martes, 20 de octubre de 2009

PARADO, PERO CON TETAS / RUIZ QUINTANO

- Otra antitaurina: La ministra del aborto, la Bibiana -

"Abortar es matar... La Bibiana de Cádiz prefiere decir que le han puesto tetas a que ha abortado...".
IGNACIO RUIZ QUINTANO / ABC
Martes, 20-10-09
La mejor definición de libertad la dio José Martí: «Libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado.»
Y ya me dirán ustedes quién puede ser hoy honrado -decir lo que se piensa- en España. Abortar es matar, pero no se puede decir porque, a quien lo diga, le ponen el cencerro de facha y a ver dónde encuentra una tertulia de alfalfa.
Abortar es matar, pero trae más cuenta decir que abortar es ponerse tetas, porque entonces, si eres choni, te hacen ministra.
Abortar es matar, pero la palabra «matar» no es simpática, y cual los cursis han inventado «interrupción voluntaria del embarazo». La Esmeralda de Sevilla prefería que le dijeran maricón que gay, «porque maricón suena a bóveda». (Otra vez que conté, con admiración, la anécdota de la Esmeralda, recibí carta de una moña de progreso que me decía: «Pues sepa usted que Azaña era homosexual» (?).
La Bibiana de Cádiz prefiere decir que le han puesto tetas a que ha abortado, lo que nos da una idea de sus idea del aborto y de las tetas. Como los que saben que abortar es matar no lo dicen, la moral queda en manos de Bibiana Aído y Maribel Verdú, a la que horrorizó la manifestación del sábado, y eso que no sabía que, contados por el comisario de Efe, Grijelmo el Estabulador, los manifestantes cabían en un taxi.
«Parece mentira que sea mujer», dijo Tomás Gómez de Esperanza Aguirre, que era una de las que iban en el taxi. Gómez y su colmo de la feminidad progresista: una miliciana con una talega por útero en una mano, y en la otra, el periódico global en español abierto por el editorial.
Abortar es matar, pero Rajoy y los melifluos centristas que le cantan prefiere hablar de consenso social, con esa distancia que daría hablar de la ley hipotecaria. Abortar es matar, y la cuestión es si se despenaliza el rebanado de pescuezos de niño en la tripa.
La sociedad progresista, que ya ha despenalizado la violación para cineastas y los juegos de chiquillos para ministros de cultura franceses, dice que sí. Otra cosa es que sea libre.
Fuente: ABC.-

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