-Los derechos de imagen de los toreros-
Ha nacido la SGAtE
Madrid, 12/12/2011
Lo que en su día fue noticia, dentro de un contexto, y se desmintió, hoy es un hecho, al menos por silencio toreril.
La SGAtE (Sociedad General toreros de Élite) es, para entendernos, la división audiovisual del G-10 (o 9 en Canarias u 8 en Las Azores) que en tiempo de alianzas ful se entrega a una tal ASM (All Sport Media) para la gestión de sus derechos, en principio de imagen, luego vendrán los de voz, como el fútbol -su obsesión- con las radios.
Tanto la SGAtE como la tal ASM tienen en común la opacidad.
La de los toreros es obvia, por patológica, la de estos brókers se colige echando un vistazo a su precaria web. Pasen y vean: http://www.allsportsmedia.es/.
Lo de “sports” debe ser la causa para la t (minúscula) de torero en el acróstico, primando la condición de deportista sobre la recientemente reconocida de artista, ya que la A (mayúscula) en la abreviatura corresponde a “autor” que es donde está la “pasta”, según versión de Teddy Bautista y asociados.
En definitiva que la cúpula toreril cede sus derechos de imagen a esta mercantil, y por lo tanto su gestión respecto de los empresarios contratantes; puesto que la única operadora -seria- interesada en retransmitir corridas de toros no reconoce otro interlocutor que el organizador, al menos por el momento.
Resumiendo: los empresarios tendrán que entablar negociaciones a dos bandas, perderán tiempo y margen de maniobrabilidad y como lo que no va en lágrimas se enjuga con suspiros, lo que den a los de arriba se lo cobrarán con los de abajo. Lo de siempre. Nada nuevo, ni bajo el sol, ni sobre el albero.
Otro asunto es el papel del apoderado, al que no solo se le sustrae el porcentaje televisivo de la hasta ahora contratación en bruto, sino que se le deja como un imbécil, inútil e incapaz, de gestionar los intereses globales de su poderdante, marginándolo al subsector industrial taurómaco.
“Parné o leña” que no se van a ahorrar, puesto que la ASM es una sociedad con ánimo de lucro; vamos como la Fundación del “yernísimo” pero en “corto y por derecho”.
Trasunto, igualmente, es definir que imagen es la que se va explotar: ¿la del domingo de El Cid en La México, o la del bautizo de los gemelos de El Juli? por poner los dos ejemplos más recientes.
¿Cuántas copias se demandarán de la confirmación del de Salteras en el DF y cual es el prorrateo, o superávit de ventas en el Hola por el feliz acontecimiento de los López- Domecq?
Ayer 500 millones de telespectadores de todo el mundo consumieron imagen de una rivalidad.
Podría ser el ejemplo, y nos retrotraeríamos a la tauromaquia de los 40, 50 o 60 que recientemente hemos recordado al llorar a Diego Puerta.
Eran tiempos de tensión en el patio de cuadrillas como el túnel de vestuarios de ayer en Chamartín.
Mal encarados se miraban de reojo y políticamente correctos se deseaban suerte, hasta que algún “borde” replicaba ¡y cornás!, tal que César Girón.
Hoy, los besos, abrazos y palmetazos en las cachas, por mucho que con el toro ni bromas y está en juego la vida, venden camaradería, colisionando con el leal enfrentamiento, condición -sine qua non- para despertar tal expectación que propale una imagen a rentabilizar.
La última vez que hubo un atisbo de espectáculo taurino para consumo masivo de televisión, exportación y explotación de imagen, de los intérpretes, y de la propia tauromaquia fue hace un par de años cuando Enrique Ponce hizo oídos a aquellos que le querían confrontar con José Tomás y el valenciano, con la mayor amplitud de miras, imaginable, dijo sí, pero con televisión.
El “genio” dijo no.
Ni siquiera sondeó quién, cómo, cuándo y cuánto le gestionaría su imagen. Quizá porque (aunque atlético) no le sucediera como ayer al Real Madrid, pletórico de récords (ante osasunas, levantes, y dinamos de Zagreb) y aventado por la “caverna” como “the best of de world on time”, frente a un Barcelona caduco al que se le vaticinaba un fin de ciclo: del “tiqui-taca, al “toco-mocho”, barruntaban.
Si bien aquella decisión de Ponce se interpretó por los ilustrados, leotarderos y la “tomatosis” como una evasión del compromiso por parte del veterano maestro. El mundo del revés.
Pero aquella fue la ocasión de poner una pica en Flandes.
El bróker ya tiene para empezar a trabajar. Los figuras de la SGAtE le han cedido sus derechos de imagen ¿cuál?
Más que el desenlace de la película “Una proposición indecente” se me antoja el cuento del proxeneta (de cuello duro, eso sí) que tras encontrar a la mujer 10 — en todo, belleza de cuerpo y sobre todo alma, para mayor alimento del morbo- le ofreció 1 millón de dólares por acostarse con míster X, que naturalmente la dama rechazó con amenaza de denuncia.
La osadía del hombre le hizo subir la oferta (escalonadamente llegó a los 50 “millions pavos” a lo que la gran mujer siguió oponiéndose, si bien según iba la subasta al alza se molestaba visiblemente pero ya no amenazaba.
El “prenda” se acordó de “El Padrino” y le dijo aquello de “te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar”: 100 kilos de billetes, y la espectacular hembra dijo SÍ… quiero.
El bróker ya tenía “la puta”, ahora le faltaba buscar el cliente…¡pues eso!.
Nota.- Hay precedentes que ponen en cuarentena el buen fin de la postura adoptada.
Cuando los tres tenores Rincón, Joselito y Ponce se ajustaron por su cuenta con RTVE. Y en versión ganadera la llamada movida de “los 40 principales” inspirada por los “domecqs” y compañía que dio al traste con el más grande proyecto jamás imaginado para el desarrollo de presente y futuro de la tauromaquia y su industria: La CAPT (música y letra de Manolo Chopera y José Luis Lozano; casi nadie al aparato).
La SGAtE (Sociedad General toreros de Élite) es, para entendernos, la división audiovisual del G-10 (o 9 en Canarias u 8 en Las Azores) que en tiempo de alianzas ful se entrega a una tal ASM (All Sport Media) para la gestión de sus derechos, en principio de imagen, luego vendrán los de voz, como el fútbol -su obsesión- con las radios.
Tanto la SGAtE como la tal ASM tienen en común la opacidad.
La de los toreros es obvia, por patológica, la de estos brókers se colige echando un vistazo a su precaria web. Pasen y vean: http://www.allsportsmedia.es/.
Lo de “sports” debe ser la causa para la t (minúscula) de torero en el acróstico, primando la condición de deportista sobre la recientemente reconocida de artista, ya que la A (mayúscula) en la abreviatura corresponde a “autor” que es donde está la “pasta”, según versión de Teddy Bautista y asociados.
En definitiva que la cúpula toreril cede sus derechos de imagen a esta mercantil, y por lo tanto su gestión respecto de los empresarios contratantes; puesto que la única operadora -seria- interesada en retransmitir corridas de toros no reconoce otro interlocutor que el organizador, al menos por el momento.
Resumiendo: los empresarios tendrán que entablar negociaciones a dos bandas, perderán tiempo y margen de maniobrabilidad y como lo que no va en lágrimas se enjuga con suspiros, lo que den a los de arriba se lo cobrarán con los de abajo. Lo de siempre. Nada nuevo, ni bajo el sol, ni sobre el albero.
Otro asunto es el papel del apoderado, al que no solo se le sustrae el porcentaje televisivo de la hasta ahora contratación en bruto, sino que se le deja como un imbécil, inútil e incapaz, de gestionar los intereses globales de su poderdante, marginándolo al subsector industrial taurómaco.
