárdeno primero; mortecino con fondo el lesionado segundo; repetidor y exigente el reponedor tercero; un mulo el feble cuarto, sin vida; manso con cierta nobleza el semoviente quinto; geniudo y con movilidad el complicado sexto.

Rafael Rubio ‘Rafaelillo’ (negro y oro): silencio y ovación.
Juan de Castilla (botella y oro): ovación tras aviso y ovación.
Jesús Enrique Colombo (nazareno y oro): silencio tras aviso y silencio.
  • Así lo vió Javier Jiménez - mundotoro.com
JE Colombo
Hubo acritud por momentos en el público, alejado siempre de ese reconocimiento que la afición de Madrid guarda con hierros legendarios. Basado en los prejuicios, a Jesús Enrique Colombo le protestaron uno de los tercios de banderillas de mayor compromiso y exposición de los últimos años en Madrid. Con los pitones en el pecho, el venezolano dio todas las ventajas al toro de Miura. Incomprensibles las protestas. Tampoco en el último, que aunque el tercio fuera deslucido y desigual, el último par con el toro queriéndole quitar la cabeza merecía mayor respeto. Fue lote duro, con el poder conjunto que le faltó al resto de la corrida, de embestidas a media altura, que demostró que sin entrega no hay desgaste posible. Y no porque se sigan moviendo a final de faena tienen fondo o son bravos. El tercero tuvo transmisión en la larga distancia, pero le costó en la corta. Y el sexto, de estampa terrorífica y antigua, no admitió la ligazón. Con ambos, estuvo serio y con oficio. Fue el lote más ‘miureño’, pero con unos caracteres donde no entraba el toreo de ahora. No se puede tener todo. Nunca le llegó el agua a las rodillas.

Feria de San Isidro. Casi lleno. Toros de Miura, muy serios, con mucho cuerpo y hueso. De desigual comportamiento. Faltos de poder en líneas generales, salvo el tercero y el sexto. El de mejor condición el segundo, pero sin fuerza. El primero y el cuarto se vinieron a menos.

RAFAEL RUBIO ‘RAFAELILLO’, silencio y ovación.
JUAN DE CASTILLA, ovación tras aviso y ovación.
JESÚS ENRIQUE COLOMBO, silencio tras aviso y silencio tras aviso.

  • Así lo vió Zabala de la Serna - elmundo.es
El venezolano Jesús Enrique Colombo cuajó el más importante y arriesgado tercio de banderillas de cuantos se le recuerdan a un toro negro entrepelado de muchos pies y enorme brío. Desprendió el calambre de la emoción cada uno de los tres pares por cuanto le echó la cara arriba en el momento del embroque. 


Tan ajustado Colombo asomándose al balcón, que salió siempre, de un modo y otro, golpeado. Traía el miura una movilidad tenaz, una velocidad de tren sin frenos, esa inercia temperamental sin entrega. Aprovechó el compatriota de María Corina Machado para pasarlo con firmeza y listeza en la muleta, encajando algún que otro recado. Sacaba el toro la trallera emotividad esperada que no se había dado hasta el momento. Y cuando se fue parando, que no entregando, quedaba su carácter áspero al desnudo, sin movimiento. A JEC, tan seguro con la espada, se le fue la mano a los blandos.


Fue el tremebundo último el más miura -ese cuello elongado, ese perfil degollado- y, al final, la pareja de Colombo la más dura. Muy difícil de banderillear -tercio forzosamente desigual- y también de torear. Disparo, nula humillación, poco recorrido. Una exigencia bárbara que el torero de Venezuela resolvió con curtido y admirable oficio.

MONUMENTAL DE LAS VENTAS.
Domingo, 19 de mayo de 2024. Novena de feria. 20.000 espectadores. Toros de Miura; serios, de distintos remates y diferentes hechuras; a veces con el poder contado; buenos 2º y 5º; de mucha movilidad el áspero 3º; parados 1º y 4º; duro el 6º.

RAFAELILLO, DE AZUL MARINO Y ORO. Tres pinchazos, estocada contraria y descabello (silencio); en el cuarto, estocada (saludos).
JUAN DE CASTILLA, DE VERDE HOJA Y ORO. Dos pinchazos y estocada baja. Aviso (silencio); estocada rinconera (saludos).
J. E. COLOMBO, DE NAZARENO Y ORO. Estocada caída y tres descabellos. Aviso (silencio); en el sexto, pinchazo y estocada. Aviso (palmas de despedida).
  • Así lo vió Patricia Navarro - LaRazón.es
Serio y solvente se mostró el colombiano, que intentó sacar agua del pozo como fuera. Cruzado, apostando y buscando todos los recursos al toro. Más de lo que tenía. Gran actuación.

El tercero puso los pitones en el pecho a Colombo cuando le clavó los palos y eso logró también que la gente se lo premiara en pie. El toro se dejó después en la muleta. Mejor en la inercia, en la distancia larga, que en la corta. Afanosa fue la faena del venezolano que remató con una estocada abajo.

Expuso en banderillas con el sexto, que fue exigente también en la muleta y Colombo no volvió la cara.

Ficha del festejo
Las Ventas (Madrid). Novena de feria. Se lidiaron toros de Miura. El 1º, descastado; 2º, noble, va y viene; 3º, va y viene sin humillar pero dejándose; 4º, descastado y parado; 5º, desfondado; 6º, complicado. Casi lleno.

Rafaelillo, de catafalco y oro, tres pinchazos, estocada, descabello (silencio); estocada arriba (saludos).
Juan de Castilla, de verde hoja y oro, dos pinchazos, estocada caída, descabello (saludos); estocada (saludos).
Jesús E. Colombo, de nazareno y oro, estocada baja, tres descabellos (silencio); pinchazo, estocada, aviso (palmas).
  • Así lo vió Paco March - La Vanguardia
Al tercero lo saludó Jesús Enrique Colombo con toreo a la verónica y en el tercio de varas entró a su turno de quite por ajustadas chicuelinas. Tomó los palos para cuajar un espectacular y comprometido tercio de banderillas, en el que en cada embroque el de Miura le puso los pitones ora en la cara, ora en el pecho.

Brindó al público el torero venezolano y sin más lo citó de lejos. El toro se le vino con prontitud y Colombo aguantó el envite, en series de redondos que tenían la emoción como virtud, que no fue igual por el pitón izquierdo y a partir de ahí la faena fue a menos. Se volcó en la estocada pero esta se le fue abajo y se atascó con el descabello. Aún así poco que reprocharle.

El sexto pesaba 637 kg y lucía generosa cornamenta, estampa miureña por los cuatro costados. Llegados a banderillas, Colombo pasó un trago con las embestidas, que se venían como un trueno y cada encuentro, que fueron cuatro, era una cara o cruz.

Toro agresivo, por fuera y por dentro, con el que Colombo se fajó arrancando muletazos a base de buena técnica y encomiable decisión. Tras un pinchazo la estocada hasta la bola puso el punto final a una tarde que, por unos u otros motivos, siempre mantuvo el interés.
                                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario