"..La plaza, a reventar, con el "no hay billetes" en taquillas Habrá que ver lo que tiene reservado "el sistema" para tiempos de vacas flacas. Y a todo esto, la corrida que se ofreció, de la más absoluta mansedumbre. Un sistema (ya sin el entrecomillado) con un objetivo claro de lucro sin preocuparse de ofrecer el mínimo aliciente a la parroquia que lo costea.."
Las Ventas.- Corrida In Memoriam "Antoñete"
UREÑA TRIUNFA CONTRA LA ADVERSIDAD
Juan Miguel Núñez Batlles
Corrida Homenaje a Antoñete, torero de Madrid que significó mucho en la monumental de Las Ventas, "su" Plaza, sin embargo, la única referencia en los previos unas fotografías alusivas a su carrera en los pasillos del tendido bajo, y lógicamente el obligado minuto de silencio en su memoria. Un expresivo brindis de Ureña al cielo en el tercero. Lo demás fue olvido, todo olvido y desatenciones. Ay, qué manera tan torpe de ofrecer y potenciar los valores del torero cuando precisamente se tienen tan a la mano. Éste sigue siendo un espectáculo que milagrosamente se promociona sólo, y a las pruebas hay que remitirse. La plaza, a reventar, con el "no hay billetes" en taquillas Habrá que ver lo que tiene reservado "el sistema" para tiempos de vacas flacas. Y a todo esto, la corrida que se ofreció, de la más absoluta mansedumbre. Un sistema (ya sin el entrecomillado) con un objetivo claro de lucro sin preocuparse de ofrecer el mínimo aliciente a la parroquia que lo costea.
Quede claro a modo de advertencia, y antes de entrar en el relato estrictamente taurino del festejo, que este público volcado ahora con el toreo en tardes de llenos absolutos y consecutivos, prácticamente a diario en el ciclo ya finalizado de San Isidro, ojo, y con mucha gente joven, una nueva generación de aficionados para asegurar el futuro, empero puede convertirse en cualquier momento en un público ocasional, que, si esto no cambia, saldrá por la misma puerta que viene entrando. Lo importante sería que se quedaran, y para ello, naturalmente, es necesario que se le ofrezca algo muy destacado. Lo de hoy, desde luego, se salva por el pundonor y el arrojo de Ureña, un héroe en tarde de mansos y adversidades.
El que abrió plaza, manso, mansísimo, no se definió hasta el último tercio. Casi se llevó por delante a Manzanares en el comienzo de faena al verse descubierto por una ráfaga de viento. Y a pesar de todo se empleo a fondo el torero, en unos pases a derechas de cierta estética, limpios pero ayunos de emoción. Ningún interés. Y tan manso el cuarto, segundo sobrero, una birria de toro que dio un concierto haciendo sonar los estribos del caballo amén de venirse también al suelo a poco que Manzanares intentó bajarle la mano. Desesperado el torero, desesperado el tendido. Así acabó la farsa.
Talavante anunció un fuerte compromiso en su primero yéndose frente a toriles, de rodillas, donde aguantó una salida lenta e incierta del "jandilla" con el hierro de Vegahermosa, resuelto finalmente el lance y trance de tanto apuro poniéndose de pie. Luego el toro no fue nada, y poco o menos se pudo ver. Parecía que el quinto podría ser, pero tampoco. Toro que aguantó más y mejor en los dos primeros, en cambio, "no sirvió" para la muleta. Por abajo protestaba y aliviándole soltaba la cara y punteaba. Tras dejar claro que no podía ser, y después del arrastre del toro sonaron unos incomprensibles pitos para el torero.
A Ureña le faltó toro por todos lados en su primero, manso y descastadísimo como sus hermanos. La corrida alcanzaba el ecuador sumida en la desesperanza. Y ya en el sexto, a pesar de que el toro no acompañaba, quedándose debajo, muy corto de embestida, Ureña trató de fajarse en ese sitio de tú o yo, donde en ocasiones este tipo de mansos se echan para adelante. Y acabó siendo una lucha desigual. Lo primero, el toro se venció por el derecho lanzándole a gran altura. La caída fue impresionante. Pero todavía se deshizo de las asistencias cuando era llevado a la enfermería, para volver a la carga, ahora maltrecho. Conmovedora escena, que naturalmente creo ambiente de congoja. El público, volcado con el torero, todo un héroe. Y aunque no pudo haber más emoción que tan inquietante y sentimental escena, al final y tras la estocada, la recompensa de la oreja, que recogió Ureña del alguacilillo, sin embargo, sin llegarla a pasear al dirigirse directamente a la enfermería. Triunfo a toda costa, hay que advertir, sin ceder ante tanta adversidad.
FICHA DEL FESTEJO. - Corrida Homenaje a Antoñete. No hay billetes.
Cinco toros de Jandilla, el tercero con el hierro de Vegahermosa, del mismo encaste y casa ganadera. El cuarto tris fue un sobrero de El Pilar sustituto de otro sobrero de la misma ganadería. Justos de presencia -el cuarto, el colmo de la insignificancia- , mansos y descastados. Corrida muy a la baja. Pitados todos los arrastres.
José María Manzanares: estocada trasera y desprendida (ovación); y dos metisacas y estocada contraria (silencio).
Alejandro Talavante: pinchazo, estocada contraria (palmas tras aviso); y pinchazo, estocada caída y descabello (leves pitos).j
Paco Ureña: estocada desprendida (silencio); y estocada (oreja).
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POSDATA del autor de esta crónica para aclarar algo muy importante:
No quito nada de los elogios a Ureña por su heróica actuación. No obstante, va siendo hora de plantarse seriamente ante lo que está ocurriendo con el "nuevo" público de Madrid, cuya ignorancia viene marcando un peligroso deterioro de la categoría de la llamada primera plaza del mundo. Un público sin criterio, o conducido por "el azar" de determinado sector fundamentalista. Para entendernos, a unos, mucho, y a otros, poco o nada.
Protestan un toro por manso, y se congratulan de lo listos que son. Y piden y exigen una oreja por una voltereta. Dramática voltereta, en esto estamos todos de acuerdo. Pero habría que dejar las cosas ahí, que ese hubiese sido su justo término.
Porque en la faena premiada con una oreja esta vez, no hubo ni un pase, ni uno.
¿Qué tendría que hacer yo, entonces, a la hora de contarlo?
Sencillanente, no quiero sacrificar a Ureña para redimir la torpeza del acobardado presidente que concede el trofeo ante la presión de tanto analfabetismo taurino.
Porque creo que este torero viene pagando un tributo demasiado cruel en su carrera, como para inmolarle ahora y que pague culpas ajenas.
Ureña estuvo hecho un tío y no es responsable del desaguisado que impera últimamente en la monumental de Las Ventas. Quede claro.
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