“Parné o leña” que no se van a ahorrar, puesto que la ASM es una sociedad con ánimo de lucro; vamos como la Fundación del “yernísimo” pero en “corto y por derecho”.
Trasunto, igualmente, es definir que imagen es la que se va explotar: ¿la del domingo de El Cid en La México, o la del bautizo de los gemelos de El Juli? por poner los dos ejemplos más recientes.
¿Cuántas copias se demandarán de la confirmación del de Salteras en el DF y cual es el prorrateo, o superávit de ventas en el Hola por el feliz acontecimiento de los López- Domecq?
Ayer 500 millones de telespectadores de todo el mundo consumieron imagen de una rivalidad.
Podría ser el ejemplo, y nos retrotraeríamos a la tauromaquia de los 40, 50 o 60 que recientemente hemos recordado al llorar a Diego Puerta.
Eran tiempos de tensión en el patio de cuadrillas como el túnel de vestuarios de ayer en Chamartín.
Mal encarados se miraban de reojo y políticamente correctos se deseaban suerte, hasta que algún “borde” replicaba ¡y cornás!, tal que César Girón.
Hoy, los besos, abrazos y palmetazos en las cachas, por mucho que con el toro ni bromas y está en juego la vida, venden camaradería, colisionando con el leal enfrentamiento, condición -sine qua non- para despertar tal expectación que propale una imagen a rentabilizar.
La última vez que hubo un atisbo de espectáculo taurino para consumo masivo de televisión, exportación y explotación de imagen, de los intérpretes, y de la propia tauromaquia fue hace un par de años cuando Enrique Ponce hizo oídos a aquellos que le querían confrontar con José Tomás y el valenciano, con la mayor amplitud de miras, imaginable, dijo sí, pero con televisión.
El “genio” dijo no.
Ni siquiera sondeó quién, cómo, cuándo y cuánto le gestionaría su imagen. Quizá porque (aunque atlético) no le sucediera como ayer al Real Madrid, pletórico de récords (ante osasunas, levantes, y dinamos de Zagreb) y aventado por la “caverna” como “the best of de world on time”, frente a un Barcelona caduco al que se le vaticinaba un fin de ciclo: del “tiqui-taca, al “toco-mocho”, barruntaban.
Si bien aquella decisión de Ponce se interpretó por los ilustrados, leotarderos y la “tomatosis” como una evasión del compromiso por parte del veterano maestro. El mundo del revés.
Pero aquella fue la ocasión de poner una pica en Flandes.
El bróker ya tiene para empezar a trabajar. Los figuras de la SGAtE le han cedido sus derechos de imagen ¿cuál?
Más que el desenlace de la película “Una proposición indecente” se me antoja el cuento del proxeneta (de cuello duro, eso sí) que tras encontrar a la mujer 10 — en todo, belleza de cuerpo y sobre todo alma, para mayor alimento del morbo- le ofreció 1 millón de dólares por acostarse con míster X, que naturalmente la dama rechazó con amenaza de denuncia.
La osadía del hombre le hizo subir la oferta (escalonadamente llegó a los 50 “millions pavos” a lo que la gran mujer siguió oponiéndose, si bien según iba la subasta al alza se molestaba visiblemente pero ya no amenazaba.
El “prenda” se acordó de “El Padrino” y le dijo aquello de “te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar”: 100 kilos de billetes, y la espectacular hembra dijo SÍ… quiero.
El bróker ya tenía “la puta”, ahora le faltaba buscar el cliente…¡pues eso!.
Nota.- Hay precedentes que ponen en cuarentena el buen fin de la postura adoptada.
Cuando los tres tenores Rincón, Joselito y Ponce se ajustaron por su cuenta con RTVE. Y en versión ganadera la llamada movida de “los 40 principales” inspirada por los “domecqs” y compañía que dio al traste con el más grande proyecto jamás imaginado para el desarrollo de presente y futuro de la tauromaquia y su industria: La CAPT (música y letra de Manolo Chopera y José Luis Lozano; casi nadie al aparato).
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